La Iglesia nació alrededor de la mesa eucarística donde Jesús entregó su Cuerpo y su Sangre. Por eso solamente se llama 'Iglesia' a la comunidad que celebra la Eucaristía. Es la gran fortaleza de los católicos, pues nos alimentamos del Cuerpo y Sangre real del Señor. Nuestros hermanos cristianos nacidos de la Reforma protestante, al no celebrar la Eucaristía, no son Iglesia sino simples comunidades cristianas. Sin embargo ellos tienen una fortaleza que los católicos no tenemos; ellos tienen comunidades fuertes en la oración y el crecimiento. Para vivir plenamente nuestro ser Iglesia, los católicos hemos de convencernos que la Eucaristía celebrada en comunidad fraterna hace más felices a los discípulos del Señor. Asistir a misa solos, de manera aislada, no basta para encontrar la alegría de ser cristianos. Debemos celebrar nuestra fe en la Eucaristía integrando pequeñas o medianas comunidades donde oremos juntos, conozcamos nuestra fe, nos lavemos los pies unos a otros, donde nadie se sienta solo, asilado, sino en la alegría de la comunión fraterna.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

De acuerdo Padre, he leído y escuchado de algunos teólogos distintas apreciaciones del nacimiento de la iglesia, unos sugieren que dé el "si" de María, otros que en la encarnación, otros que de la cruz, otros del llamado apostólico, etc. En fin, creo que como católicos cristianos, lo importante es eso que usted menciona, la iglesia nace aquí y ahora en el momento en que me doy en comunidad en presencia de Cristo, la iglesia nace cada día y en cada lugar, en el momento que su pueblo cree firmemente que está ahí en esa ostia consagrada. Bendiciones
ResponderBorrar