Entró aquella mujer a la iglesia durante la celebración de una boda. Portaba una minifalda de piel negra, bien ajustada a las piernas. Llevaba blusa blanca con un escote descomunal y llamaba la atención el ruido de sus tacones de agujas altísimas. ¿Qué quería aquella muchacha vestida así? Se creía muy atractiva pero, en realidad, era pordiosera. Mendigaba que la vieran. Se hacía la ilusión de que atrayendo las miradas sobre algunas partes de su cuerpo la mirarían a ella. Exhibiéndose así se estaba dejando poseer y manipular por los ojos de los demás, al vender lo que debía ser guardado en la intimidad. Despertaba la lujuria de algunos y el rechazo de la mayoría. Mientras tanto el Crucifijo parecía susurrarle desde la cruz: “Si te vistieras mejor, hija mía, lograrías retener lo que siempre has dejado escapar”.
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
PADRE HAYEN: SIEMPRE HE DISFRUTADO SUS HOMILIAS PERO ESTOS BLOQUES ME ENCANTAN. ESTE SE MERECE MAS QUE UN CIEN. DIOS LO SIGA BENDICIENDO Y LO QUEREMOS MUCHO.... Y EXTRANAMOS MAS....ELSA CASTRO
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