Levantó revuelo la ‘misa negra’ que iba a celebrarse en la Universidad de Harvard y que, finalmente, fue realizada en otro lugar. ¿Qué pensar de todo ello? ¡Pobre gente la que forma parte del satanismo!, y aquí se incluyen los adoradores de la santa muerte. Ellos creen que Satanás o la muerte son entidades divinas, pero no es así. Son sólo criaturas y parodias de lo divino. Decía el cardenal Ratzinger que son “poderes, pero poderes en decadencia, simples ironías contra Dios”. Quienes creen que con Satanás o con la ‘santa muerte’ dominarán el mundo, en realidad entran en un proceso de autodestrucción. Satanistas y adoradores de la muerte se convierten en esclavos de sectas que destruyen la personalidad de sus miembros, y esclavos del mundo demoníaco, el cual los persigue para atormentarlos con diversas vejaciones hasta llegar, quizá, a la posesión diabólica.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
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