sábado, 30 de marzo de 2019

Mi columneja


Heridas que sangran
Esta semana conversé con una persona que se procuró dos veces el aborto. Era una mujer cuya madre y marido la presionaron para abortar. Pocas veces he visto tanto dolor en una mujer que tomó esa mala decisión; era un sufrimiento absolutamente indescriptible. Su herida era tan profunda y tan sangrante que casi la lleva al suicidio. Sentía que su vida era inservible, que no tenía sentido, que el infierno estaba esperándola para devorarla, a pesar de saber que Dios había perdonado su pecado.

Se atrevió a hablar para mostrar su llaga al sacerdote, con la esperanza recóndita de encontrar perdón y alivio para su dolor. Hablar y no callar es demasiado importante. El diablo busca convencer a sus víctimas que se callen, que no lo digan a nadie, que Dios no les perdonará y así las orilla a vivir en la desesperación. Jesús expulsó a un demonio que era mudo (Lc 11,14). Bastó el poder de la Palabra para que fuera echado el diablo y el mudo comenzara a hablar. La mujer que abortó se atrevió a poner en palabras su pecado llevándolo a los pies de Jesús. Ahí comenzó su liberación. La clave de la curación está en hablar, en expresar el mal en palabras para expulsarlo, y dejar hablar a Jesús. Su Palabra llega hasta la profundidad del corazón, cura nuestras heridas y realiza la derrota del mundo de las tinieblas.

Entre asnos
Es tanto el complejo de inferioridad de algunas personas de la nueva clase política, que no sienten ninguna vergüenza para expresarlo con las más grotescas tonterías. La senadora Jesusa Rodríguez, en un video, aparece en el campo junto a unos burros diciendo lo siguiente: "Los ricos, los pobres, la clase media... todos somos animales. Sentirse superior a las otras especies, por ser humanos, es tan estúpido como sentirse superior a otros humanos por ser blancos, por ser ricos o por ser hombres". Y dirigiéndose al burro termina diciendo "¿Tú qué piensas?"

Nunca como hoy en la historia de la humanidad el hombre había tenido un concepto tan bajo de sí mismo, y nunca había visto yo a una persona de la política que lo expresara tan descaradamente. La mente humana, cuando se aleja de Dios, elabora una visión deprimente y pesimista del mundo y de la vida. Cuando se rechaza al Creador y se niega el alma espiritual, que sólo los hombres poseemos y no las bestias, las personas terminan por degradarse y sentirse animales. Con una visión como la que tiene la senadora, el hombre comienza a odiarse a sí mismo y acaba despreciando la vida, considerándola como la veía Sartre: una pasión inútil.

Todos coludos
El abuso sexual contra menores de edad es un delito y un pecado abominable que debe ser combatido dentro y fuera de la Iglesia. Después de la cumbre que el papa Francisco y los presidentes de las conferencias de obispos han tenido en Roma sobre las nuevas normativas para erradicar este mal, nos queda claro que ninguna institución a nivel mundial como la Iglesia Católica está tomando medidas tan serias con este propósito. El papa Francisco promulgó el viernes una amplia legislación sobre abusos sexuales para el Vaticano que requiere que las denuncias sobre presuntos abusos se reporten de inmediato a la fiscalía vaticana. La prioridad son los niños deben estar en ambientes seguros, así como la atención a las víctimas de los abusos.

Este cambio de política es un ejemplo para todo el mundo. Desafortunadamente la sociedad no está haciendo la parte que le corresponde para erradicar el abuso de menores. Estudios de Charol Shakeshaft sobre abuso sexuales a menores en el sistema educativo público de EEUU arrojan cifras espeluznantes: en comparación con la Iglesia Católica, los abusos en las escuelas ocurren cien a uno. Este tema, junto con el de la prostitución infantil organizada no han querido ser abordados por la sociedad ni por la prensa, las cuales han enfocado toda su atención sólo en lo ocurrido dentro de la Iglesia Católica. A perro callado míralo con cuidado.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Mi columneja



Lecciones de AMLO y la Conquista
Después de la tormenta mediática que provocó AMLO en su exigencia a España para pedir perdón por las arbitrariedades cometidas durante la Conquista de México hace 500 años, me quedan claras tres lecciones. Primero, "Honra a tu padre y a tu madre". Hoy el socialismo indigenista insiste en que sólo la Malinche, la parte indígena y madre de este pueblo, debe ser honrada, mientras que Hernán Cortés debe ser repudiado. Eso es inducir a los mexicanos el odio contra su origen español, además de causar vergüenza y confusión en su identidad. El pueblo mestizo debe sentirse orgulloso de su sangre española e indígena, de su herencia, su lengua y su cultura.

Segundo: "No juzgues y no serás juzgado". Y mucho menos podemos juzgar con criterios del siglo XXI los hechos que ocurrieron hace siglos. Es lo que se llama caer en un pecado de anacronismo. Toda civilización es fruto de mezclas, conquistas y eventos que nunca fueron pacíficos. Hasta en la misma Historia de la Salvación, la tierra prometida -hoy Israel- no pertenecía a los judíos; éstos la arrebataron a quienes en ella habitaban. Así se ha construido la historia de la humanidad. No estamos para juzgar a la historia, sino para estudiarla, comprenderla y aprender de ella.

Tercero: "Ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos" (Dt 4,9). Hemos de aprender que Dios ha acompañado la historia de México para convertirla en historia de la salvación. Lo mejor que trajo España fue la fe en Jesucristo, nuestra fe católica, que gracias al milagro guadalupano no fue impuesta, sino difundida e inculturada. Es la fe que nos permite ver la mano de Dios en el pasado para maravillarnos y vivir agradecidos, lejos de amarguras y resentimientos estériles.

Niños Down a la baja
Cada vez nacen menos niños con síndrome de down. Esto por la sencilla razón de que el diagnóstico prenatal, ese instrumento de la medicina que permite descubrir el estado de salud del no nacido, ayuda a detectar los embriones que tienen la copia del cromosoma 21. Consecuentemente, esto hace que muchos médicos ofrezcan el aborto del feto a los padres de familia para evitar los cuidados y sacrificios que implica la crianza de un niño down. Son niños que no lucen a los ojos del mundo y por eso son descartados.

Los ojos de Dios, sin embargo, miran muy diferente a los niños down y a aquellos que fueron abortados por sus madres y padres. Nos preguntamos por qué para Dios son tan importantes esas criaturas que muchos desechan. Quizá porque el Hijo de Dios suspendido en la cruz, desechado por los hombres, es el símbolo supremo del amor que Dios tiene a la humanidad. Dios escogió que un desecho humano –su propio Hijo– fuera la máxima prueba del amor divino por nosotros. Se identifica el Señor con los desechados. Es bueno sentirse desechado y no desechar nunca a nadie. Compartimos los sentimientos de Jesús desechado cuando nos sentimos necesitados de amor, curación, misericordia, de perdón y gracia.

El poder de los confesionarios
¡Qué extraños ritos tenemos los católicos a los ojos de quienes no nos conocen! A la catedral acuden turistas, muchos de los cuales no profesan nuestra religión. Ahí encuentran una fila de personas que, cuando les toca su turno, pasan a un cubículo en donde se arrodillan frente al sacerdote. ¿De qué se trata eso?, se preguntan. Y se quedan perplejos cuando se enteran que las personas se acercan a aquel hombre desconocido para ellos, y a él le abren lo más recóndito de sus almas, manifestándole los más oscuros secretos, las cosas más vergonzosas, la podredumbre que no se comparte con otras personas.

¡Oh benditos confesionarios! Si miráramos, no la basura moral de las almas que ahí se confiesan, sino los cúmulos de gracias que el cielo derrama sobre los penitentes arrepentidos, nos daríamos cuenta de que esos lugares son de los más importantes que existen en la Tierra. De ellos hombres y mujeres salen revestidos de una paz que ni los psicólogos, ni los cursos de superación personal, ni la industria farmacéutica pueden ofrecer. En ellos se renuevan las personas, se salvan matrimonios, se reconcilian familias, se reconstruyen relaciones heridas, se vencen vicios y adicciones. En los confesionarios el diablo es derrotado, los ángeles se llenan de gozo y en las ciudades renace la esperanza.

jueves, 21 de marzo de 2019

Mi columneja


8 de marzo y 19 de marzo
En el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, el feminismo radical celebra el día de las mujeres contra los hombres. Es vergonzoso ver cómo algunas, como hienas enloquecidas, buscando las cámaras, muestran sus cuerpos desnudos y pintarrajeados, gritan blasfemias e insultos a la sociedad y a la Iglesia Católica.

Mientras ellas promueven una guerra de sexos obedeciendo los principios de un marxismo cultural, muchos hombres han agachado la cabeza, como avergonzados de ser lo que son: varones. Temerosos de ofender a las leonas, muchos de ellos han cambiado su modelo de masculinidad por otro más débil de carácter en el que hay que parecer más afeminado. Es lo que quiere el nuevo marxismo: una sociedad de hombres mujerujos y de mujeres hombrujas donde todos seamos iguales.

¡Qué diferente es, en cambio, el 19 de marzo! Es el día de san José. La fiesta nos enseña la verdadera complementariedad del hombre con la mujer. Como esposo de la Virgen y padre adoptivo de Jesús, san José nos ofrece un equilibrado modelo de masculinidad en el que el rol del varón, a diferencia del rol femenino, es dar seguridad, bienestar, defender y custodiar a la esposa, a la familia y a la Iglesia. San José nos dice que nacer varón encierra una dignidad y una misión que vienen de Dios, y que no es un pecado, como hoy la cultura nos lo recalca.

El Popo y el infierno
Al ver el majestuoso y terrorífico espectáculo del volcán Popocatépetl en erupción el pasado lunes 18 de marzo, que sembró el pánico en las comunidades aledañas, no podemos dejar de imaginar la furia del infierno. ¿Se trata de un estado del alma o de un lugar? Hoy la teología concibe el infierno como un estado del alma, ya que todavía nuestros cuerpos no han resucitado. Pero a partir de la resurrección del último día, cuando las almas de toda la humanidad se reúnan con sus cuerpos, el infierno será un lugar, ya que la extensión de los cuerpos así lo exige por su misma naturaleza.

La Biblia describe el infierno como lugar de tormentos y fuego que no se extingue. Los Santos Padres de la Iglesia predicaron que se trata de un lugar de horror, desorden espantoso, ciudad del odio eterno y universal donde todos los condenados permanecerán en el ambiente más depravado y antipático que podamos imaginar, donde estarán las heces y la podredumbre de toda la humanidad.

Días antes de la erupción, un grupo de incautos alpinistas, poniendo su vida en peligro, llegó a la cima del Popo donde tomaron fotos del cráter, que apenas empezaba a humear. Al infierno nos acercamos por el pecado mortal, del cual podemos arrepentirnos mientras seamos viajeros en esta vida. Una vez que con la muerte el alma cruza el umbral de la eternidad, queda fosilizada en el fin que libremente eligió: con Dios o contra Dios.

Mirar al rostro
Mientras que los gobiernos municipal, estatal y federal miran hacia otra parte para evadir la mirada de tantos inmigrantes que están en la ciudad, la población civil, impulsada por la caridad, se atreve a mirar a la cara a los centroamericanos y caribeños que piden ayuda. Sí, los migrantes no son mercancía sin rostro que han invadido la ciudad; son personas humanas con nombres y apellidos concretos que buscan abrirse un futuro mejor.

Observemos que en la historia del evangelio del rico epulón y el mendigo que pedía limosna a su puerta, el rico no tiene nombre. Sólo el pobre aparece con su nombre y se llama Lázaro. Esto es muy significativo. Cuando no nos sentimos pobres ni necesitados, carecemos de rostro y de nombre delante de Dios. Solamente a aquellos que reconocen sus miserias y se sienten necesitados, Dios los conoce por su nombre, los mira con ternura y les abre un camino al Cielo.

La Cuaresma es ocasión propicia para mirar el rostro de los pobres. Los desequilibrios que tiene el mundo, tales como la migración, se deben en buena parte a que hemos dejado de mirar el rostro de los demás y así no los reconocemos como hermanos. Sigamos ayudando a los migrantes que encontremos. Quizá un día, cuando tengamos que emigrar de este mundo, ellos nos den la mano para llegar a las moradas eternas.

viernes, 15 de marzo de 2019

Mi columneja


Creados para la vida
Todos los días nos levantamos con trágicas noticias. Estos fueron titulares de esta semana: "Asesinan a pareja y los tiran en el Camino Real"; "Encuentran otro cuerpo en el exterior del Tribunal para Menores"; "Asesinan a dos"... Ante estas tragedias no podemos dejar de reflexionar y redescubrir que la vida es una ocasión única. Se nos concede vivir una sola vez. Nos equivocamos si creemos que después de esta vida podremos reencarnar en vidas futuras. A cada persona le es asignado un tiempo y un espacio para construir su destino eterno. En el arco del tiempo entre el nacimiento y la muerte el hombre está llamado a decidirse por Dios. Una vez que llega el último instante, sea por expiración natural o por muerte violenta, ya no hay más tiempo para decidir.

Dios no quiere la muerte de nadie. De hecho Dios increpa a la muerte, cuando por medio de Oseas, el profeta, dice: "Oh muerte, yo seré tu muerte" (Os 13,14). Piensa por un momento, ¿qué te mata, en realidad? No es un cáncer, ni un balazo, ni un infarto lo que acaba con tu vida. Lo que te mata es el pecado, porque mata tu alma y la encapsula en el mal. Arrepentirse, entonces, es un acto de supervivencia y de saludable amor a uno mismo. Nuestra vida tiene sentido si la vemos como una historia de conversión: ir dejando lo que nos mata y volvernos al que es la Vida. Así como el que mira hacia el sol es iluminado, el que mira al Señor es vivificado.

Truenan la página del Congreso
El jueves 14 de marzo, como protesta al gobierno federal que quiere imponer el aborto, nuevos tipos de familia, cambios de género y adopciones de niños a parejas homosexuales, miles de personas reventaron la página web de la Cámara de Diputados. Entre las 10 y las 12 del día fue la hora acordada para expresar el rechazo a estas propuestas sobrecargando la página www.diputados.gob,mx con el objetivo de paralizarla.

Con estas y otras acciones los cristianos y personas de buena voluntad defienden a la familia por muchas razones; una de ellas, teológica: el matrimonio y la familia natural es la institución que cuenta con la bendición de Dios que no fue abolida por la pena del pecado ni por el castigo del diluvio. Es decir, la bendición de Dios para la humanidad pasa a través de la familia natural. Hay algo del paraíso en el acto de transmitir la vida; hay paraíso ahí donde hay amor entre los esposos y hacia los hijos; hay presencia del paraíso cuando los padres saben dar cosas buenas a sus hijos. Por eso Jesús utiliza la imagen de la experiencia del amor familiar como una imagen válida del amor y la bondad de Dios hacia los hombres. Hoy la antigua serpiente, furibunda, intenta destruir ese pedazo del paraíso que quedó en la tierra después del pecado. El aborto, un falso concepto del matrimonio, anticoncepción, pornografía y violencia son intentos por abolir para siempre la bendición de Dios en la tierra.

Iglesia y neoliberalismo
El presidente Andrés Manuel López Obrador desde su campaña insistió en que el neoliberalismo ha sido un lastre para México durante las últimas cuatro décadas. Esta semana el jefe del Ejecutivo declaró formalmente que ese régimen económico ha llegado a su fin. Cuando apareció el liberalismo clásico a finales del siglo XIX, entendido éste como el sistema económico que promueve la libertad del individuo a tal grado que el Estado no debe nunca intervenir en las fuerzas libres del mercado, la Iglesia Católica emitió un juicio reprobatorio, considerándolo gravemente inmoral.

Décadas después, para evitar los errores del liberalismo clásico, surgieron los neoliberalismos, que son doctrinas económicas más moderadas y que favorecen cierta intervención del Estado en la economía, corrigiendo los elementos perturbadores que provienen de los monopolios, los sindicatos y todo lo que altere la auténtica libertad económica. Hay que señalar que la Iglesia no tiene un juicio definitivo todavía sobre el neoliberalismo, pero sí aconseja a los cristianos que tengamos un gran discernimiento para no convertir la libertad y la economía en una diosa, y entonces sí se destruya la vida comunitaria. "Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero", es un refrán que hemos de evitar.

martes, 12 de marzo de 2019

Mi columneja



En pie de guerra
Después de la victoria en el Estado de Nuevo León, donde queda protegida la vida desde su concepción hasta su muerte natural, las cosas se pusieron muy tensas en el Congreso Federal. Algunas diputadas de izquierda y, sobre todo, Patricia Mercado (Movimiento Ciudadano), en una gran falta de respeto, repartieron pañuelos verdes en los curules para invitar a toda la Cámara a legislar a favor del aborto. Jesusa Rodríguez –senadora de Morena– insultó a las mujeres católicas llamándolas "poco inteligentes". Las abortistas están que echan espumarajos de rabia por lo sucedido en Nuevo León.

Como en la visión de Apocalipsis capítulo 12, donde se narra que en el cielo estalló una gran batalla entre Miguel y sus ángeles contra Satanás y los suyos, así se vive hoy en México. Los pro aborto empiezan a combatir con el pañuelo verde mientras que los pro vida enarbolamos el pañuelo azul. Por su parte el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que, sobre el tema del aborto, no quiere debates sino consultas. ¿Se avecina la consulta nacional del aborto? Horror por dos motivos: el derecho de un ser humano a la vida jamás debe ser consultado, sino reconocido; y si la consulta será como la del nuevo aeropuerto o la de las estrategias de seguridad que hicieron en Ciudad Juárez, terminará con los resultados prefabricados que quiera el gobierno.


Primera corrida de la temporada
Admirar es uno de los placeres más grandes del espíritu. El domingo pasado a las cinco de la tarde, en la plaza de toros Alberto Balderas, se realizó la primera corrida de la temporada taurina en Ciudad Juárez. Con tres cuartos de plaza llena de espectadores que sacaron sus emociones con el toreo a caballo de Pablo Hermoso de Mendoza, su hijo Guillermo y el potosino Sebastián Torre, se mostró la admiración de muchos juarenses por la fiesta brava.

Quienes asistimos a la corrida no fuimos a presenciar un espectáculo cruel y bárbaro, aunque sí violento. Fuimos a admirar una fiesta que nació en el siglo XVIII –el siglo de las luces– como el triunfo del poder del hombre y de la civilización sobre la naturaleza bruta, representada en el toro bravo. Lejos de ser un espectáculo cruel, el toreo es un arte que ritualiza la violencia y la sublima con formas estéticas, y esto es admirable. Si fuera un entretenimiento sádico, los aficionados obtendrían gozo y placer con el sufrimiento del toro, pero no es así. Nadie va a la plaza a disfrutar del sufrimiento de la res. Quienes vamos a la corridas lo hacemos para admirar la bravura del toro, su poder y su combatividad; así como la destreza de los toreros o rejoneadores y su inteligencia en relación con su adversario en el ruedo.


Profesores ateos
A veces los sacerdotes escuchamos lamentos de estudiantes católicos que, durante alguna de sus clases, encuentran a profesores que, no solamente se confiesan ateos, sino que tratan de imponer su ateísmo desde sus cátedras, cuando la materia de estudio nada tiene que ver con cuestiones religiosas. Carreras como psicología, sociología o leyes suelen ser ambientes difíciles para la fe de los estudiantes.

Es curioso ver cómo la idea de Dios persigue a todo el mundo, también a los que dicen ser ateos. Si no fuera así, ni siquiera mencionarían a Dios en las aulas escolares. Esto por la simple razón de que existen grandes enigmas de la condición humana que exigen respuestas: cuál es el sentido y fin de la vida, por qué existen el bien y el mal, cuál es el origen y el fin del dolor, dónde está el camino para conseguir la verdadera felicidad, por qué existe la muerte y si habrá retribución después de esta vida por el bien o el mal que hayamos hecho. Los profesores que se jactan de ser ateos ¿tendrán respuestas satisfactorias para aclarar estos enigmas de la condición humana? Por más que traten de sofocar a Dios en los salones de clase, no deben olvidar que la religión pertenece a la esencia misma del hombre; es una constante en la historia de los pueblos. Aunque se persiga a los creyentes, brotará siempre implacable la pregunta sobre Dios. La religión siempre seguirá al hombre como la sombra al cuerpo.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Mi columneja



Cardenal Pell, acusado de abuso
El Cardenal australiano George Pell, uno de los cardenales elegidos por el papa para la reforma de la Curia Romana, ha sido encarcelado por acusaciones de abuso sexual contra dos menores hace 20 años, lo que ha sido un escándalo mundial. El Cardenal Pell ha sido perseguido con todo tipo de denuncias desde hace muchos años en su país, de las cuales ha sido de todas exonerado. Pell es un líder moral fuerte, conservador y fiel a la doctrina de la Iglesia en temas de moral sexual, matrimonial y defensa de la vida. Por este motivo tiene muchos enemigos políticos en un país tan secularizado como Australia. Recientemente fue nombrado por Francisco para hacerse cargo de las finanzas del Banco Vaticano, donde Pell ha hecho un trabajo implacable, sencillo y audaz, lo que también le ha traído enemigos dentro de la Iglesia. Numerosos periodistas australianos afirman que hay muchas inconsistencias y faltas de lógica en el juicio del cardenal, y que todo indica que se trata de una conspiración y caza de brujas, con posibles conexiones entre Italia y Australia. Mientras tanto George Pell se declara inocente y espera en oración, confiando en la justicia divina.

Internet, creador de confusión
Los críticos de internet afirman que la red global altera la realidad del mundo. En internet las relaciones se vuelven efímeras, las imágenes y los sonidos se pueden editar y volver a ensamblar y así, las cosas se pueden presentar como "otras cosas". Si alguna persona quiere creer que la tierra es plana o que está dirigida por extraterrestres, puede encontrar una comunidad en internet que apoye su fantasía. El trangenderismo, por ejemplo, que niega la naturaleza del hombre y la mujer y todo sentido común, se ha convertido en un dogma público impuesto por unos cuantos. O si se quiere destruir a una persona o institución, se puede lograr fácilmente con "fake news" que fabrican leyendas negras. La política también se convierte en demagogia y manipulación descarada. El resultado es que el mundo aparece como una realidad inestable y en la que abunda la falsedad. Trigo y cizaña conviven mezclados. El fin de todo esto puede ser un caos cultural. Es preciso, entonces, tomar cierta distancia de las realidades virtuales electrónicas y de internet, y concentrarnos más en el mundo real, así como buscar comunidades humanas basadas en verdades fundamentales sobre la vida humana.

Maltrato animal
La Fiscalía de Justicia del Estado de México ha establecido que el maltrato animal se castigará con una pena de seis meses a dos años de prisión. Esto por causar lesiones a los animales que no sean una plaga. Alegan los legisladores de ese Estado que los animales son seres "sintientes" y que por ello son sujetos de derechos. ¿Significa esto que pronto deberá terminar la pesca con caña, la caza deportiva, las corridas de toros, el consumo de langosta o las charreadas, tan mexicanas, tan nuestras? La ley es absurda. Dice Francis Wolff: "Si se prohibieran todas las actividades humanas que tuvieran como efecto el sufrimiento de un animal, habría que prohibir un importante número de ritos religiosos, de actividades de ocio, y hasta prácticas gastronómicas, incluyendo el consumo normal de pescado y de carne, que implica generalmente estrés, dolor e incomodidad para las especies afectadas". Además quienes piensan que los animales son sujetos de derechos, también deberían de creer que son sujetos de deberes, lo cual es ridículo. El hombre tiene el deber de cultivar la creación y administrarla, distinguiendo la jerarquía de los seres donde los animales son inferiores al hombre y están a su servicio.

lunes, 4 de marzo de 2019

Libros: Ángeles y Demonios

Los libros que ofrecen la mayoría de las librerías comerciales sobre el tema de ángeles y demonios están de moda. Sin embargo la inmensa mayoría de estos libros presentan extrañas visiones sobre los espíritus celestiales y los del inframundo, más inspirados en las corrientes esotéricas de la Nueva Era que en una teología cristiana seria. Un católico que quiera formarse en cuestiones de angelología y demonología, para vivir mejor su vida espiritual, deberá prescindir de toda clase de basura esotérica que, más que educar, es causa de confusión. Si quiere formarse más profundamente en estos temas habrá de leer obras teológicas o espirituales que sigan la Tradición de la Iglesia y tengan sólidas bases bíblicas.

En estos días he terminado de leer "Ángeles y Demonios" (Las criaturas invisibles y las vicisitudes humanas) de Giorgio Gozzelino, publicado en 2006 por Ediciones San Pablo. No se trata de un manual de exorcística o de un libro devocional, sino de una obra teológica y filosófica –en algunas partes bastante densa– que presenta una exposición del tema de ángeles y demonios en la historia de la teología. El autor, que es sacerdote salesiano, nació en Turín Italia en 1930, es doctor en filosofía y teología, egresado de la Pontificia Universidad Salesiana de Roma. Es profesor de teología sistemática y de teología espiritual en dicha universidad en su sede de Turín, y ha publicado algunos libros sobre teología y espiritualidad.

Para su exposición de 236 páginas, Gozzelino sigue el método tradicional de los estudios teológicos. Primero hace un repaso por la angelología y la demonología en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Posteriormente nos transporta a las épocas sacrales de la Patrística y la Escolástica que profundizan sobre el tema, llegando a su punto de mayor profundidad con la doctrina de santo Tomás de Aquino. Con la llegada de la Edad Moderna la filosofía se va concentrando en el hombre, por lo que la reflexión sobre el mundo angélico y demoníaco, en un proceso lento, van perdiendo interés. La especulación teológica entra en un franco empobrecimiento y el tema de los ángeles se queda en una vasta tradición devocional, mientras que aparecen fenómenos de miedo a lo diabólico.

Con la llegada del siglo XX crece el proceso de secularización y las discusiones sobre la existencia de ángeles y demonios se hacen más tensas. Corrientes teológicas que siguen la Tradición afirman la existencia de estos espíritus mientras que otras líneas de pensamiento se vuelven contestatarias a la doctrina de la Iglesia. Algunas llegan a afirmar que las criaturas espirituales son meras representaciones del bien y del mal y que Satanás, como persona, no existe, y hasta llegan a afirmar que la creencia en el diablo es perjudicial para la fe de los creyentes. Esta eliminación del dato de la existencia del diablo en la práctica cotidiana de la fe, significa entonces el derrumbe de una profunda convicción que ha acompañado al cristianismo hasta nuestros días. ¿Podríamos dejar de tomar en cuenta ese dato de la Revelación sin alterar o empobrecer el mensaje del mismo Jesucristo? El autor no lo cree así, y nos enseña que, aunque la existencia de los ángeles –caídos y no caídos– juega un papel periférico en la fe cristiana, no por ello pierde su importancia.

¿Cómo entonces el cristiano católico de hoy puede ser fiel a la doctrina perenne de la Iglesia y, al mismo tiempo, adecuar las creencias sobre ángeles y demonios para su vida cristiana? Primero, con la ayuda de la misma Sagrada Escritura, de la teología y la filosofía, Gozzelino nos lleva por un desmantelamiento de todos los argumentos que niegan que las criaturas angélicas y diabólicas sean seres reales. Luego hace una exégesis científica de los textos bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento, y demuestra que ángeles y demonios no son meras metáforas, sino seres personales que juegan un papel en torno al acontecimiento de Jesús de Nazaret. No tomar en cuenta estos datos es mutilar la fe de la Iglesia.

Pero no basta probar que existen demonios y ángeles. Hay que responder también por el significado que tienen en la vocación y el destino del hombre, el papel que juegan en nuestra vida personal. Es preciso recordar que si la teología acaba expulsando a Satanás y a los ángeles, éstos entrarán en la vida de muchas personas por la ventana de la superstición y de la magia, lo que puede significar para ellas un desastre espiritual. Lo que hemos de hacer, entonces, es tomar los datos revelados por Dios en su totalidad, según la doctrina perenne de la Iglesia, y articularlos en un lenguaje que entienda el hombre moderno. "Ángeles y demonios" es un libro que enriquecerá mucho al estudiante de teología, al religioso, así como al sacerdote que quiera tener una visión de conjunto sobre el tema, evitando los extremos de marginar a estos espíritus y de exagerar su papel en la cotidianidad de la vida humana. Una obra equilibrada, completa y concisa. 

Nuestros cuerpos sufrientes

A medida en que pasan los años nos vamos haciendo personas más vulnerables en nuestra dimensión física. Aparecen nuevas dolencias, se manifi...