martes, 24 de mayo de 2022

Censura a Nancy Pelosi



Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha incurrido en una situación tan escandalosa por su creciente apoyo público al aborto, que su pastor, monseñor Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco, jurisdicción a la que ella pertenece, tuvo que tomar la grave decisión de prohibirle la recepción de la Eucaristía el pasado 19 de mayo. La pena canónica que el arzobispo ha impuesto sobre la señora Pelosi ha sido una decisión ejemplar y valiente que pocos prelados se atreven a hacer. No se trata de una excomunión formal –la pena más severa de la Iglesia–, sino de una censura pública que le prohibe el acceso a la Comunión eucarística.

Imponer una pena canónica públicamente a una de las líderes del mundo político con más influencia y poder en Estados Unidos es una acción que tuvo que ser largamente meditada y con disposición a asumir el sufrimiento por los efectos que pueda tener sobre el arzobispo, su arquidiócesis y sobre la Iglesia norteamericana. Pero además es una decisión que aumenta la polarización que vive la sociedad estadounidense por la posible derogación de la ley federal del aborto en junio de este año.

Prohibir recibir la Comunión sacramental es una pena canónica severa que puede imponer la autoridad de Iglesia Católica sobre un bautizado. Si bien no es una declaración formal de excomunión de la Iglesia, la pena de entredicho es una censura que no permite acercarse al reo a recibir los sacramentos. Es una pena que supone una ofensa gravísima y que es de carácter medicinal. No se trata de un castigo como si fuera una venganza por un mal comportamiento sino, más bien, es una sanción correctiva, es decir, con el objetivo de que la persona castigada reflexione, recapacite, reconozca su error y salga de él para la propia salvación de su alma y la de otras personas afectadas.

El arzobispo Cordileone en 2021 publicó una carta pastoral llamada "Desde antes de formarte en el útero te conocí", en la que reflexionaba sobre la santidad de la vida humana y las razones por las que un político católico pro aborto no debe recibir la sagrada Comunión. En una entrevista con el periodista Eric Sammons, el arzobispo Cordileone manifestó su frustración y decepción por el apoyo público y radical que Nancy Pelosi había dado al aborto durante décadas, pero dijo que antes de tomar una decisión de censurarla, era necesario hablar con ella sobre la gravedad de sus acciones. Dejó pasar un año después de la publicación de la carta pastoral; hubo varios intentos de entablar comunicación con la Pelosi; ella endureció su postura abortista y jamás mostró arrepentimiento. Estas circunstancias llevaron finalmente a Cordileone a imponer la pena canónica. Sobre aviso no hay engaño.

Durante su vida pública, Nancy Pelosi se ha declarado devota católica y, al mismo tiempo, es una rabiosa promotora del aborto. Ella asiste regularmente a la Iglesia de la Santísima Trinidad en Georgetown en DC donde recibe la Comunión. Y mientras ella seguía comulgando, su obispo Cordileone explicaba en su carta pastoral que durante dos mil años quienes reciben la Eucaristía profesan públicamente su fe católica y se esfuerzan por vivir según las enseñanzas morales de la Iglesia; que aquellos que rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre la santidad de la vida humana se ponen en contradicción con la comunión de la Iglesia, y por eso no deben recibir el sacramento de esa comunión que es la Eucaristía. Señalaba además el arzobispo que además de poner en peligro su bien espiritual, está el peligro del escándalo. Por su falso testimonio otros católicos pueden llegar a dudar de la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto, la Sagrada Eucaristía o ambos.

Cordileone ha señalado también los pasos que debe seguir Nancy Pelosi para regresar a la Sagrada Comunión: "no debe presentarse para la Sagrada Comunión y, si lo hace, no debe ser admitida a la Sagrada Comunión, hasta que repudie públicamente su defensa de la legitimidad del aborto y confiese y reciba la absolución de este grave pecado en el sacramento de la Penitencia".

Muchos católicos agradecemos la claridad de las enseñanzas de monseñor Cordileone y apoyamos la pena impuesta a Nancy Pelosi. De ninguna manera vemos en este castigo una venganza hacia ella ni deseamos que Dios la condene. Al contrario, por ser una hija de Dios que ha proclamado el error y promovido el pecado grave de manera pública, con gran confusión y escándalo para los católicos, era necesaria una acción severa, pero al mismo tiempo llena de caridad pastoral, para mostrar la luz de la Verdad; y de esa manera evitar que su alma se pierda y que otros católicos la sigan hacia por el camino que puede conducir a la reprobación eterna. Es necesario orar por ella y por los políticos católicos que promueven la cultura de la muerte.

Reacciones contrarias a la pena impuesta a Nancy Pelosi no se han hecho esperar dentro de la misma Iglesia. Algunos sacerdotes afirman que ellos no pueden negar la Comunión a nadie, ya que los sacerdotes no están para condenar sino para mostrar cercanía y ternura en todo momento, con el estilo de Dios. Este estilo pastoral, sin embargo, es contrario al Evangelio y al estilo de Dios. Jesús mismo nos habló de la corrección fraterna en privado, y si la persona corregida "no te hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso a la comunidad considéralo como un pagano o un publicano" (Mt 18,15-20). Un castigo mira siempre al bien de la persona y a salvar a la comunidad de caer en el mismo error. Hay que dar gracias a Dios cuando nos corrigen, pues más vale tener pastores un poco severos que nos conducen por el camino estrecho, a contar con pastores blandos que sólo nos miman, pero que ni salan la tierra ni son luz para sus ovejas.

La prohibición de comulgar a la señora Pelosi es un llamado a una seria reflexión para todos aquellos católicos que públicamente se declaran a favor del aborto, entre ellos el presidente Joe Biden. Si se ha puesto en entredicho a una poderosa mujer quien apoya públicamente el asesinato de inocentes, los políticos católicos pro aborto deben de recapacitar sobre su postura y pedir la luz al Espíritu para que ilumine su conciencia, les descubra la sacralidad de la vida humana y los haga crecer en su formación como discípulos de Jesús. No es la agenda de los partidos políticos la que salva, sino la fidelidad a la enseñanza de Jesucristo que se recibe a través de la Madre Iglesia.

martes, 17 de mayo de 2022

Sexo no tan seguro


En marzo de 2009 el papa Benedicto XVI volaba hacia Camerún en uno de sus viajes apostólicos. Un periodista francés le recordó que uno de los problemas más graves de salud del continente africano es la difusión del sida, y le dijo que la postura de la Iglesia Católica sobre la lucha para erradicarlo no se considera realista ni eficaz. El papa Ratzinger respondió: "Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos, con sus diversas realidades... Yo diría que nuestras dos fuerzas son éstas: renovar al hombre interiormente, darle fuerza espiritual y humana para un comportamiento correcto con respecto a su propio cuerpo y al de los demás, y esa capacidad de sufrir con los que sufren".

Las críticas llovieron al papa provenientes, sobre todo, de la industria anticonceptiva y de la progresía mundial, quien vio afectados sus intereses por la declaración del pontífice. La razón estaba del lado de Benedicto. Las personas convencidas de que se trata de un método efectivo para prevenir las enfermedades de transmisión sexual están engañadas. Los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social dicen que el condón tiene una efectividad del 85%. Si las parejas monógamas donde hay un partner infectado de VIH deben utilizar los condones con mucho, mucho cuidado, imaginemos a los adolescentes y jóvenes ebrios que saliendo de una fiesta se van a un motel a tener sexo. Por supuesto que en ellos la efectividad del latex es mucho menor.

Nadie en su sano juicio compraría un boleto de avión a una aerolínea en la que el 15% de sus aviones se caen. Así tampoco nadie en sus cabales debería de tener sexo utilizando un artefacto que es efectivo en un 85%. Contraer el virus del sida es algo muy serio. A un amigo mío con atracción al mismo sexo se le vino el mundo abajo cuando supo que tenía VIH. Sus compañeros de trabajo lo discriminaron hasta que lo hicieron renunciar, y en su casa algunos familiares le dieron la espalda. Él describe las consecuencias de su contagio como una pesadilla. Por ello confiar en un objeto de latex que se coloca entre la persona y el caos es una conducta de alto riesgo, una verdadera tontería.

Contagiarse con el virus del sida no es la única posibilidad para quienes creen en el mito del "sexo seguro". Tampoco los condones son cien por ciento efectivos para prevenirse de otras enfermedades. Los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades en Georgia, EEUU, indican que "el uso del condón no puede brindar una protección absoluta contra ninguna enfermedad de transmisión sexual (ETS). Las formas más confiables de evitar la transmisión de ETS son abstenerse de la actividad sexual o tener una relación mutuamente monógama a largo plazo con una pareja no infectada. Sin embargo, muchas personas infectadas pueden no ser conscientes de su infección porque las ETS a menudo son asintomáticas y no se reconocen".

El condón fracasa para prevenir enfermedades por algunas razones. Primero, el latex es un objeto que no es completamente sólido. Tiene vacíos o agujeros microscópicos que son parte del proceso de fabricación. Aun cuando el ojo no puede detectarlos, están ahí, y cualquier virus puede pasar a través de ellos, como el VIH que mide una quinceava parte de una micra, o el virus de la clamidia, la gonorrea o la tricomoniasis que también son de tamaños similares. Estas enfermedades se transmiten a través de los fluidos genitales. En el caso de enfermedades como la sífilis, el herpes, el virus del papiloma humano y el chancroide, las cuales se contagian por el contacto piel con piel, también el condón falla porque no cubre todas las áreas infectadas.

En las marchas del orgullo y en asociaciones para tratar a personas contagiadas de VIH se distribuyen condones a diestra y siniestra como si fuera la panacea para evitar los contagios. Cuando pasan dichas marchas por las iglesias arrojan los condones a granel, como si creyeran que con ello insultan a los católicos. ¿Qué podemos decirles? Que se pongan todos los condones que quieran, pero que no tengan sexo –ni con condón ni sin condón– porque ello les traerá consecuencias físicas, emocionales y espirituales. El condón podrá ofrecerles cierta protección física, pero nunca debe ser llamado "sexo seguro" por las razones que he expuesto, pero además por las costosas facturas psicológicas y espirituales que se deberán de pagar.

El mensaje de este artículo no es que las parejas tengan sexo sin utilizar condón. El mensaje es que la única manera de estar seguros de no infectarse es abstenerse de relaciones sexuales hasta el matrimonio, casarse con una persona no infectada y que ambos permanezcan fieles uno al otro. Esto es posible con una evangelización de la sexualidad, como dijo Benedicto XVI en la entrevista en el avión a Camerún, para "renovar al hombre interiormente, darle fuerza espiritual y humana para un comportamiento correcto con respecto a su propio cuerpo y al de los demás".

En un mundo que está pagando cada vez más caro el precio del "sexo seguro", volver a la castidad antes y durante el matrimonio es la única opción para vivir una vida saludable en todos los órdenes. Esta virtud brinda protección al cien por ciento, no sólo física sino también emocional y espiritual.

Apéndice: Es una verdadera pena que algunas asociaciones católicas que acompañan a enfermos de sida les distribuyan condones con la excusa del mal menor. En vez de disuadirlos y educarlos para que no se involucren en conductas de alto riesgo, los ponen en peligro de sufrir las consecuencias físicas, emocionales y espirituales que tiene el uso del latex.

viernes, 6 de mayo de 2022

Abortistas encienden la alarma


Es de sumo interés lo que ahora está sucediendo en Estados Unidos. Nunca en la historia de ese país se había filtrado a la prensa un documento de la Suprema Corte de Justicia como ocurrió hace unos días. El documento es un borrador que expresa la opinión de la mayoría de los nueve jueces de la Corte sobre el aborto, y en él se define como "error flagrante" la histórica decisión de la Corte Suprema en 1973 de legalizar el aborto en el famoso caso "Roe vs Wade". Esto ha armado la pelotera en grande y desatado la furia de la progresía estadounidense que ve muy cerca el final del derecho al aborto.

La Suprema Corte confirmó el martes 3 de mayo que el documento filtrado es auténtico, pero aclaró que no es la decisión definitiva de la Corte ni la postura final de ninguno de los miembros. Efectivamente, el documento tiene únicamente valor de estudio y está sujeto a nuevas discusiones y argumentos antes de dar el fallo definitivo, el cual se espera a más tardar en junio de este año.

La consecuencia inmediata de la filtración ha sido la enorme presión que comenzó a ejercerse contra los jueces a través de protestas y actos violentos frente a sus casas, al grado que uno de ellos tuvo que huir con su familia a un lugar secreto. Pero además, y debido a que algunos jueces son católicos, los abortistas arremetieron contra diversas parroquias interrumpiendo la celebración de la Eucaristía con actos violentos y dejaron pintas en las paredes.

La pregunta es ¿por qué el documento se filtró a la prensa? El delito es gravísimo. El mismo juez de la Corte John Roberts calificó la filtración como una "atroz ruptura de la confianza" y ordenó abrir una investigación. 

Según Pablo Muñoz Iturrieta, politólogo experto en política estadounidense, la filtración puede tener dos motivos. El primero es que, debido a que la sentencia final sobre la derogación del derecho al aborto no ha sido dada y la información filtrada ha sido un escándalo gigantesco, esto puede hacer que el Congreso cierre el año de la Suprema Corte, así todos tengan que irse a casa y se posponga la sentencia final debido a la falta de consenso.

El segundo motivo es el más terrible: que mientras mandan a los jueces a su casa el Congreso tenga tiempo para tratar de sacar una ley federal que proteja el derecho al aborto en toda la nación. Es la intención que tiene el muy "católico" presidente Biden. De lograrse esto, la causa pro vida sería la gran perdedora ya que sería mucho más complicado que se declarara inconstitucional esa ley.

Así que las cosas no están fáciles, y menos con la filtración del documento, que ha puesto el agua progre a hervir antes de tiempo. Lo cierto es que si en junio se llega a eliminar el derecho al aborto en Estados Unidos, se dará el golpe más duro al negocio del aborto en nuestro vecino país y también en otros países. Al menos 22 estados de la unión norteamericana impondrían muchas restricciones al aborto y, lo mejor para nosotros en latinoamérica es que se prohibiría a grupos económicos y asociaciones abortistas como Planned Parenthood financiar a grupos promotores del aborto en Hispanoamérica. No sólo eso. La llegada de un presidente norteamericano pro vida a la Casa Blanca podría exigir a países que reciben ayuda financiera de Estados Unidos –México entre ellos– que dejara de promover el aborto en su país a cambio de tener esa ayuda.

El ambiente en Norteamérica está más polarizado que nunca. Se trata de dos posturas irreconciliables que reflejan dos manera de interpretar el derecho. Por un lado quienes juzgan y entienden la Constitución con el espíritu con el que fue escrita y, por otro, quienes afirman que la Constitución debe adecuarse a los tiempos actuales.

Algunos funcionarios de primer nivel, visiblemente enojados, azuzaron la furia de los demócratas abortistas, como la vicepresidenta Kamala Harris: "¿Cómo se atreven  a decirle a una mujer lo que puede hacer con su propio cuerpo? ¿Cómo se atreven a tratar de evitar que determine su propio futuro? ¿Cómo se atreven a negar a las mujeres sus derechos y libertades?" 

A la progresía le han clavado banderillas negras. Están fúricos al grado de que algunos sitios católicos han comenzado a dar consejos e instrucciones de cómo los feligreses pueden defender sus parroquias de la hordas abortistas.

En las antípodas del progresismo estamos los pro vida que afirmamos que los abortos niegan todos los derechos y libertades a los bebés por nacer, ya que son seres humanos vivos e insustituibles desde el momento de su concepción; que el derecho a la vida de un inocente prevalece sobre otros derechos que reclamen las mujeres; y que la grandeza y el futuro de una nación democrática está en la protección a toda vida humana desde el vientre materno.

Mientras llega la decisión final de la Suprema Corte –que será hacia finales de junio y esperemos que sea a favor de la vida– quienes defendemos la dignidad de la persona humana debemos seguir orando; porque esta es una batalla, ante todo, espiritual, un choque frontal entre la luz y las tinieblas. La escalofriante cifra de más de 63 millones de bebés que han sido sacrificados en abortos en Estados Unidos desde 1973 podría empezar a detenerse, y Norteamérica podría representar un futuro de esperanza para muchas naciones.

miércoles, 4 de mayo de 2022

Sexo casual y enfermedades


Hace tiempo recibí una carta de una mujer joven, entre 25 y 30 años, que solamente quería compartir conmigo su profundo dolor. En años pasados de su vida había tenido relaciones sexuales con algunos hombres y contrajo una enfermedad de transmisión sexual que la había dejado permanentemente estéril. La muchacha, que había soñado con casarse y formar una familia, sintió que sus sueños jamás se harían realidad. Creía que nadie aceptaría casarse con una mujer con una enfermedad venérea incurable e incapaz de dar hijos en el matrimonio. ¡A veces las lecciones de Dios son muy duras!

Siempre aconsejo a todos los solteros y parejas de novios, tengan la edad que tengan, que se abstengan de tener relaciones sexuales si no están casados. Son muchas las razones que les expongo, y una de ellas –la más obvia– es el peligro de contraer una enfermedad de transmisión sexual. Hace algunas décadas eran los marineros los que se contagiaban con las prostitutas en los puertos, y en su mayoría esas enfermedades eran curables con antibióticos. Hoy las enfermedades de transmisión sexual se contagian en el ambiente de las preparatorias y universidades.

Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada día en el mundo un millón de personas contrae una enfermedad venérea. En México, el IMSS revela que para el año 2021 el 30 por ciento de los jóvenes entre 18 y 30 años tenía o había tenido alguno de estos males. Muchas de estas enfermedades son incurables y algunas, mortales. En los Estados Unidos una de cada dos personas sexualmente activas habrán contraído una enfermedad cuando lleguen a los 25 años de edad. Es difícil proporcionar estadísticas ya que éstas cambian continuamente, pero lo cierto es que cada año la situación es más grave que el año anterior.

Recuerdo con mucha pena la visita que un joven abogado me hizo a mi parroquia, hace ya varios años. El muchacho lloraba sin consuelo y solamente quería ser escuchado. El abogado no era de esta ciudad, pero había llegado hasta aquí para escapar de la vergüenza y el estigma social que en su ciudad tenían los contagiados de VIH. Él era homosexual y se había infectado durante sus noches de diversión y sexo con otros hombres; y no quería regresar con su familia porque no tendría "cara" para jugar con sus sobrinos, sabiendo que todos en su casa estaban enterados de su padecimiento. Escucharlo me dolió profundamente.

El sida es una enfermedad que provoca terror. Ha sido una de las epidemias más graves que ha infectado a la humanidad, y es causada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el cual se transmite por el intercambio de fluidos corporales, principalmente la sangre y el semen. Millones de personas –muchas de ellas son celebridades del mundo del espectáculo– han muerto a causa de esta enfermedad, y las víctimas no paran. En Estados Unidos el 40 por ciento de los nuevos casos de infección ocurren en jóvenes entre 15 y 24 años de edad.

El herpes genital es una enfermedad relativamente nueva. Uno de cada seis norteamericanos mayor de doce años está infectado con el virus del herpes. Esta enfermedad es incurable, causa ampollas dolorosas en áreas íntimas del cuerpo y es extremadamente contagiosa. Se transmite por contacto sexual con una persona infectada.

El virus del papiloma humano, si no fuera por la difusión que tiene el sida, sería tema de grandes noticias. Se trata de un virus que causa verrugas genitales, y no sólo ello. Lo peor es que muchas de estas verrugas son causa de cáncer en el aparato genital. Es una enfermedad mortal que ha cobrado la vida de millones de mujeres heterosexuales y se difunde rápidamente. Un estudio de la Universidad de Berkeley mostró que el 46 por ciento de las mujeres estudiantes salieron positivas después de hacerse la prueba de este virus.

La clamidia, a diferencia de las otras enfermedades de transmisión sexual, es una infección causada por una bacteria. Como toda bacteria, la clamidia es curable por medio de antibióticos. Muchas veces no se presentan síntomas en las mujeres, pero ahí está actuando en ellas de manera silenciosa. La clamidia puede causar un daño permanente al sistema reproductor. Una mujer infectada tiene el 25 por ciento de probabilidad de quedar permanentemente estéril.

La sífilis es la enfermedad de transmisión sexual más común en México cuyos primeros síntomas son llagas en las zonas genitales, pero pueden pasar inadvertidas. Si no se detectan se puede pasar a una segunda fase en la que diversas erupciones se manifiestan en varias partes del cuerpo, que más tarde pueden degenerar en ceguera, demencia y finalmente provocar la muerte.

Son muchas las víctimas de la atmósfera del sexo casual en que vive el mundo. Muchos jóvenes contagiados con alguno de estos padecimientos, si hubieran sabido antes de los riesgos a los que se exponían, si hubieran estado más informados y hubieran tenido una educación moral y religiosa, no habrían participado en conductas de promiscuidad sexual, no hubieran tenido relaciones fuera del matrimonio y hubieran permanecido vírgenes para entregarse únicamente a la persona con la que se comprometieran a amar para el resto de sus vidas. 

Practicar yoga

Pregunta : La Yoga, ¿Va o no va en contra de la fe Católica? Hay quien dice que si es solo para ejercitarse, no hay problema. Respuesta : P...