El marxismo sueña con construir el paraíso en la tierra. Las feministas anhelan la abolición de los sexos para hacer un paraíso asexuado. Los ateos científicos se ilusionan con un macabro mundo de híbridos hombres-máquina. Los cristianos, en cambio, en el esfuerzo por mejorar el mundo tenemos puesta nuestra esperanza en ‘otro lugar’, en un lugar más allá de toda comprensión humana. Incluso cuando las cosas van terriblemente mal en el mundo, los cristianos nos sentimos alentados por alcanzar, al final de la vida, no el Olimpo, ni Roma, ni una mansión en California, sino el Reino eterno del amor, la verdad y la belleza, la vida con Dios en el Cielo. ("Guía políticamente incorrecta de la Civilización Occidental" de José Javier Esparza y Anthony Esolen)
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
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