Jesús dice: "el que quiera ser mi discípulo niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Un error educativo de los padres es no formar a sus hijos a saber negarse a sí mismos. No los educan en la sabiduría de la cruz. Les perdonan con facilidad los castigos que les pusieron, les permiten que no cumplan lo que les pidieron, no les dan responsabilidades en el hogar ni les exigen en sus estudios, y los dejan que frecuentemente se salgan con la suya.
¿Cómo educar a los hijos en la negación de ellos mismos, en tomar la cruz? Enseñarles a vivir en orden, es decir, a establecer horarios para levantarse y para acostarse, para comer y estudiar; enseñarles a dar cariño a sus padres, hermanos, profesores, amigos; enseñarles a servir fuera del hogar dando de comer al hambriento y vistiendo al desnudo; enseñarles a 'perder' un poco la vida para obtener la alegría de servir a los demás; enseñarles el amor al trabajo y al estudio; enseñarles a usar bien su tiempo libre limitándoles el tiempo para ver televisión, videojuegos o internet; enseñarles a descubrir otras alternativas sanas de entretenimiento; enseñarles que la oración debe ser una disciplina diaria, que la Eucaristía dominical no es opcional para un menor y que hay que acudir a la Confesión con cierta frecuencia… y todo ello en un clima de amor.
Así los padres estarán invirtiendo para lograr formar niños que se conviertan en adultos trabajadores y responsables. Lo dijo Jesús: el amor a la cruz y la negación de uno mismo conducen a la alegría de la resurrección.
¿Cómo educar a los hijos en la negación de ellos mismos, en tomar la cruz? Enseñarles a vivir en orden, es decir, a establecer horarios para levantarse y para acostarse, para comer y estudiar; enseñarles a dar cariño a sus padres, hermanos, profesores, amigos; enseñarles a servir fuera del hogar dando de comer al hambriento y vistiendo al desnudo; enseñarles a 'perder' un poco la vida para obtener la alegría de servir a los demás; enseñarles el amor al trabajo y al estudio; enseñarles a usar bien su tiempo libre limitándoles el tiempo para ver televisión, videojuegos o internet; enseñarles a descubrir otras alternativas sanas de entretenimiento; enseñarles que la oración debe ser una disciplina diaria, que la Eucaristía dominical no es opcional para un menor y que hay que acudir a la Confesión con cierta frecuencia… y todo ello en un clima de amor.
Así los padres estarán invirtiendo para lograr formar niños que se conviertan en adultos trabajadores y responsables. Lo dijo Jesús: el amor a la cruz y la negación de uno mismo conducen a la alegría de la resurrección.
Usualmente, a los padres que tratan de hacer esto con sus hijos se les dice que son muy exagerados y estrictos...Le agradezco que haya escrito sobre esto, Padre. Me llena de animo.
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