Hace unos años imprimirse un tatuaje era costumbre relacionada con los presidiarios, pandilleros o estrellas de rock, pero en pleno siglo XXI los tatuajes se han convertido en un sector prominente de la industria estética. Solo en Estados Unidos este negocio mueve 2300 millones de dólares al año. ¿Hacen los tatuajes más estéticos nuestros cuerpos? Si viéramos que los tigres se borraran sus bonitas rayas, o que los osos polares se disfrazaran manchando su pelaje con pintas negras o que las cebras cambiaran su blanco y negro por verde y azul… pensaríamos que degradan su ‘tigridad’, su ‘osopolaridad’ o su ‘cebridad’. Y los seres humanos, ¿no degradamos nuestra humanidad cuando grabamos en nuestros cuerpos dragones, estrellas o letras chinas? Porque la guapura luce, más bien, en el vestido y arreglo personal, y el cuerpo humano resplandece de belleza tal como es, al natural, sin pintas que lo envilezcan. Es fácil, para los animales, ser plenamente animales, pues ellos no alteran su naturaleza; pero qué difícil es para los seres humanos vivir en nuestra naturaleza y ser así plenamente hombres.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
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ResponderBorrarExcelente publicación que nos permitió conocer cosas aún más bellas de éste singular sacerdote, descanse el paz el querido Padre Carlos.
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