Hace unas semanas el edificio de la antigua presidencia municipal, en el centro histórico de Ciudad Juárez, dio la bienvenida a decenas de masones de toda la república. El hecho de que el gobierno municipal les haya prestado el palacio municipal para su evento nacional nos habla de la relación estrecha que existe entre el gobierno mexicano y la masonería. Parece que afiliarse a las logias es condición indispensable para hacer carrera en la política y otros ambientes. Catolicismo y masonería son visiones muy diversas de la realidad. El catolicismo es una religión revelada por Dios donde el hombre se eleva hacia la Verdad por medio de la fe que ilumina y guía a la razón. El destino del hombre, para el católico, es sobrenatural. La masonería busca la perfección por medio de la razón, prescindiendo de la fe, y ve el orden natural como el destino más alto del hombre.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
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