Los hombres de la Edad Media no construyeron las catedrales para que fueran pequeñas, oscuras y macabras estructuras que reflejaran su miedo o ignorancia. Al contrario, los maestros constructores medievales querían luz, porque su fe les enseñó a desearla. Estaban convencidos de que “la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (Jn 1,5). A Cristo se le llama la Luz que viene al mundo, y sus discípulos deben permitir que la luz brille para los hombres. Albañiles, carpinteros, herreros y vidrieros construyeron las catedrales, las obras de arquitectura más espléndidas que adornan la Tierra.
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
Comentarios
Publicar un comentario
¿Quieres comentar? Antes debo revisar tus palabras y sólo podrá ser comentado públicamente lo que sirva para edificación.