Una vez, un hombre
le dice a un sacerdote que viajaba con la Madre Teresa de Calcuta: “Padre, no sé qué cosa
me está sucediendo, pero me parece que Dios me está mirando a través de los
ojos de aquella mujer”, y señaló a la Madre Teresa. El sacerdote le dijo a la
religiosa lo que ocurría y ella dijo con simplicidad: “Dígale que Dios, desde hace
mucho tiempo, lo estaba mirando. Él no se daba cuenta antes, pero hoy
ha hecho un acto de humildad y sus ojos se abrieron a la luz”. Oremos para que
nuestros ojos también se abran: la luz está lista para entrar y los brazos de
Dios ya están abiertos para abrazarnos. ¡Buen domingo!
Gloria a dios, feliz domingo
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