La crisis de los niños migrantes no deja dormir; ¿Qué niño migrante dormirá bien viajando en trenes de carga, de sobresalto en sobresalto? ¿Qué padre y madre de esos pequeños dormirá tranquilo al pensar que su niño anda con un pollero a miles de kilómetros de casa? ¿Quién puede dormir en paz en la sociedad norteamericana y su gobierno al asomarse al patio de su casa y ver a miles de niños en harapos y con hambre, esperando entrar? ¿Qué mexicano que ame a su país estará satisfecho mientras que miles de niños cruzan su territorio bajo la sombra del crimen organizado y la corrupción de las autoridades? Quienes se jactan de construir un mundo que no necesita a Dios, ¿podrán dormir al contemplar su fracaso? ¿Podrá Dios reposar en el cielo mientras observa lo que el hombre está provocando a los más débiles del mundo?
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