Los medios están difundiendo terror al ébola. El profesor de Medicina de Urgencia Adam Levine de Brown Medical School, ha dicho que el ébola no se transmite ni por el aire ni por aerosoles. Esto la hace menos contagiosa que el sarampión, la varicela, la tuberculosis o incluso la gripe. En los últimos seis meses el ébola ha matado a 2 mil personas en África mientras que la malaria quitó la vida a 288 mil. El ébola se contagia sólo por contacto físico, especialmente por los fluidos corporales. La verdadera tragedia del brote del ébola es que la mayoría de los africanos no tiene acceso a medicinas ni a instalaciones profesionales como en Occidente. Es una enfermedad de los pobres. Dejémonos de terrores y pidamos que los países ricos ayuden al África creando mejores condiciones sanitarias, antes de que el ébola se convierta en una verdadera epidemia en aquel continente.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
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