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Paramédicos de Ciudad Juárez

En la fotografía aparecen varios grupos de paramédicos de la Cruz Roja, Cruz Verde y la Comisión Nacional de Paramédicos. Celebramos hoy 21 de junio la Eucaristía en el día de san Luis Gonzaga quien, haciendo la labor de un paramédico, murió hace 423 años en Roma.

Los jesuitas habían abierto un hospital por la epidemia de una fiebre mortal que recorría la ciudad. Luis, que era jesuita, se entregaba pidiendo víveres de puerta en puerta para los enfermos. Cuida a los moribundos, les limpia las llagas, les hace las camas, los prepara para la confesión. Encuentra a un enfermo, lo lleva en sus hombros y queda contagiado por la fiebre. Sabía que iba a morir y le escribe a su madre diciéndole: "Alégrate porque Dios me llama después de una breve luche. No llores como muerto al que vivirá en la vida de dios. Pronto nos reuniremos para cantar juntos las misericordias del Señor".

Luis, gravemente enfermo, se levanta en las noches a adorar al Crucifijo, besa las imágenes sagradas en su habitación. Cae en arrobamiento y Dios le revela que morirá en la Octava del Corpus Christi. Desde entonces todos los días recita el 'Te Deum' en alabanza a Dios por su majestad y por su vida. Pide al padre Roberto Bellarmino, su confesor y director espiritual, que le recite las oraciones preparatorias para morir. Entre las 10 y las 11 de la noche su salud empeora. Sus ojos están fijos en el Crucifijo y expira con el nombre de Jesús en sus labios, entregando su alma a Dios.

San Luis Gonzaga, ruega al Señor para que los paramédicos sirvan, en los enfermos, al Cristo sufriente.

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