Decía san Justino que los cristianos vivían como ciudadanos correctos. No se emborrachaban, no eran ladrones, tenían prohibido mentir, no eran vengativos ni se divorciaban de su esposa para irse con la del vecino. Y no dejaban abandonados a los niños para que murieran. ¿Por qué entonces eran perseguidos por el Imperio Romano? Por la razón de que ellos no veían al Estado como dios, a diferencia de los romanos que adoraban al emperador. Los cristianos amaban la patria y estaban dispuestos a defenderla, pero el Dios al que obedecían estaba por encima del Estado, era superior a éste. Muchas persecuciones a la Iglesia se han desatado porque los cristianos han preferido obedecer a Dios antes que a los hombres.
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