sábado, 11 de abril de 2020

Resucitar en tiempos de pandemia


En medio de una guerra contra un enemigo invisible celebramos la Resurrección de Cristo. Todo lo que creemos los cristianos depende de un sólo hecho: Cristo Jesús ha vencido a la muerte. Para entender la resurrección en tiempos del Covid-19 es necesario mirar las fuerzas del mal que cayeron sobre Jesús en su agonía.

Jesús durante su Pasión recibió sobre sí todo el peso del mal del mundo. Fueron las fuerzas del demonio quienes utilizaron como repugnantes títeres a algunas personas para lanzarle dos frases muy perversas y que son la clave para comprender la Pasión: “Si eres el Hijo de Dios baja de la cruz para que creamos” y “A otros pudo salvar, pero no se puede salvar a sí mismo”.

"No obedezcas y no ames", fueron los ataques que le hizo el diablo, asaltos como jamás lo vieron los siglos ni lo verán jamás. Sin embargo Jesús no cedió a la tentación y permaneció fiel en obediencia a la voluntad del Padre. No quiso salvarse a sí mismo y prefirió ocuparse de la salvación de la humanidad, la tuya y la mía. Por su amor infinito murió Jesús para darnos la salvación y la victoria.

Covid-19 es un mal que ha caído sobre la humanidad. Los muertos son miles y los contagiados son cientos de miles. Los daños en la economía global están siendo gravísimos. Vivimos la Pasión de Cristo. Como al Maestro, el diablo también nos instiga a la rebelión contra Dios: si Dios es bueno ¿por qué permite el virus? Quiere también provocarnos para que, en esta crisis, busquemos sólo nuestra salvación procurando sólo el bienestar personal y familiar, y dejemos de ver por el bien de los demás, olvidando que todos navegamos en el mismo barco.

Si la resurrección de Cristo es el centro de nuestra fe, entonces hemos de afirmar que, en este momento histórico, el verdadero camino para el ser humano es luchar contra la pandemia del coronavirus con todas las fuerzas, pero en la serena aceptación de que este mal ha sido permitido por Dios para purificar a sus hijos de sus pecados y para despertar en ellos la comunión con Él.

Si Jesucristo se hubiera quedado en el sepulcro podríamos concluir que el Covid-19 es una maldición fatal que sólo nos amarga la vida, y que no vale la pena ni obedecer a Dios ni amar a nuestros hermanos porque terminaremos pudriéndonos en una tumba. Pero si la carne de nuestro Salvador ha florecido con la gloria de la resurrección, entonces amar a Dios y ser solidarios con nuestro prójimo, en medio de esta pandemia, tiene mucho sentido.

La Resurrección del Señor de entre los muertos nos muestra que podemos y que vamos a trascender las crisis provocadas por el coronavirus. Si Cristo crucificado soportó el peso del pecado, podemos tener la fuerza para soportar nuestros males. Si Cristo resucitado venció el pecado y la muerte, podemos tener el principio de una vida nueva para los que creemos en Él.

Si por ahora el confinamiento en los hogares no nos permite recibir la Eucaristía, tengamos confianza de que pronto nuestras iglesias estarán llenas de hijos hambrientos que quieren comulgar el cuerpo glorioso del que venció a la muerte, y que es para nosotros principio de resurrección y vida eterna. El aroma nuevo de la Pascua nos muestre el verdadero destino de los que son obedientes al Padre celestial, y de los que tienen amor hasta el extremo por su prójimo.

5 comentarios:

  1. Amen! Felices Pascuas de Resurreccion!!padre Hayen Dios lo Bendiga siempre!!Aleluya Resucito!!!

    ResponderBorrar
  2. Hermoso mensaje Padre, lleno de esperanza. Felices Pascuas!!!

    ResponderBorrar
  3. Amén!! Esperamos con ansias ese momento de poder regresar y reunirnos para alabar todos juntos a mi Señor!! Felices pascuas

    ResponderBorrar
  4. Gracias, Padre por sus palabras y con Fé y llenos de esperanza continuemos orando por la pronta re-estabilización a la normalidad. Felices pascuas.

    ResponderBorrar

México, la viña y las elecciones

El próximo 2 de junio habrá una gran poda en México. Son las elecciones para elegir al presidente de la república, a los diputados y senador...