De 1957 a 1966 los polacos hicieron una novena de nueve años de oración intensa pidiendo por la renovación moral de su patria y la consagración a la Madre de Dios. Hoy los franceses se han inspirado y han puesto en marcha una novena de nueve meses en la que los fieles, asociaciones, parroquias, diócesis, comunidades y movimientos harán oración para que toda la nación vuelva los ojos a Cristo a través de su Madre. Cada católico francés al menos ofrecerá un momento de oración diario en el que podrá rezar alguna oración a Nuestra Señora. La iniciativa de esta novena es algo tremendo y tendrá, seguramente, efectos impresionantes para el bien del país. ¿Y México? Ante tanta violencia y muerte que el enemigo infernal ha sembrado por doquiera, ¿no podremos recurrir en una acción extraordinaria, como nación, a la Virgen de Guadalupe pidiendo que contenga la furia del dragón?
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
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