De 1957 a 1966 los polacos hicieron una novena de nueve años de oración intensa pidiendo por la renovación moral de su patria y la consagración a la Madre de Dios. Hoy los franceses se han inspirado y han puesto en marcha una novena de nueve meses en la que los fieles, asociaciones, parroquias, diócesis, comunidades y movimientos harán oración para que toda la nación vuelva los ojos a Cristo a través de su Madre. Cada católico francés al menos ofrecerá un momento de oración diario en el que podrá rezar alguna oración a Nuestra Señora. La iniciativa de esta novena es algo tremendo y tendrá, seguramente, efectos impresionantes para el bien del país. ¿Y México? Ante tanta violencia y muerte que el enemigo infernal ha sembrado por doquiera, ¿no podremos recurrir en una acción extraordinaria, como nación, a la Virgen de Guadalupe pidiendo que contenga la furia del dragón?
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