¡Qué bello diálogo entre Jesús y las almas! "¿Cuándo, Señor, te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, encarcelado?" Y contestó el Señor: "Cada vez que hiciste estas cosas a uno solo de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron". Son palabras bellísimas y terribles al mismo tiempo. Si estas palabras son verdaderas -y lo son- entonces Dios está aquí: está increíblemente cerca de mí. Dios, de hecho, está escondido pero nunca está ausente. Si tomamos en serio las palabras de Jesús, todo se ilumina de amor. Podemos, de verdad, servir a Dios, acariciar a Dios, asistir a Dios, curar a Dios en el hermano y hermana que están junto a mí. (Angelo Comastri). ¡Buen domingo!
Venid, benditos de mi Padre. . .!
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