Los diarios y telenoticieros está llenos de malas noticias que hacen la vida tensa y, a veces, pesada. ¿Dónde podemos hallar un oasis para descansar? Benedicto XVI se preguntaba qué es lo que puede volver a darnos entusiasmo y confianza, qué nos puede animar a encontrar el camino y soñar una vida digna de nuestra vocación. Es la belleza. Nos sentimos a gusto en lugares bellos, nos agrada encontrar personas que cuidan su estética, nos inspiran los paisajes hermosos, la liturgia bien cuidada, los lugares ordenados, las ciudades limpias y la gente amable. Y es que donde hay belleza ahí se refleja la presencia de Dios. El encuentro cotidiano con lo bello aleja la oscuridad y trae luz a la vida, hace vivir con la esperanza en alto y llena el corazón de entusiasmo. Con razón decía Kafka que “Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece”.
Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude. Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tien...
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