miércoles, 8 de octubre de 2014

Siempre seres religiosos

Todo movimiento político tiene, en el fondo, una visión espiritual del hombre y de la sociedad. El periodista Oscar Herradón publicó el ensayo ‘Los magos de la guerra’ sobre la Segunda Guerra Mundial. En él explica cómo los seguidores de Hitler usaron la magia para ganar la contienda electoral. En las bases del nazismo –afirma– hay una influencia esotérica y de ciencias ocultas. Pero también los Aliados, con Inglaterra al frente, protagonizaron toda clase de prácticas extrañas de horóscopos y cartas astrales en los servicios de inteligencia para derrotar a los alemanes. En el fondo el hombre será siempre un ser religioso, es decir, religado al Trascendente. El peligro de las sociedades que fueron cristianas es regresar a la superstición y a la magia, o bien, a vivir adorándose a sí mismas, creyendo que no existe Dios fuera del hombre.

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