Las monjitas son gente buena, pero entre la mano y el plato entra el gato. El alto cobro del impuesto predial está orillando a las congregaciones religiosas, con sede en el DF, a disminuir su obra social a favor de los pobres, a vender parte de sus espacios físicos o trasladarse a otros estados de la República. Las religiosas viven de la caridad, no tienen fines de lucro y de alguna manera ayudan al gobierno a combatir el hambre, las adicciones y la violencia, así como a cuidar enfermos, ancianos, niños abandonados y personas desesperadas. Se trata de una labor social importante. Es justo, ciertamente, que paguen predial, pero los cobros excesivos podrían hacer desaparecer monasterios, conventos y espacios destinados a obras de caridad. Para eliminar la vida religiosa no es necesario prender fuego a los conventos o fusilar monjas; basta poner candados fiscales.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
Estoy de acuerdo con usted, Padre : Los prediales son excesivos para todos y todas.
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