El proceso de beatificación de monseñor Oscar Romero, arzobispo de El Salvador, asesinado por un disparo mientras celebraba la Misa, ha entrado en su fase final. La Santa Sede ha decretado que el motivo de su muerte fue por odio a la fe, odio contra el amor y la justicia que él predicó. El día de su muerte, el 24 de marzo de 1980, el obispo Romero estuvo en el mar con algunos sacerdotes del Opus Dei. Cada mes solía hacer retiro con el Opus y su director espiritual era Fernando Sáenz Lacalle, sacerdote de la Prelatura, aunque su confesor era un anciano jesuita, el padre Azcue. Diversos grupos ideológicos maquillan a monseñor Romero con tintes de izquierda política y de espiritualidad progresista. Nada más lejano de la realidad, como lo demuestra este retiro de sacerdotes del Opus Dei, al que se mantuvo fiel hasta el mismo día de su muerte.
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