Algunos grupos católicos dicen que el papa Francisco es un socialista influido por la teología de la liberación y un progresista que quiere relajar la moral de la Iglesia. Nada más falso que eso. El papa Francisco es un reformador, es cierto. Pero es un reformador como otros papas también lo fueron en su tiempo. Como ellos, Francisco propone una reforma espiritual. Lejos de ser una apertura o una relajación de la moral católica, el papa está llamando seriamente a una transformación personal, a hacer de Jesucristo el centro de la propia vida. Este llamado nada tiene que ver con relajar la fe o la moral. Al contrario, es un llamado sumamente exigente que implica salir de un cristianismo cómodo e instalado para ir al encuentro cotidiano con Jesús nuestra Cabeza, y con los pobres, los enfermos, ancianos, migrantes, bebés no nacidos… Cuerpo de Cristo.
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
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