Sencillo, bello y profundo fue un comentario que el papa Francisco improvisó durante una visita a una parroquia, antes de la Navidad. “No basta una buena comilona ni el consumismo es la mejor manera de preparar la fiesta, de forma que lleguemos con ansia al 24 de diciembre diciendo ‘me falta esto, me falta aquello’. Esta no es la verdadera alegría cristiana. Tres son los pasos para preparar de forma digna la Navidad -dice el papa-recemos en estos días, demos gracias a Dios y después pensemos ¿dónde puedo ir a llevar alivio al que sufre? Ayudar a los demás. Así llegaremos ungidos al nacimiento de Cristo, el Ungido”. El papa nos deja un buen programa para que lleguemos a la fiesta, el próximo jueves, sin caras largas ni avinagradas, sin quejas, pesimismo ni lamentos, sino con el resplandor de la presencia de Jesús en nuestros rostros. ¡Feliz Navidad!
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
Feliz navidad a usted también, padre.
ResponderBorrar