Tuve la oportunidad de conocer al cineasta español Juan Manuel Cotelo, hace un año, en Quito Ecuador. Lo conocí durante un congreso de la Misión Por el Amor de Dios en todo el Mundo. Él fue quien hizo las películas ‘La última cima’ sobre la vida del padre Pablo Domínguez y ‘Te puede pasar a ti’ en la que narra diez historias de ateos que se convirtieron a la fe cristiana. Hoy Juan Manuel ha hecho ‘Tierra de María’, sobre las experiencias sobrenaturales que diversas personas han tenido con la Madre de Dios y de la humanidad. Siempre recordaré la conversación que aquella mañana, en el restorán del hotel, tuvimos Clara Montes y yo con el cineasta. No me deslumbró tanto conversar con un hombre de cine, como hacerlo con un hombre de Dios. Tuve la sensación de haber charlado con un santo de nuestros tiempos. Por eso deseo ardientemente ver su último trabajo en la gran pantalla.
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
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