Tuve la oportunidad de conocer al cineasta español Juan Manuel Cotelo, hace un año, en Quito Ecuador. Lo conocí durante un congreso de la Misión Por el Amor de Dios en todo el Mundo. Él fue quien hizo las películas ‘La última cima’ sobre la vida del padre Pablo Domínguez y ‘Te puede pasar a ti’ en la que narra diez historias de ateos que se convirtieron a la fe cristiana. Hoy Juan Manuel ha hecho ‘Tierra de María’, sobre las experiencias sobrenaturales que diversas personas han tenido con la Madre de Dios y de la humanidad. Siempre recordaré la conversación que aquella mañana, en el restorán del hotel, tuvimos Clara Montes y yo con el cineasta. No me deslumbró tanto conversar con un hombre de cine, como hacerlo con un hombre de Dios. Tuve la sensación de haber charlado con un santo de nuestros tiempos. Por eso deseo ardientemente ver su último trabajo en la gran pantalla.
La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...
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