Ir al contenido principal

De sacerdotes y laicos ociosos, líbranos Señor

Comentario a la Palabra de Dios, martes XIV, año 1

La vida del sacerdote nunca es aburrida, y lo peor que le puede ocurrir a un cura es andar de ocioso. Eso también nos enseñó san Benito. Decía el santo que en la jornada del monje no hay lugar para el ocio, que causa tantos desórdenes; el monje puede dedicarse a cualquier tipo de trabajo manual o intelectual, mientras que no impida la vida comunitaria y la vida de oración. Cuando un ministro del Señor no tiene nada qué hacer, el diablo lo tienta de múltiples formas, y al poco tiempo anda resbalándose de abismo en abismo.

A san Benito le quedaba claro que la vida cristiana tiene una parte de lucha espiritual que no podemos dejar de lado. La Palabra de Dios nos dice que Jacob, luego de que obtuvo la bendición de su padre Isaac, -bendición que le correspondía a su hermano Esaú- tuvo que enfrentar a su hermano que venía a él con 400 hombres. Jacob tenía temores y angustias, y se echó a dormir. En su sueño tuvo que combatir contra un personaje misterioso, el Ángel del Señor.

La vida cristiana es un combate espiritual contra fuerzas que están dentro de nosotros. San Pablo enseña que nuestra lucha es contra los principados, potestades y dominadores de este mundo, contra los espíritus malvados de los aires. Es decir, el apóstol nos advierte que existe el reino de los demonios, que han sido vencidos por Jesucristo, y que no dejan de tentar el hombre hacia el mal.

San Agustín, por su parte, afirma que nuestra lucha diaria es contra los ejércitos de la soberbia, la avaricia, la gula, la sensualidad, la pereza. Es difícil salir de estos combates bien librados y sin heridas. Las armas que el Señor nos ha dado son la oración, la mortificación, la confesión de los pecados, el auxilio de la Virgen María y del Ángel custodio.

Busquemos combatir el ocio y la pereza, sacerdotes y laicos, con un estilo de vida marcado por la laboriosidad y la vida de oración. Alternar la oración con el trabajo -cada uno según su estado de vida- dará equilibrio y armonía a nuestra vida. Nada se anteponga al amor a Jesús.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La muerte del padre Rafael, mi vicario

La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

Sanación del árbol genealógico

En las últimas décadas diversos grupos y personas en la Iglesia hacen oración para limpiar de pecados su árbol genealógico. Esta práctica es llamada "sanación intergeneracional". Incluso hay sacerdotes que la promueven haciendo misas con ese propósito. Es un grave error. Algunas conferencias episcopales como la de Francia y de Polonia, y ahora la española, se han pronunciado en contra de esta falsa doctrina y pésima práctica. Conocida también como la "sanación del árbol genealógico", la sanación intergeneracional tuvo su origen en los escritos del misionero y terapeuta anglicano Kenneth McAll, quien trató de hacer una conexión entre ciertas enfermedades y las fuerzas del mal. En ámbito católico fueron John Hampsch y Robert DeGrandis quienes popularizaron la práctica en grupos carismáticos. Según estos autores, existen pecados no perdonados, cometidos por los antepasados de una persona, que hoy tienen efectos perniciosos en sus descendientes y que se manifiestan a tr...

Confesionario sin absolución: a mi san Judas se le rompió la cabeza y estoy asustado

Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude. Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tien...