martes, 4 de julio de 2017

"Jesús es mi inspiración y mi Salvador"

Entrevista con Leandro Carrijo, futbolista delantero de los Bravos FC Juárez

Pbro. Eduardo Hayen Cuarón/ Director de Presencia



La charla transcurrió tranquila en la sala de juntas de Periódico Presencia, a donde, hace ya algunas semanas, el futbolista de origen brasileño llegó con la sencillez y confianza de alguien que es de casa.

Aquí la plática:

E.H. Platícanos de tu familia

L.C. La familia Carrijo viene de mi mamá. Son de Brasil, de una ciudad chiquita, de un pueblo que se nombra Sacramento, pero luego se fueron todos a la otra ciudad, que es mi ciudad, Uberaba. Mi mamá tiene siete hermanos, es una familia de 7 hermanos y nosotros siempre estamos juntos, y también toca en la parte de mi papá, que se volcó mucho con la familia de mi mamá, porque a los 19 años ya no tenía ni padre ni madre, fue huérfano de padre y madre con 19 años y ya con el tiempo se familiarizó mucho con la familia de mi mamá. Así es que los hermanos de mi mamá son para él también casi hermanos…así es la partida de mi familia de parte de padre y madre.
"El fútbol es el medio entre Dios y mi familia, porque el fútbol me da las cosas, pero el que me da el fútbol es Dios, y lo que me da el fútbol es para mi familia… entonces primero viene Dios, después mi familia y después el fútbol"

E.H. ¿Qué número entre tus hermanos eres tú?

L.C. Soy el segundo: soy yo y una hermana más grande.

E.H. ¿Tu edad Leandro?

L.C. Tengo 31 años

E.H. ¿Recuerdas tu infancia como una infancia bonita y feliz?

L.C. Sí me acuerdo mucho. Gracias a Dios no tuve muchas dificultades, pero siempre fui bien educado, con gestos familiares de tener hijos, de tener familia. Antes de pensar en ser un jugador de fútbol, siempre tuve en la mente que quería tener una familia, una esposa, hijos y todo eso. Y en la infancia, como siempre, pasa el querer jugar futbol, jugaba desde los 9 años en las calles, en las plazas en los parques de Brasil, entonces vengo desde los 9 años así.

E.H. ¿Qué valores recuerdas tu que te inculcaron tus papás? Es decir, vienes de una familia religiosa, católica practicante ¿qué valores percibiste tú en la vida de tus padres y en la educación familiar?

L.C. Yo valoro mucho lo que hicierno mi papá y mi mamá, porque no teníamos muchas condiciones, pero mi papá, que siempre ha trabajado, que nunca nos faltó nada en la casa, siempre lo ví a él con mucha determinación de darnos lo mejor para mí y mi hermana. Yo me acuerdo muy bien que una vez que nosotros no teníamos carro, perdimos el camión para ir a la escuela, y mi papá nada más tenía una bicicleta, y nosotros vivíamos como a 30 minutos o más de donde se estudiaba, porque hacía poco tiempo que nos habíamos mudado de casa, pero no habíamos cambiado de escuela… entonces teníamos que ir en camión y perdimos el camión… entonces mi papa nos subió a mí y a mi hermana en la bicicleta y nos llevó hasta allá. Son cosas que yo recuerdo, tenía yo menos de 9 años hoy tengo 31 y me acuerdo de todo esto y veo que hasta hoy, voy entendiendo más las cosas del ser humano, que siempre vi en mi papá que era un guerrero, que siempre estaba haciendo lo mejor para mí y para mi hermana.

E.H. ¿Hubo problemas económicos en casa?

L.C. No yo creo que no nos faltó, pero tampoco nos sobraba. Vivíamos ajustadamente, siempre en lo justo. Que este mes se nos da o no, entonces siempre estábamos dependiendo del trabajo de mi papá.

E.H. ¿A qué se dedicaba tu papá?

L.C. Mi papá tenía una tienda de electrónicos, o sea, arreglaba televisores, los radios, estas cosas más antiguas que él arreglaba…ponía el sonido en el carro. Antes se mantenía de esto, pero hoy, con las modernidades, ya son otras cosas, pero así se mantenía. Tenía una tienda para poner accesorios en carros. Mi mamá ayudaba, lavaba y planchaba para otras personas, pero lo hacía todo en la casa.

E.H. ¿Podemos decir Leandro que tú eres un católico por tradición o tu hiciste tu propio camino de fe personal?

L.C. Para empezar puede ser que por tradición, pero ya después, entendiendo las cosas, uno escoge así de manera personal. Porque muchos sabemos que en el fútbol siempre hay los hermanos cristianos que son los evangélicos, y algunos me invitaban y siempre iba para escuchar la Palabra de Dios, porque yo nunca me fui en contra de la Palabra de Dios. Cuando estamos hablando de la Palabra de Dios, cuando estamos hablando de Jesús, nunca me puse a debatir con alguien, porque yo creo que tenemos las condiciones, estamos juntos con un propósito que Dios nos dejó, que es de amor y amar al prójimo. Entonces yo siempre vi esta parte. Y un tema que me ha tocado mucho, porque soy católico, es que a partir de la Eucaristía, la Santa Misa que me hizo mantener y profundizar en esta religión, porque es una parte para mí muy sensible, que me siento más cerca de Dios.

Para mí es una entrevista especial, porque siempre estamos por la vía del deporte y ahora me toca estar con ustedes, por la vía de la religión que practico, que es la religión católica; entonces es para mí un placer estar aquí con ustedes. 
E.H. ¿Hubo algun evento en tu vida fuerte que te haya marcado y que te haya hecho acercarte a Dios?

L.C. Sí una vez que ya era futbolista, hace 5 o 6 años, que yo acababa de conocer a mi actual esposa, era mi novia, entonces yo la dejé a ella en Brasil y yo me fui a Hong Kong para que ella se fuera después, en dos o tres meses, después de que las cosas ya estuvieran arregladas: contrato, casa y todo eso. Y en este período yo tuve una supuesta lesión, no sé lo que era, porque se hicieron todos los estudios en la espalda. Yo iba caminando en la calle y perdí toda la fuerza que tenía, me acostaron, me aseguraron para no caerme en Hong Kong, y esto lejos de todos, ahí vivía solo y con este problema de la lesión, entonces yo ya no estaba jugando futbol. Mi novia y yo empezamos a tener discusiones, porque ella nunca quería salir de Brasil, de su casa, entonces generaba una duda en si ella iba o no, y ya con esto no nos hablábamos más, y ya con esta lesión de la espalda yo no tenía nada cerca, tenía a los jugadores compañeros, pero no es lo mismo que tener una familia, que tener una persona que te quiera mucho, entonces ahí fue la forma de estar más cerca de Dios. Empecé a hacer estudio de la Biblia y esto me puso para adelante, me confortó. Y lo que me confortó fue que siempre me dio palabras para seguir adelante, que era un camino que yo tenía que pasar .

E.H. ¿Quién es para ti Jesucristo?

L.C. Para mi es mi Salvador, es un ser, es una persona. Una vez me preguntaron: si tuvieses la posibilidad de cumplir un deseo, ¿qué desearías? yo le contesté: yo quisiera vivir 2017 años atrás, para ver cómo era la persona (Jesús) y ver las cosas que hacía, porque ¿te imaginas? ¡imagínate estar ahí, viendo lo que hizo, todo lo que hablaba!… era un deseo que yo tenía de estar ahí. Jesús es una persona que es mi inspiración, es mi Salvador.

E.H. ¿Cómo te encontraste con Él?

L.C. En la Eucaristía. Me acurdo de una vez que estaba en una misa y el sacerdote viene con la hostia, pero ahí vi, no sé, pero vi una cosa que me llamaba, y ahí me profundice mucho en esta parte. Por eso siento que esta parte de la Eucaristía, con la hostia, me acerca más a Dios.

E.H. Leandro ¿cómo es tu vida de oración?

L.C. En la mañana siempre me paro y tengo una breve plática con Dios. Y los días que me voy a entrenar y me voy concentrando para entrenar, voy escuchando música de alabanzas a Dios. Y en la noche siempre me gusta leer algo de la Biblia. Tengo una aplicación que me deja ver lo que fue la Santa Misa del día, la primera lectura, el Salmo, y el Evangelio, entonces siempre estoy así, buscando qué leer siempre, y siempre que puedo voy a las iglesias, voy para estar ahí, visitar el Sagrario.
La Eucaristía, la Santa Misa me hizo mantener y profundizar en esta religión, porque es una parte para mí muy sensible, con la que me siento más cerca de Dios.

E.H. ¿Frecuentas los sacramentos, la Eucaristía dominical, la Confesión?

L.C. Sí, la Eucaristía dominical siempre que es posible, porque este mes fue de muchos viajes y concentraciones y ya no tuve ese tiempo de estar, pero en torneo regular siempre busco estar en la misa dominical.

E.H. ¿Nos puedes decir Leandro cuáles son tus ideales?

L.C. Bueno, yo busco la sencillez, no quiero tener el mundo, no quiero tener todo, busco lo que quiero para estar feliz con mi familia, con mi hija, y uno de los ideales que siempre voy a tener es dar la tranquilidad y el confort a mi esposa y mi hija. Esto es lo que siempre busco. A veces mucha gente puede pensar ¡oh!, aquel jugador piensa primero en el fútbol. No. El fútbol es el medio entre Dios y mi familia, porque el fútbol me da las cosas, pero el que me da el fútbol es Dios, y lo que me da el fútbol es para mi familia, entonces primero viene Dios, después mi familia y después el futbol.

E.H. ¿Cuanto tienes de casado?

L.C. Cumplí seis años en junio

E.H. ¿Y cómo está tu matrimonio? ¿Tu esposa te acompaña? ¿No has batallado para que ella te siga como jugador a donde quiera que vayas?

L.C. Es que antes de estar casado, a ella no le gustaba el fútbol y saber que la persona que está conmigo ya hace tiempo, sin ser un aficionado del fútbol está conmigo desde el 2011. Ella es de Brasil. La conocí en el 2010, y en el 2011 fue conmigo a Hong Kong, en enero. Regresamos en mayo, nos casamos, y desde ahí ya estamos juntos. O sea, a donde voy, ella siempre está. Sí nos cuesta, pero ella siempre me apoya, porque el primer año que llegamos a México, llegamos a un equipo donde teníamos el sueldo al día, y siempre teníamos que ahorrar, porque no sabíamos si el próximo mes íbamos a tener nuestro salario. Y ella siempre, manteniendo las cosas en la casa, nosotros con una hija de cinco meses y siempre me apoya, ya sea perdiendo o ganado, ella siempre me apoya.

Y ¿sabes? la primera vez que se disgustó a venir fue cuando salió la propuesta para venir a Juárez. Ya estaba todo arreglado. Yo salí un miércoles o jueves de Brasil, y me voy a una cascarita de unos amigos el martes, y agarro el teléfono y tenía muchas llamadas perdidas, me había marcado como cuatro o cinco veces y cuando llegué a la casa, me dice: ¡no, yo no voy porque la ciudad está muy peligrosa! y le digo, ¡sí, así se ve, tampoco voy!… entonces le hablé a Álvaro y le digo: ¿sabes qué?, no voy. Y Álvaro me dice, yo te garantizo que ya no es así. Estas son cosas que ya han pasado, quédate tranquilo. Si quieres tráete a tu familia o vente tú y después nosotros te damos todo el apoyo. Entonces yo hablé con mi esposa y le dije, mira, yo voy primero y veo como está la ciudad. Serán mentiras lo que nos muestra la Internet, si está difícil, pues no vamos. Yo llegue acá y todo es diferente, una ciudad donde se decía que a las 8 ya no había personas en la calle, y entonces llego como a las 9 y las tardes-noches la gente en las plazas, la calles llenas de carros, y todo el local para vivir, todo bien, seguro. Entonces hablé con ella y vino, y también después ya se adaptó a la ciudad, ya conoce la ciudad, ya tiene amigos en la ciudad, entonces está muy tranquila. Tenía duda, pero nunca dejo de estar conmigo.

E.H. ¿Tu esposa te apoya espiritualmente, es también una persona practicante en su fe?

L.C. Sí. Nosotros a veces fallamos un poco, pero nunca dejamos de estar en comunión, de estar transmitiendo una palabra uno a otro, cuando te vas a dormir, cuando te paras, deseando bendiciones para que pueda tener un buen día, un día de bendiciones y en la noche un óptimo sueño, pero siempre con Dios por delante.

E.H. ¿Cuántos hijos tienes Leandro?

L.C. Una hija de 4 años se llama Sara y ahí va por el buen camino. Muchas veces que se cae, cuando yo juego con ella, le digo ¡pídale a Jesús, que Jesús cura!, y me dice: sí papá, sí papá. Y a veces cuando yo llego lastimado me dice: “papá, voy a pedirle a Jesús para que te cures”, muy bien, le digo, muchas gracias.

E.H. ¿Cómo relacionas el fútbol con la espiritualidad?

L.C. Bueno el futbol sería secundario, la espiritualidad sería una parte en donde tengo que estar más enfocado. Así pienso, porque es lo que pienso, que si tú estás en comunión con Dios, tienes la comunión con el Espíritu Santo. Creo que todo te va a salir bien. Claro que sabemos que lo que va a salir bien, es de acuerdo a lo que tú hagas. No es que, vamos a decir, entonces si voy a misa y hago todo lo que tengo que hacer, voy a tener una vida maravillosa ¡no!. Por el contrario todos sabemos que el camino de Jesús es el camino más estrecho, entonces yo siempre aporto que si es una victoria, si es una derrota, siempre es la voluntad de Dios, porque contra Él nada se puede.

E.H. Me llama la atención siempre de tu persona como muestras públicamente tu fe en la cancha. Me tocó ver personalmente cómo te pusiste a rezar antes del partido, en los vestidores, cuando se reúnen ahí. ¿Cómo te ayuda esta demostración pública de tu fe, cómo te ayuda en tu persona?

L.C. No tengo vergüenza ni nada, pero es lo que yo siempre hago, si me paro en la mañana es un milagro, porque Dios quiso, y si estoy en la cancha y ponerme la camisa de los Bravos es porque Dios quiso, entonces si estoy en la cancha y anoto un gol, es porque Dios quiso. Entonces la casualidad sí puede existir, pero también hay la voluntad de Dios. Y esto nada más lo expongo para agradecer a Dios todo lo que hace todo el día, todo el tiempo, en el trabajo. ¿Por qué yo estoy acá?, es porque pienso: Dios tiene un propósito para estar acá. Yo aprendí mucho cuando estuve en Hong Kong, porque allá tenía un auxiliar entrenador también brasileño y él de cierta forma, con su actitud, me enseñó muchas cosas, porque él es un pastor de una iglesia evangélica allá, pero se ve que es una persona que no cruza la calle si está en rojo, aunque no venga carro, no cruza pues si está en rojo no se debe. Entonces son los pequeños detalles… y aprendí mucho de eso en la parte de la espiritual con él y eso sí, vi, pero no dejé de estar con mi Iglesia, pero vi que hay personas que son buenas.



E.H. ¿Qué tipo de comentarios o críticas te han hecho sobre la paz que encuentras en tu fe? ¿qué dicen tus compañeros al verte? …o ¿alguno de ellos se ha sentido invitado?

L.C. No son críticas, son comentarios muy buenos, porque se ve la persona, lo que tú eres dentro y fuera de la cancham y esto se da por las enseñanzas que nos deja la Palabra de Dios. Yo siempre busco eso: estar tranquilo con Dios, porque si estoy tranquilo con Dios, creo que no voy a tener problemas, o si el otro ve problemas, ya no es mi problema, el problema de él, que ve una cosa que no es. Siempre en lo personal intento hacer lo mejor para todos, aunque es casi imposible, pero así es como yo pienso e intento hacer lo mejor. Creo que no hay que hacer críticas malas, pero si son malas, tengo que buscar a ver si realmente me estoy equivocando, para corregirme.

E.H. ¿Te has acercado a la Virgen de Guadalupe?

L.C. Sí, es un tema que yo como católico no debo pasar, porque yo soy Guadalupano, y cuando estuve en Portugal, te acercas a Fátima y acá es la Virgen de Guadalupe entonces empiezas a ver la historia… y aparte que se ve que realmente las personas que acá están, hacen vivir lo que se escucha de la Virgen fuera de México.

E.H. ¿Algún mensaje que quieras compartir con la comunidad católica?

L.C. Yo y mi esposa, hemos visto…Ya he jugado en Brasil, en Portugal y en Hong Kong, y ahorita que estoy acá y me ha tocado ir a misas, acá se ve que los fieles de la Iglesia Católica son fieles, porque en ningún otro país nunca vi las misas en domingo donde estuviera todo lleno. Esto para nosotros es una forma de ver que las personas de México y también de la comunidad católica son muy cálidas, son muy activas en su fe, y eso hace mucha falta en los lugares que fuimos. La cantidad que hay acá siempre nos llamó la atención, ya me ha tocado en San Luis y en las iglesias por la noche, en la semana, cuando no podía ir a misa el domingo, iba entre semana, y la iglesia llena también. Lo mismo me tocado dos o tres veces que me voy a las siete de la mañana y está llena y voy a las siete de la noche y está llena, entonces mis respetos por los mexicanos que siempre muestran la fe.

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