Ir al contenido principal

Confesionario (sin absolución): aborté y me lo echan en cara

Pregunta: Me casé adolescente, con un joven que, al paso de los años, se hizo alcohólico. Yo tenía ya cuatro hijos y quede embarazada una vez más, y desesperada con mi difícil situación fui a El Paso Texas a abortar. Finalmente quedé viuda y con mis cuatro hijos. Ese pecado lo cargué muchos años, hasta que en el Año de la Misericordia, gracias al papa Francisco, recibí la absolución. ¿Qué puedo hacer cuando alguien de mi familia -mi hermana en concreto- me juzga y me echa en cara mi pecado, aún cuando yo le digo que ya fui perdonada? Estoy sufriendo mucho y no quiero volver a ver a mi hermana porque es muy dura para juzgar a los demás.

Padre Hayen: Gracias por compartir tu caso, pero... ¡Qué dolor tan grande el tuyo! Aunado al sufrimiento emocional de haber abortado, ahora agregas el dolor de que alguien de tu propia familia te lo sigue echando en cara. La familia es el espacio donde unos y otros hemos de encontrar comprensión, compasión y ayuda emocional, pero a veces hallamos lo contrario. No podemos negar que el pecado es muy grave porque el aborto es la eliminación deliberada del ser más indefenso. Sin embargo tampoco podemos negar que Dios, en su misericordia infinita, conoce las circunstancias por las que atraviesa nuestra vida y nos ofrece su apoyo y cercanía para que no caigamos en la tentación. Quizá en aquellos momentos te encontrabas lejana al Señor y no tuviste el tiempo de recapacitar. ¿Le dolió a Dios tu pecado? Sin duda, pero porque te ama a ti y a tu bebé, y porque sabía que el aborto era un grave daño para ambos.

Cuando hemos cometido el pecado, Dios no nos retira su misericordia. Allí estaba el Señor llamándote, desde que abandonaste la clínica abortista en El Paso Texas, para infundirte el dolor del corazón por lo que habías hecho. Te buscaba, no para condenarte, sino para que, reconociendo tu pecado y estando arrepentida, pudiera perdonarte. Y ahora, desde el cielo, tienes una especie de 'ángel' -tu propio hijo- que pide por ti para que un día llegues a abrazarlo. ¿Te das cuenta de lo maravilloso que es Dios a través del sacramento de la Confesión? Es en el confesionario donde el corazón encuentra la paz.

¿Qué puedes hacer con tu hermana? Su trato hostil puedes tomarlo, en primer lugar, como una penitencia. La penitencia es la aceptación de las cruces que vamos hallando en la vida, a fin de reparar el mal que hemos cometido. Ofrece a Dios el dolor que te causa la dureza de corazón de tu hermana, pero siéntete, al mismo tiempo, dichosa porque Dios te ha absuelto de tu pecado. Y siéntete más feliz porque recibiste la absolución en el Año de la Misericordia, con indulgencia plenaria. ¿Retirarte de tu hermana por completo? No te lo aconsejo. Puedes replegarte por un tiempo, buscando estar más tranquila, pero reza por ella, para que comprenda todo el sufrimiento que hay en los corazones de las madres que cometieron el error de abortar, y sea más misericordiosa. Desde aquí te bendigo, y que tu ejemplo de muerte por el pecado, y de resurrección por el perdón divino, pueda llevar un poco de luz a las madres que han caído en esta tentación. ¡Cuánto te ama el Señor!

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook o en Twitter: @padrehayen)

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La muerte del padre Rafael, mi vicario

La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

Sanación del árbol genealógico

En las últimas décadas diversos grupos y personas en la Iglesia hacen oración para limpiar de pecados su árbol genealógico. Esta práctica es llamada "sanación intergeneracional". Incluso hay sacerdotes que la promueven haciendo misas con ese propósito. Es un grave error. Algunas conferencias episcopales como la de Francia y de Polonia, y ahora la española, se han pronunciado en contra de esta falsa doctrina y pésima práctica. Conocida también como la "sanación del árbol genealógico", la sanación intergeneracional tuvo su origen en los escritos del misionero y terapeuta anglicano Kenneth McAll, quien trató de hacer una conexión entre ciertas enfermedades y las fuerzas del mal. En ámbito católico fueron John Hampsch y Robert DeGrandis quienes popularizaron la práctica en grupos carismáticos. Según estos autores, existen pecados no perdonados, cometidos por los antepasados de una persona, que hoy tienen efectos perniciosos en sus descendientes y que se manifiestan a tr...

Confesionario sin absolución: a mi san Judas se le rompió la cabeza y estoy asustado

Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude. Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tien...