Pregunta: Saludos padre, espero que esté bien. Tengo una preocupación: escuché en las noticias que nuestro presidente de la república promulgará en la Constitución que se evite la homofobia y la discriminación de género, y que en toda la república las personas del mismo sexo podrán contraer matrimonio. Quizá pudiéramos decir que no es algo que afecte a la Iglesia porque se trata sólo de matrimonios civiles. Pero, ¿qué pasaría si el gobierno quiera exigir a la Iglesia que también acepte esta situación? He conocido gente en esta situación que no sólo quiere casarse por el civil sino también por la Iglesia. Ellos argumentan que son católicos y que aman al Señor. ¿Estaremos entrando a una persecución de la familia y de la Iglesia? Padre, gracias por su tiempo, un abrazo y que Dios lo bendiga.
Padre Hayen: Te hago un resumen de lo que sucedió y de cómo están hoy las cosas. El presidente Peña Nieto, en mayo de 2016, propuso una reforma al artículo 4to de la Constitución para incorporar el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho. Los señores de la Corte habían ya establecido que el matrimonio entre un hombre y una mujer es inconstitucional, y que el fin del matrimonio no es únicamente la procreación. Peña les hizo caso y propuso la reforma a la Constitución.
Sin embargo en noviembre de ese año, los diputados rechazaron la propuesta cuando sintieron la presión de más de un millón y medio de mexicanos que salimos a las calles para protestar contra el presidente. En junio de ese año el PRI también sufrió un revés electoral en siete estados y todo ello contribuyó a que la iniciativa presidencial del matrimonio igualitario se descartara por completo. Dos personas del mismo sexo, entonces, no pueden contraer matrimonio legítimamente en la mayoría de los estados de la república. Quienes lo han hecho tan tenido que obtener un amparo en Ciudad de México, la cual ha aprobado el matrimonio homosexual.
¿Podrá un día el gobierno exigir a la Iglesia casar a personas del mismo sexo? Posiblemente. Sin embargo la Iglesia no puede cambiar su doctrina sobre la naturaleza del matrimonio, el cual es exclusivo entre un hombre y una mujer. Las parejas del mismo sexo podrían buscar un estatuto jurídico diverso al matrimonio que las reconozca ante el Estado y vivir como les dé la gana, pero nunca llamarse matrimonio. Al fútbol no se le llama natación, pues cada cosa tiene su naturaleza.
Por lo tanto la Iglesia jamás celebrará una unión entre personas del mismo sexo porque, sencillamente, nunca será un matrimonio. Si un gobierno pretendiera obligar a la Iglesia a hacerlo, estaría violando gravemente el derecho fundamental a la libertad religiosa. La Iglesia, por su parte, tendría que estar dispuesta a ir al martirio, si fuera necesario, con tal de seguir siendo la esposa fiel de Jesucristo.
Tus amigos o conocidos que tienen atracción hacia su mismo sexo y que quieren casarse por la Iglesia, excuso decirte, muy probablemente son víctimas de grupos de izquierda que los han reclutado y les han hecho creer que sus vidas insatisfechas no se deben a su tendencia homosexual, sino que ellos son 'víctimas' de un patrimonio cultural opresor cuya institución más opresiva es la Iglesia. La izquierda política habla de la Iglesia Católica como una institución opresora, y lo mismo hace con la Familia, instituciones a las que trata de destruir.
No dudo que tus amigos amen al Señor y lo busquen con el corazón, pero si tanto lo aman deberán conocerlo y, finalmente, abandonar las prácticas homosexuales para vivir en la alegría de sus leyes divinas. Dios, por el inmenso amor que tiene a las personas con tendencia homosexual, no puede estar de acuerdo en un comportamiento que, en sí mismo, es autodestructivo. Hay muchas personas con estas tendencias -y otras peores quizá- que finalmente encontraron, en Cristo, la paz del corazón viviendo en castidad, o bien, que han logrado dejar de ser homosexuales para vivir, hoy, felizmente casados con sus parejas de sexo contrario y disfrutan de sus hijos. Si Jesucristo vino a resucitar muertos, ¿no podrá transformar a una persona con atracción hacia su mismo sexo? Que Dios te bendiga y la Virgen te ampare.
(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook o en Twitter: @padrehayen)
Padre Hayen: Te hago un resumen de lo que sucedió y de cómo están hoy las cosas. El presidente Peña Nieto, en mayo de 2016, propuso una reforma al artículo 4to de la Constitución para incorporar el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho. Los señores de la Corte habían ya establecido que el matrimonio entre un hombre y una mujer es inconstitucional, y que el fin del matrimonio no es únicamente la procreación. Peña les hizo caso y propuso la reforma a la Constitución.
Sin embargo en noviembre de ese año, los diputados rechazaron la propuesta cuando sintieron la presión de más de un millón y medio de mexicanos que salimos a las calles para protestar contra el presidente. En junio de ese año el PRI también sufrió un revés electoral en siete estados y todo ello contribuyó a que la iniciativa presidencial del matrimonio igualitario se descartara por completo. Dos personas del mismo sexo, entonces, no pueden contraer matrimonio legítimamente en la mayoría de los estados de la república. Quienes lo han hecho tan tenido que obtener un amparo en Ciudad de México, la cual ha aprobado el matrimonio homosexual.
¿Podrá un día el gobierno exigir a la Iglesia casar a personas del mismo sexo? Posiblemente. Sin embargo la Iglesia no puede cambiar su doctrina sobre la naturaleza del matrimonio, el cual es exclusivo entre un hombre y una mujer. Las parejas del mismo sexo podrían buscar un estatuto jurídico diverso al matrimonio que las reconozca ante el Estado y vivir como les dé la gana, pero nunca llamarse matrimonio. Al fútbol no se le llama natación, pues cada cosa tiene su naturaleza.
Por lo tanto la Iglesia jamás celebrará una unión entre personas del mismo sexo porque, sencillamente, nunca será un matrimonio. Si un gobierno pretendiera obligar a la Iglesia a hacerlo, estaría violando gravemente el derecho fundamental a la libertad religiosa. La Iglesia, por su parte, tendría que estar dispuesta a ir al martirio, si fuera necesario, con tal de seguir siendo la esposa fiel de Jesucristo.
Tus amigos o conocidos que tienen atracción hacia su mismo sexo y que quieren casarse por la Iglesia, excuso decirte, muy probablemente son víctimas de grupos de izquierda que los han reclutado y les han hecho creer que sus vidas insatisfechas no se deben a su tendencia homosexual, sino que ellos son 'víctimas' de un patrimonio cultural opresor cuya institución más opresiva es la Iglesia. La izquierda política habla de la Iglesia Católica como una institución opresora, y lo mismo hace con la Familia, instituciones a las que trata de destruir.
No dudo que tus amigos amen al Señor y lo busquen con el corazón, pero si tanto lo aman deberán conocerlo y, finalmente, abandonar las prácticas homosexuales para vivir en la alegría de sus leyes divinas. Dios, por el inmenso amor que tiene a las personas con tendencia homosexual, no puede estar de acuerdo en un comportamiento que, en sí mismo, es autodestructivo. Hay muchas personas con estas tendencias -y otras peores quizá- que finalmente encontraron, en Cristo, la paz del corazón viviendo en castidad, o bien, que han logrado dejar de ser homosexuales para vivir, hoy, felizmente casados con sus parejas de sexo contrario y disfrutan de sus hijos. Si Jesucristo vino a resucitar muertos, ¿no podrá transformar a una persona con atracción hacia su mismo sexo? Que Dios te bendiga y la Virgen te ampare.
(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook o en Twitter: @padrehayen)
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