El Día Internacional de la Mujer se celebra de dos maneras, la pagana y la cristiana. El feminismo pagano de género hace mucho ruido para reclamar los ‘derechos sexuales y reproductivos’ de las mujeres, y denunciar la opresión de una cultura machista que las ha sometido durante siglos. Se escuchan términos como ‘empoderamiento’ de la mujer, derecho al aborto, uso de anticonceptivos y bla bla blá. Este feminismo no deja espacio para hablar de la mujer madre, de la mujer embarazada o de la ‘reina del hogar. En cambio el Día de la Mujer con estilo cristiano está fuertemente inclinado a favor del matrimonio y la familia, porque exalta que la felicidad de la condición femenina está en la complementariedad con el varón, en la apertura a la maternidad, en su aporte a la educación de los hijos y a la familia, y en su contribución con su ‘genio femenino’ a la vida social.
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
No entiendo qué tiene que ver el paganismo con el empoderamiento de la mujer.
ResponderBorrarAdriana, existe una visión del hombre y de la mujer que no es cristiana, es decir, pagana. La visión cristiana del hombre y de la mujer está hecha desde una antropología bíblica y filosófica, y mira a los sexos como complementarios. Hoy, una visión pagana de la sexualidad mira a los sexos como antagónicos, y la mujer debe emprender una lucha por liberarse del yugo opresor masculino, es decir, debe 'empoderarse'.
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