Ir al contenido principal

De vírgenes, doctoras y guerreras

Quien afirme que la Iglesia Católica es una organización anti-feminista conoce muy poco de su historia y de su Tradición que proclaman la belleza y la grandeza de la condición de la mujer. La Iglesia es una institución en pro de las mujeres, quizá como ninguna otra institución en el mundo. “¡Mentira! ¡Blasfemia!”, dirá el feminismo de género. Y nos acusará de que la mujer en la Iglesia ha vivido degradada y oprimida durante 20 siglos por una mentalidad machista y patriarcal.

Un artículo de Arina O. Grossu en The National Catholic Register describe algunas razones por las que la mujer encuentra en la Iglesia Católica la plenitud para su condición femenina. Empezando porque la creatura humana más grande, mejor acabada y más perfecta de todos los tiempos –como no habrá ninguna otra– es una mujer. Por el ‘sí’ singular de esa mujer –María de Nazaret– entró la salvación al universo. Fue elegida para ser la Madre de Dios y Dios nos la entregó, desde la Cruz, para ser madre de la humanidad. Por su íntima unión con Jesucristo y por estar asociada al misterio de la salvación del género humano, la Iglesia la honra más que a los ángeles y a la multitud de los santos.

La Sagrada Escritura está llena de las historias de, al menos, 137 mujeres; muchas de ellas fueron grandes matriarcas, heroínas y santas. En la historia de los judíos brilla la reina Ester, quien salvó a su pueblo de la masacre. Aparece Raquel, madre de José y Benjamín, los hijos que engendraron a las 12 tribus de Israel. Está Judit, una hermosa viuda que salvó a los hebreos de las manos de los asirios.

En el Nuevo Testamento, dos de las tres personas que estaban al pie de la cruz cuando Jesús moría, eran mujeres: María la Madre del Señor y María Magdalena, quien tuvo el privilegio de ser la primer testigo de la resurrección de Jesús y anunciarla a los Apóstoles. Tenemos a Elizabeth, madre de san Juan Bautista, el Precursor del Señor. La figura de Ana, la viuda que servía en el Templo y que profetizó que el niño Jesús sería el Mesías de Israel. Marta y María, amigas de Jesús, lo servían con la oración y la hospitalidad.

La Iglesia Católica es celosa en honrar a las mujeres que viven su condición femenina llena de virtud. Tenemos 783 mujeres en el santoral. Además de la Virgen María, existen notables modelos de feminidad católica como santa Juana de Arco, Teresa de Lisieux, Teresa de Ávila, Clara de Asís, Catalina de Siena y Teresa de Calcuta. Algunas fueron viudas y madres de familia como santa Gianna Beretta Molla, Elizabeth de Hungría y Margatita de Escocia.

Otras, como santa Brígida de Suecia o santa Rita de Casia, se casaron y después de la muerte de sus maridos se hicieron religiosas consagradas. Muchas fueron vírgenes como santa Inés o María Goretti; otras fueron prostitutas antes de su conversión, como María de Egipto. Existieron mujeres que arrebataron la corona del martirio al morir devoradas por las fieras o murieron por la espada, como Perpetua y Felícitas. Hay a quienes les cortaron la cabeza, como a santa Inés o santa Cecilia. Mujeres de martirio blanco como santa Rita, quien sufrió en su matrimonio por su marido cruel o santa Mónica, quien soportó las infidelidades de su esposo y los dolores morales que le causó su hijo Agustín, antes de su conversión.

La Iglesia Católica cuenta en su historia con mujeres muy astutas en cuestiones políticas, como las reinas Margarita de Escocia y Elizabeth de Hungría; y se engalana con cuatro Doctoras de la Iglesia: Catalina de Siena, Teresa de Ávila, Teresa de Lisieux e Hildegarda Von Bingen.

En la Iglesia ha habido mujeres introvertidas y extrovertidas, grandes lideresas y mujeres silenciosas, fundadoras o reformadoras de monasterios y de grandes obras de apostolado; todas sumergidas profundamente en los problemas de los tiempos en que vivieron, traspasadas por un infatigable celo por servir a Jesucristo y a su Iglesia de manera única, con frecuencia entregando sus vidas a la muerte. Estaban en el mundo sin ser del mundo y participaban totalmente en la vida de la Iglesia. Hoy casi toda mujer puede descubrir, en alguna de las santas canonizadas, un alma hermana que le sirva como modelo. Juan Pablo II escribía en su Carta Apostólica ‘Mulieris Dignitatem’ que las mujeres santas son la encarnación del ideal femenino.

La Iglesia se contempla a sí misma como mujer, como la ‘esposa’ de Cristo. “Maridos, amen a sus esposas, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella… Este es un gran misterio, y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia” (Ef 5,32). La lucha por las mujeres la está llevando la Iglesia, honrando la dignidad femenina y celebrando su insustituible rol en el mundo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La muerte del padre Rafael, mi vicario

La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

Confesionario sin absolución: a mi san Judas se le rompió la cabeza y estoy asustado

Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude. Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tien...

380 cadáveres

El hallazgo de más de 380 cadáveres apilados en un crematorio de Ciudad Juárez, esperando durante varios años el servicio de cremación de algunas funerarias que subcontrataron dicho servicio, suscita algunas preguntas. El macabro descubrimiento hace que muchas personas pongan en tela de juicio si las urnas con cenizas que entregan las funerarias a sus clientes contienen las cenizas reales de su ser querido difunto, o si son cenizas de alguien o de algo más. Al despedir después de una ceremonia religiosa o de la velación en la capilla ardiente a un ser querido que ha muerto, los deudos confían en que la funeraria cremará el cadáver y les entregará las cenizas verdaderas. Pero todo puede resultar ser una farsa. Es importante reclamar el cuerpo de un ser querido difunto. Cuando Sara, esposa de Abraham, murió, éste reclamó el cadáver a los descendientes de Het y les dijo:"Aunque yo no soy más que un extranjero residente entre ustedes, cédanme en propiedad alguno de sus sepulcros, para...