Ir al contenido principal

Historias de paz

En esta Jornada Mundial de la Paz me convenzo, una vez más, que Jesucristo es el Rey de la Paz, y que nuestro Señor es quien puede tocar y abrir los corazones más endurecidos por la violencia. Dos hechos históricos muestran que el hombre fue creado para la paz, y no para la violencia.

Tropas enemigas en la guerra
Durante la Primera Guerra Mundial, se enfrentaban en combate el ejército alemán y el ejército inglés. Cuando llegó el 24 de diciembre, víspera de Navidad, los alemanes se pusieron a decorar sus trincheras con adornos navideños y empezaron a cantar 'Noche de paz'. Los británicos se sorprendieron y comenzaron a responder con villancicos en inglés. Las balas se convirtieron en alabanzas a Dios.

Bernard J. Brooks, sargento de Inglaterra recordaba el hecho y decía: "A última hora de la tarde los alemanes se volvieron divertidísimos, cantando y gritándonos. Dijeron en inglés que, si no disparábamos, ellos tampoco lo harían. Encendieron fuegos fuera de su trinchera, se sentaron alrededor y empezaron un concierto". Luego los ejércitos enemigos decidieron hacer su intercambio de regalos compartiendo cigarros, chocolates y whisky.

Aquel día de Navidad no sonaron las balas, sino al contrario, lloraron juntos las muertes de los soldados caídos en batallas y enterraron sus cuerpos. Y leyeron juntos el salmo 23: El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.

Ese histórico 25 de diciembre hubo, además, un partido de fútbol entre británicos y alemanes, el cual fue conmemorado en su centenario en diciembre de 2014 por la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol.

Pablo Escobar, narcotraficante
Era el narcotraficante más sanguinario, odiado y buscado en Colombia. Pablo Escobar Gaviria, en la década de los 80, lideraba el Cártel de Medellín, la organización mafiosa más poderosa del mundo. Cuando el gobierno colombiano mató a uno de sus hijos, Escobar, en venganza, bañó de sangre la ciudad de Medellín haciendo estallar 45 coches bomba. El capo mandó asesinar a varios altos funcionarios del gobierno, hizo estallar un avión de Avianca con 109 muertos y así logró poner en jaque al Estado e intimidar a la población civil. 

Mientras que el gobierno colombiano buscaba afanosamente al capo para castigarlo, y en tanto que crecía el odio del pueblo hacia él, hubo un sacerdote que logró lo que nadie pudo. Fue el padre Rafael García Herreros, fallecido en 1992.

El padre enviaba mensajes a Escobar en su programa radial “El minuto de Dios” con palabras suaves, invitándolo a una reunión con él en la playa de Coveñas. El padre decía que Escobar era un hombre bueno, afirmación que le provocó la irritación de la Conferencia Episcopal. Sin embargo esas palabras tocaron el impenetrable corazón de Escobar. El sacerdote arriesgó su vida entrevistándose en la playa con el mafioso. Conversaron y al final le dio la bendición. Así ocurrió el milagro. Pablo Escobar se entregó a las autoridades de Colombia.

El padre García Herreros dio al mundo una lección maravillosa: la violencia se doblega con la fuerza del amor. El sacerdote sabía que el corazón del capo, petrificado por tanta perversión, era en el fondo, un corazón necesitado de cariño y salvación. La vida había convertido a Pablo Escobar en un lobo sanguinario pero, en lo profundo de su ser, era una oveja herida esperando que alguien curara sus heridas.

Es Año Nuevo y estas dos historias llenan mi corazón de alegría y de esperanza. Que el 2017 sea, para cada vez más personas en nuestra ciudad y en el mundo, un año en el que –parafraseando a Isaías– el lobo habite con el cordero, el leopardo se recueste con el cabrito; el ternero y el cachorro de león pazcan juntos y un niño pequeño los conduzca.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Católicos y rituales paganos

La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...

La muerte del padre Rafael, mi vicario

La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

Sanación del árbol genealógico

En las últimas décadas diversos grupos y personas en la Iglesia hacen oración para limpiar de pecados su árbol genealógico. Esta práctica es llamada "sanación intergeneracional". Incluso hay sacerdotes que la promueven haciendo misas con ese propósito. Es un grave error. Algunas conferencias episcopales como la de Francia y de Polonia, y ahora la española, se han pronunciado en contra de esta falsa doctrina y pésima práctica. Conocida también como la "sanación del árbol genealógico", la sanación intergeneracional tuvo su origen en los escritos del misionero y terapeuta anglicano Kenneth McAll, quien trató de hacer una conexión entre ciertas enfermedades y las fuerzas del mal. En ámbito católico fueron John Hampsch y Robert DeGrandis quienes popularizaron la práctica en grupos carismáticos. Según estos autores, existen pecados no perdonados, cometidos por los antepasados de una persona, que hoy tienen efectos perniciosos en sus descendientes y que se manifiestan a tr...