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Purificar el corazón

¿Por qué luchar para purificar el corazón? Santa Catalina de Siena, en su Tratado sobre el Purgatorio y en el Diálogo entre el alma y el cuerpo, afirmaba que el alma en ese estado está aún ligada a los deseos y a la pena que derivan del pecado, y eso hace imposible gozar de la visión de Dios, cara a cara. Catalina afirma que Dios es tan puro y santo que el alma con las manchas del pecado no puede hallarse en presencia de la divina majestad.

Hemos entonces de luchar para limpiar el corazón recordando la frase del Señor: "Dichosos los limpios de corazón porque verán a Dios". Los corazones limpios son aquellos que ajustan su inteligencia y voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad; la castidad; y el amor a la verdad y la ortodoxia de la fe.

¿Cómo limpar el corazón? San Juan de Ávila enseñaba que meditando la Pasión de Cristo podemos ir subiendo desde lo bajo hacia lo alto. Hemos de medicinar las llagas de nuestras pasiones con la medicina de la Pasión del Señor. San Agustín decía: "Cuando algún feo pensamiento me combate, me  voy a las llagas de Cristo. Cuando el diablo me pone asechanzas, huyo a las entrañas de misericordia de mi Señor, y se va el demonio de mí. Si el ardor deshonesto mueve mis miembros, es apagado con acordarme de las llagas de mi Señor, el Hijo de Dios".

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