Ahora que un alto porcentaje de maestros ha salido reprobado en los exámenes que la Reforma Educativa ha implementado para evaluarlos, surge la pregunta: ¿hacia dónde va la educación en México? Evidentemente queremos maestros más capacitados, pero también queremos un objetivo que no sea únicamente que los estudiantes aprendan números y fórmulas. Es preciso tener un modelo educativo que pueda ser guía para los planes y la capacitación a los maestros. Es preciso educar hacia un humanismo que anime a construir un nuevo orden social, económico y político, fundado en la dignidad y libertad de la persona humana. El sistema educativo tiene que educar para la paz, la justicia y la solidaridad. ¿De qué nos sirven tantos profesionistas, si no saben cultivar las virtudes sociales y morales para difundirlas en la sociedad?
La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
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