Somos hijos de nuestro tiempo: vivimos en una cultura que piensa poco e imita mucho. Los griegos tenían la palabra "mímesis" y los romanos la tradujeron como "imitatio". De ahí viene la palabra "imagen". Los niños aprenden por imitación la conducta de sus padres, y a veces los adolescentes, con tal de sentir que pertenecen a un grupo, reproducen sus códigos de conducta, tantas veces destructivos. Las imágenes han sido parte esencial de todas las culturas, pero en nuestros tiempos la imagen es todo. Quienes trabajamos para medios de comunicación impresos sabemos el poder que tienen las imágenes para atraer al lector. Tan es así que si no colocamos imágenes atractivas en los periódicos, pocas personas leen los textos. "Lo que no existe como imagen –dice Agustín Laje– es casi como si no existiera". Fijémonos en la cantidad de cámaras de teléfonos celulares que se encienden para grabar durante espectáculos, viajes, bodas, comidas con amigos, fiestas ...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos