Sen. Cruz Pérez Cuéllar
Sen. Bertha Caraveo Camarena
Sen. Gustavo Madero Muñoz
Senado de la República
Estimado senador:
El motivo de esta carta es para pedirle, de la manera más atenta, que considere y medite bien el voto que usted emitirá próximamente, para aprobar o desaprobar la ley del aborto en México. Estoy seguro de que la mayoría de los mexicanos no queremos que impere la violencia ni la muerte en nuestro país, y el aborto es violencia y muerte del ser humano no nacido, el más indefenso de nuestra raza humana.
Con esta iniciativa, no solamente está en juego la profunda violación del derecho fundamental a la vida de los inocentes, sino también existen otros argumentos de gran peso para no aprobar la propuesta. A continuación cito algunos de ellos, proporcionados por la Dimensión Episcopal de Vida:
Se trata de una iniciativa que presenta riesgos para los menores de edad. La iniciativa busca imponer el establecimiento de acciones radicales tendientes a generalizar el aborto en menores de edad incluso niñas de menos de 13 años, con o sin consentimiento de los padres o tutores. Esta medida no representa de ninguna manera el ejercicio del derecho a la salud de la infancia.
Al promover que niñas y adolescentes menores de edad soliciten solas un aborto, se deja abierta la puerta a la impunidad para el violador, no se garantiza la reparación integral de los derechos de las niñas y adolescentes afectadas y se limita las facultades de investigación y persecución del delito, fomentando la falta de castigo para los abusadores y la recurrencia de estos casos.
Mas aún, puede convertirse en un mecanismo que facilite la trata de personas menores de edad con fines de explotación sexual, toda vez que una menor de edad puede verse obligada a abortar todas las veces que su explotador o tratante se lo solicite.
La iniciativa propone establecer servicios de anticoncepción y abortivos en clínicas escolares, lo que podría representar un mecanismo detonador de la práctica sexual menores de edad, con los riesgos a su salud y desarrollo que esto implica.
La iniciativa propone despojar de facto de la patria potestad a los padres o tutores que rechacen que se practiquen abortos a sus hijas menores de edad, lo que no es congruente con la Convención sobre los Derechos del Niño, de la cual México forma parte.
Se trata de una iniciativa riesgosa, puesto que el aborto sería considerado negativamente como un supuesto “derecho a la salud de niñas, niños y adolescentes” e, incluso, contraria al principio del interés superior del menor recogido en tratados internacionales, en la Constitución y en la propia ley que se pretende reformar.
Pero también la iniciativa está fuera de contexto. La iniciativa parte de una valoración sesgada y claramente ideológica de los derechos de niñas, niños y adolescentes. De su lectura no se advierten fundamentos en datos y evidencia de política pública sobre las prioridades en materia de salud que requieren los más de 40 millones de niñas, niños y adolescentes que existen en México.
La Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes es aún joven y dentro de este marco legal se han identificado otras prioridades para mejorar la salud infantil y la cobertura de servicios hospitalarios; abatir el rezago educativo; brindar atención integral a la primera infancia; prevenir la violencia y maltrato infantil, fortalecer a las autoridades que integran el Sistema de Protección, entre otros rubros, que permitirían avanzar de fondo en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en México.
En el momento que atraviesa nuestro país, no se requiere otra iniciativa más que divida, que polarice y que fracture la institución más importante para los mexicanos, que es la familia.
Por estos motivos, estimado senador, le pido encarecidamente que en conciencia y delante de Dios medite los argumentos, pues su voto en contra de la iniciativa podrá detener el ambiente de muerte que hoy envuelve como una sombra a nuestro país. Por el contrario, su apoyo a la familia y a la vida serán luz y esperanza para el pueblo de México, un pueblo que ama la vida y los valores perennes.
Dios lo bendiga, senador. Quedo a sus órdenes en la Dimensión diocesana de pastoral de la vida.
Sen. Gustavo Madero Muñoz
Senado de la República
Estimado senador:
El motivo de esta carta es para pedirle, de la manera más atenta, que considere y medite bien el voto que usted emitirá próximamente, para aprobar o desaprobar la ley del aborto en México. Estoy seguro de que la mayoría de los mexicanos no queremos que impere la violencia ni la muerte en nuestro país, y el aborto es violencia y muerte del ser humano no nacido, el más indefenso de nuestra raza humana.
Con esta iniciativa, no solamente está en juego la profunda violación del derecho fundamental a la vida de los inocentes, sino también existen otros argumentos de gran peso para no aprobar la propuesta. A continuación cito algunos de ellos, proporcionados por la Dimensión Episcopal de Vida:
Se trata de una iniciativa que presenta riesgos para los menores de edad. La iniciativa busca imponer el establecimiento de acciones radicales tendientes a generalizar el aborto en menores de edad incluso niñas de menos de 13 años, con o sin consentimiento de los padres o tutores. Esta medida no representa de ninguna manera el ejercicio del derecho a la salud de la infancia.
Al promover que niñas y adolescentes menores de edad soliciten solas un aborto, se deja abierta la puerta a la impunidad para el violador, no se garantiza la reparación integral de los derechos de las niñas y adolescentes afectadas y se limita las facultades de investigación y persecución del delito, fomentando la falta de castigo para los abusadores y la recurrencia de estos casos.
Mas aún, puede convertirse en un mecanismo que facilite la trata de personas menores de edad con fines de explotación sexual, toda vez que una menor de edad puede verse obligada a abortar todas las veces que su explotador o tratante se lo solicite.
La iniciativa propone establecer servicios de anticoncepción y abortivos en clínicas escolares, lo que podría representar un mecanismo detonador de la práctica sexual menores de edad, con los riesgos a su salud y desarrollo que esto implica.
La iniciativa propone despojar de facto de la patria potestad a los padres o tutores que rechacen que se practiquen abortos a sus hijas menores de edad, lo que no es congruente con la Convención sobre los Derechos del Niño, de la cual México forma parte.
Se trata de una iniciativa riesgosa, puesto que el aborto sería considerado negativamente como un supuesto “derecho a la salud de niñas, niños y adolescentes” e, incluso, contraria al principio del interés superior del menor recogido en tratados internacionales, en la Constitución y en la propia ley que se pretende reformar.
Pero también la iniciativa está fuera de contexto. La iniciativa parte de una valoración sesgada y claramente ideológica de los derechos de niñas, niños y adolescentes. De su lectura no se advierten fundamentos en datos y evidencia de política pública sobre las prioridades en materia de salud que requieren los más de 40 millones de niñas, niños y adolescentes que existen en México.
La Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes es aún joven y dentro de este marco legal se han identificado otras prioridades para mejorar la salud infantil y la cobertura de servicios hospitalarios; abatir el rezago educativo; brindar atención integral a la primera infancia; prevenir la violencia y maltrato infantil, fortalecer a las autoridades que integran el Sistema de Protección, entre otros rubros, que permitirían avanzar de fondo en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en México.
En el momento que atraviesa nuestro país, no se requiere otra iniciativa más que divida, que polarice y que fracture la institución más importante para los mexicanos, que es la familia.
Por estos motivos, estimado senador, le pido encarecidamente que en conciencia y delante de Dios medite los argumentos, pues su voto en contra de la iniciativa podrá detener el ambiente de muerte que hoy envuelve como una sombra a nuestro país. Por el contrario, su apoyo a la familia y a la vida serán luz y esperanza para el pueblo de México, un pueblo que ama la vida y los valores perennes.
Dios lo bendiga, senador. Quedo a sus órdenes en la Dimensión diocesana de pastoral de la vida.
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ResponderBorrarAgradezco la intervención del Padre Hayen, para expresar lo que millones de padres de familia, profesionistas, gente que ama la vida y el sentido común en jóvenes mexicanos apoyamos para que NO SE apruebe la ley del aborto en México.
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