En el Congreso del Estado de Chihuahua han sucedido cosas que ponen en peligro el futuro de las familias y el verdadero progreso de nuestra entidad. El 30 de mayo de este año, el Congreso aprobó el decreto por el que se reforma la Constitución Política de Chihuahua. Dicha reforma introduce en la Constitución el derecho a la auto determinación de las personas y el libre desarrollo de la personalidad.
El concepto de "libre desarrollo de la personalidad" es un concepto nuevo que ya se maneja en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que establece que las personas son libres para elegir su proyecto de vida. La personas pueden ser como quieran ser, sin coacción ni controles injustificados, con el fin de cumplir sus metas y según sus valores, ideas, expectativas y gustos. Incluye la libertad de contraer o no matrimonio; de procrear hijos y decidir cuántos; de escoger la apariencia personal, la profesión o actividad laboral, así como la libre opción sexual. El derecho al libre desarrollo de la personalidad no forma parte de nuestra Constitución Federal, pero ha sido utilizado por la SCJN para permitir el aborto en algunos casos y el uso de la mariguana para fines recreativos.
Por la ambigüedad del término, es muy peligroso introducir este concepto en la Constitución del Estado de Chihuahua. De ser aprobado, el derecho al libre desarrollo de la personalidad entraría en conflicto con el derecho a la vida del ser humano no nacido, cuya vida e integridad están protegidas hoy por la Constitución chihuahuense. Fácilmente podría prevalecer el derecho de la madre al desarrollo de su personalidad por encima del derecho a la vida de su hijo y así dar paso a la legalización del aborto.
El libre desarrollo de la personalidad podría afectar gravemente la educación de los hijos, en el sentido de que los padres de familia no tendrían derecho a interferir si su hijo decidiera ser niña, o la hija quisiera ser niño, como hoy se está promoviendo. Tampoco los padres podrían evitar que su hija menor de edad se practicara un aborto, pues sería violentar el derecho de la chica. O bien, no podrían los padres interferir en la vida sexual de sus hijos menores para educarlos con sus valores. Y por más descabellado que suene, hasta se podría llegar a prohibir a los padres educar a sus hijos en su propia religión porque sería bloquear la libre personalidad de los menores.
Si en Chihuahua se acepta el derecho al libre desarrollo de la personalidad se abrirán muchas otras puertas que hoy, para bien de todos, están cerradas: la libertad para consumir drogas, el derecho a portar armas en la calle, la despenalización de las relaciones sexuales con menores de edad, y hasta la eutanasia, pues cada persona tendría el derecho de disponer, no sólo de su vida, sino de su muerte; todo en el nombre del derecho al libre desarrollo de la personalidad.
¿Qué queremos para Chihuahua en el futuro? El anhelo de la mayoría sensata es vivir en un Estado tejido con familias íntegras y sanas, formadas de padres, madres e hijos que den paz y estabilidad a la vida social; esto marca el verdadero progreso. El progresismo, por el contrario, es insensatez: promueve una falsa libertad sin referencia a la verdad, y termina por convertir nuestras ciudades y pueblos en lugares donde naufragan las familias y donde abundan las víctimas de la violencia intrafamiliar, el divorcio, las drogas, los embarazos adolescentes y el suicidio. Libre Dios a Chihuahua de tomar ese camino.
Como católicos hemos de rechazar la introducción de términos ambiguos y peligrosos como el derecho al libre desarrollo de la personalidad en la Constitución del Estado de Chihuahua. La reforma fue aprobada por el Congreso estatal, pero para que se realice se requiere la votación de los cabildos de al menos 20 municipios que representen a más del 50 por ciento de la población. Hacemos un llamado a nuestro alcalde Armando Cabada Alvídrez y a los regidores de Ciudad Juárez para que voten contra esta reforma. El futuro de Chihuahua está en juego.
El concepto de "libre desarrollo de la personalidad" es un concepto nuevo que ya se maneja en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que establece que las personas son libres para elegir su proyecto de vida. La personas pueden ser como quieran ser, sin coacción ni controles injustificados, con el fin de cumplir sus metas y según sus valores, ideas, expectativas y gustos. Incluye la libertad de contraer o no matrimonio; de procrear hijos y decidir cuántos; de escoger la apariencia personal, la profesión o actividad laboral, así como la libre opción sexual. El derecho al libre desarrollo de la personalidad no forma parte de nuestra Constitución Federal, pero ha sido utilizado por la SCJN para permitir el aborto en algunos casos y el uso de la mariguana para fines recreativos.
Por la ambigüedad del término, es muy peligroso introducir este concepto en la Constitución del Estado de Chihuahua. De ser aprobado, el derecho al libre desarrollo de la personalidad entraría en conflicto con el derecho a la vida del ser humano no nacido, cuya vida e integridad están protegidas hoy por la Constitución chihuahuense. Fácilmente podría prevalecer el derecho de la madre al desarrollo de su personalidad por encima del derecho a la vida de su hijo y así dar paso a la legalización del aborto.
El libre desarrollo de la personalidad podría afectar gravemente la educación de los hijos, en el sentido de que los padres de familia no tendrían derecho a interferir si su hijo decidiera ser niña, o la hija quisiera ser niño, como hoy se está promoviendo. Tampoco los padres podrían evitar que su hija menor de edad se practicara un aborto, pues sería violentar el derecho de la chica. O bien, no podrían los padres interferir en la vida sexual de sus hijos menores para educarlos con sus valores. Y por más descabellado que suene, hasta se podría llegar a prohibir a los padres educar a sus hijos en su propia religión porque sería bloquear la libre personalidad de los menores.
Si en Chihuahua se acepta el derecho al libre desarrollo de la personalidad se abrirán muchas otras puertas que hoy, para bien de todos, están cerradas: la libertad para consumir drogas, el derecho a portar armas en la calle, la despenalización de las relaciones sexuales con menores de edad, y hasta la eutanasia, pues cada persona tendría el derecho de disponer, no sólo de su vida, sino de su muerte; todo en el nombre del derecho al libre desarrollo de la personalidad.
¿Qué queremos para Chihuahua en el futuro? El anhelo de la mayoría sensata es vivir en un Estado tejido con familias íntegras y sanas, formadas de padres, madres e hijos que den paz y estabilidad a la vida social; esto marca el verdadero progreso. El progresismo, por el contrario, es insensatez: promueve una falsa libertad sin referencia a la verdad, y termina por convertir nuestras ciudades y pueblos en lugares donde naufragan las familias y donde abundan las víctimas de la violencia intrafamiliar, el divorcio, las drogas, los embarazos adolescentes y el suicidio. Libre Dios a Chihuahua de tomar ese camino.
Como católicos hemos de rechazar la introducción de términos ambiguos y peligrosos como el derecho al libre desarrollo de la personalidad en la Constitución del Estado de Chihuahua. La reforma fue aprobada por el Congreso estatal, pero para que se realice se requiere la votación de los cabildos de al menos 20 municipios que representen a más del 50 por ciento de la población. Hacemos un llamado a nuestro alcalde Armando Cabada Alvídrez y a los regidores de Ciudad Juárez para que voten contra esta reforma. El futuro de Chihuahua está en juego.
Totalmente de acuerdo con el P Hayen Estos tiempos no pueden ser de apatía. Participemos enviando correos. Esta es una batalla, familia y sociedad estan en riesgo
ResponderBorrarAsí es, como católicos no debemos permitir que nos impongan estos falsos derechos. En un hecho sin precedentes los cabildos han votado en contra de este decreto antifamilia. Con el voto del cabildo de Juárez este lunes 29 de julio a las 12:00 horas juntaremos el porcentaje necesario para rechazar esta ley fundamentada en la nociva ideología de género... Los esperamos
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