martes, 9 de julio de 2019

Los toros y el maltrato animal

Como sacerdote aficionado a los toros, la sensibilidad actual de la sociedad sobre las corridas me ha hecho cuestionarme sobre si es ético que continúe con mi afición taurina o tenga que abandonarla en tiempos de creciente repulsión por esta expresión cultural de España, México y otros países de América. Justamente antes de empezar la Feria del Toro de Pamplona, con sus encierros, me llega la pésima noticia de que el gobernador de Chihuahua ha metido en la cocina legislativa una ley para prohibir las corridas de toros en el Estado. Entiendo que haya gente cuya sensibilidad no le permite entrar a un festejo taurino pero, ¿por qué prohibir algo que pertenece a nuestro patrimonio cultural durante siglos?

Hace algunas décadas eran pocas las personas que pedían prohibir las corridas de toros. Sin embargo en los últimos años ha crecido este reclamo debido, fundamentalmente, a dos factores. El primero es el trato inadecuado y las pésimas condiciones de crianza para muchas especies de animales que sirven para la producción de comida, pieles o artículos de lujo. Ejemplo de ellos son los cerdos que tienen que vivir hacinados, privados de luz y mutilados en espacios muy pequeños, o los pollos criados en batería, los gansos a los que se les alimenta forzadamente para producir paté, o los casi extintos tigres de bengala que son presa de algunos cazadores que los utilizan como trofeo. Es legítimo, sin duda, que la sociedad pida mejor trato para ciertas especies del reino animal.

El segundo factor proviene del mundo anglosajón que ha creado el concepto jurídico de "derechos" de los animales, en donde el animal pasa a ser el nuevo sujeto de derechos. Al Animal, genéricamente hablando, se le mira como la víctima que hay que proteger del Hombre, que ha sido su explotador en el transcurso de la historia. Entonces todo lo que maltrate a los animales y viole sus derechos acaba por meterse en el mismo cajón: pesca deportiva, cacería, corridas de toros, peleas de gallos, carreras de caballos, ganadería industrial, disección para experimentos en laboratorios y, ¿por qué no?, a la larga serán las carnicerías y los restaurantes. Todo termina por ser una violación del hombre explotador al reino animal.

Creamos un laberinto sin salida cuando catalogamos a cada especie del reino animal como simplemente "Animal" que hay que defender del hombre. Entonces habría que proteger la vida de los mosquitos, las cucarachas, los leones africanos, los osos polares, los toros de lidia y los gusanos. Acabar con una plaga de langostas en un campo sería un genocidio. El sentido común nos dice que esto no puede ser así. Tratar a todos los animales con el mismo respeto es ilógico, irracional.

El "Animal" no existe como tal. Existen las especies animales y cada una tiene un trato diverso con los hombres. Francis Wolff enseña que hay una gran variedad de formas de trato con ellos: a los que son dañinos se les aniquila, de los peligrosos nos apartamos, contra los temibles luchamos, a los apetitosos los pescamos, a los protectores los mantenemos, a los colaboradores los estimamos, al compañero lo queremos. Es absurdo admitir una única norma moral de trato para todos.

Es interesante que en donde han habido toros bravos en la historia los hombres admiren su poderío y hagan juegos y combates con ellos. Es una constante antropológica de todos los tiempos. Desde los rodeos en Estados Unidos, las corridas en España y los forcados de Portugal, las charreadas en México, y otras formas de combate en Japón, Francia, la India. Enfrentarse al toro, símbolo de poder, es un sueño vivo del hombre en las más diversas culturas.

Cada vez estoy más convencido de que no sólo me gusta la fiesta brava sino que he de defenderla. Asistir a ellas y apoyar la fiesta no es ningún pecado como hoy los animalistas nos lo quieren hacer creer. Suprimir las corridas de toros es, a mi juicio, perder un rito, una fiesta, un espectáculo, un arte, un deporte que, por los valores que transmite, debería de ser considerado patrimonio cultural de la humanidad. Es, además, condenar a su extinción inmediata al toro bravo, y privar a los hombres de aprender a establecer relaciones adecuadas y diversas con las especies animales. Queda la pregunta: ¿por qué el toro bravo es una especie animal del todo singular a la cual se le puede lidiar y matar públicamente, en la plaza? El espacio no alcanza para dar una respuesta. Lo dejaremos para otra ocasión. Mientras tanto me dispongo a disfrutar de la pamplonesa Feria del Toro.

14 comentarios:

  1. Yo creo que es innecesario el sufrimiento de los toros, tan solo para causar un momento de diversión, ver sus ojos sufriendo realmente me conmueve. En otros animales se ha luchado mucho para que mueran sin ser torturados, como son las vacas, cerdos, gallinas etc. claro que siempre habrá gente que no le interese o no le importe como mueran. En el caso de las peleas de box, que no estoy de acuerdo con ellas pero ahí la contienda es pareja y aun así se ven muchos abusos.

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    1. No es diversión lo que produce, desde ahí ya estamos hablando erróneamente, produce una emoción y esta nace del arte que produce la habilidad y destreza del hombre que con estética se enfrenta a un toro con poderío singular (al que los antitaurinos minimizan como sk fuera una mascota indefensa) mis respetos a quienes no comparten nuestra afición, lo mismo pedimos de ustedes, enhorabuena por el escrito Padre Hayen.

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  2. La verdad siempre he admirado sus artículos,Padre, pero voy comprendiendo, sobretodo en este texto, que no puede ser objetivo y es movido por una forma de ver las cosas que ha decidido creer y se ha esforzado por reunir argumentos que poco respaldan su punto de vista, más bien constatan que es víctima de su carne es decir, sus placeres, deseos y gustos. Y deja de lado la acción del Espíritu Santo, tan es así que no leemos la parte teológíca en su artículo. Podría contra argumentar cada uno de sus razones, pero no servirá hasta que deje su lado carnal en este tema particular y se deje guiar. Favor de leer CIC 2416

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    1. No podemos juzgar que se es víctima de su carne por escribir este articulo cuando los valores de la sociedad están totalmente distorsionados pues se apiadan más de una especie animal que del projimo. R E S P E T O es lo que hace falta por quienes no piensan como ustedes, es cuestión de sensibilidad no de verdad absoluta.

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  3. Hay miles de formas de justificarnos cuando algo nos crea placer y hacernos creer que lo malo es algo bueno
    Esto es lo que marca la iglesia, en el catecismo de la iglesia católica.

    2418 Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos.

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  4. Las personas matan insectos o animales como arañas, insectos, roedores o demás por defensa propia ya que somos propensos a recibir ataques de estos mismos. Si un toro en un campo ataca a un ser humano y éste lo mata, es considerado defensa propia y hasta por supervivencia. Pero criar un toro meramente para dar un espectaculo donde el toro fue preparado para el matadero frente mucha gente que aplaude ver al animal sufrir lo considero una barbarie. No se trata de darles derechos a los animales sino respetar su especie. Yo considero que el hombre puede matar animales para su comida (tal como sucede en la cadena alimenticia) o en caso de supervivencia mas no por mera diversión

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    1. El toro de lidia es para consumo humano. El toro de lidia se come. No se mata por diversión.

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  5. También era una fiesta el que llevarán a cristianos al coliseo romano y ver como los leones y tigres se los comían, qué lástima que eso no lo consideren patrimonio cultural.
    Por sacerdotes como tu es que se le está llendo tanto feligrés a otras religiones.
    De nada sirve toda la teología que hayas estudiado si no eres capaz de reconocer que en cada animal hay vida, tienen alma, sufren, aman a sus crías, con la única diferencia de que ellos no pueden hablar
    A bien dicen los filósofos que las religiones se hicieron para someter a la sociedad.

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  6. El mismo Francis Wolff que menciona usted Padre, dice en la introducción de su libro ‘Cincuenta razones para defender las corridas de toros’, lo siguiente:
    “Sólo hay un argumento contra las corridas de toros y no es verdaderamente un argumento. Se llama sensibilidad. Algunos pueden no soportar ver (o incluso imaginar) a un animal herido o muriendo. Este sentimiento es perfectamente respetable. Y no cabe duda de que la mayor parte de los que se oponen a las corridas de toros son seres sensibles que sufren verdaderamente cuando imaginan al toro sufriendo. El aficionado tiene que admitirlo: mucha gente se conmueve, e incluso algunos se indignan con la idea de las corridas de toros. El sentimiento de compasión es una de las características de la humanidad y una de las fuentes de la moralidad. Pero los adversarios de las corridas de toros tienen que saber que los aficionados compartimos ese sentimiento. Sin duda, esto es algo difícil de creer por todos aquéllos que piensan sinceramente que asistir a la muerte pública de un animal (lo que es un aspecto esencial de las corridas de toros) sólo lo pueden hacer gentes crueles, sin piedad, sin corazón. Ahí radica su irritación, su arrebato, su animadversión a las corridas de toros. Es difícil de creer y sin embargo es absolutamente cierto: el aficionado no experimenta ningún placer con el sufrimiento de los animales. Ninguno soportaría hacer sufrir, o incluso ver hacer sufrir, a un gato, a un perro, a un caballo o a cualquier otra bestia. El aficionado tiene que respetar la sensibilidad de todos y no imponer sus gustos ni su propia sensibilidad. Pero el antitaurino debe admitir también, a cambio, la sinceridad del aficionado, tan humano, tan poco cruel, tan capaz de sentir piedad como él mismo.”

    Creo que los antitaurinos, y sobre todo los animalistas, difícilmente van a entender esos arguementos y menos van a aceptar que su rechazo a las corridas de toros es por una cuestión de sensibilidad.
    Entonces, yo les planteo la siguiente situación:
    Los deportistas de alto rendimiento, y obviamente estamos hablando de seres humanos, no la pasan nada bien durante su etapa de entrenamiento previa a una competencia. Tal vez entre los antitaurinos haya algunos deportistas de alto nivel, o nivel medio, que no me dejarán mentir cuando digo que no la pasan bien en los entrenamientos y a veces en las mismas competencias. Desde vomitar luego del esfuerzo extra que les exigen los entrenadores, pasando por lesiones de leves graves, e incluso hasta llegar a la muerte, como ha sucedido con maratonistas.
    La pregunta es, ¿nos juntamos y hacemos marchas y manifestaciones para prohibir las carreras atléticas y otros deportes porque hacen sufrir a seres humanos (no a animales) e incluso les pueden causar la muerte.
    Si a ti no te gustan las corridas de toros, se respeta tu opinión, pero no pretendas que todos opinemos igual que tú.
    Saludos Padre Hayen y sepa que yo sí comparto, y entiendo, su opinión.
    Atte.
    Luis Eduardo Morán García

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  7. apoyo al 100 % la continuidad de las corridas de toros

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  8. Concuerdo con sus comentarios Padre, y volvemos recurrentemente a lo mismo, la falta de información veraz, la desconexión de la sociedad en general de la vida en el campo y la proclividad a imponer modelos de pensamiento de forma autoritaria por parte algunos grupos minoritarios son, a mi entender, la razón del pensamiento "antitaurino".
    Publicaciones como la suya, como la de tantos otros pensadores, artistas, periodistas, literatos y demás exponentes del pensamiento culto son el escudo que crea el balance ante tanto "dueño de la verdad absoluta" que en los últimos años a empezado a abundar.

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  9. Querido antitaurinos.Tendríamos que sentarnos y tomarnos un café y platicar largo y tendido
    Etiendo que apriori se ve todo muy salvaje y fuera de contexto pero lo que si puedo asegurarte que todo tiene un propósito y los aficionados nunca celebran la muerte y el sufrimiento del toro de lidia. Al contrario lo amamos y lo respetamos. El toro muere en la plaza con grandeza defendiendo su especie . Muere peleando con honor en igualdad de condiciones enfrentándose toro y torero. Cada toro es único con un nombre propio que son recordados para la posteridad. tiene la oportunidad de defender su raza otorgándole el indulto y regresando a la ganadería de semental con 40 vacas para preservar su especie hasta que muere de viejo y solo en 10 porciento de la raza de toros de lidia va a la plaza . De ese 10 porciento se mantiene toda la ganadería entre becerros y las hembras. Esta raza es única que si no fuera por la.fiesta brava estaría extinta porque no tiene otro uso comercial a diferencia del toro de abasto que pasa su vida de un año en un corral tragando sin moverse para ser sacrificado en un túnel obscuro sin saber de dónde viene la muerte
    De verdad te digo que es el animal mejor cuidado de todas las especies y es una actividad totalmente sustentable. En México existen más de 300 ganaderías que crían exclusivamente esta raza. La ganadería más pequeña son arriba de 500 hectáreas de extensión donde anda libre sin ser molestado durante 5 años. Las hembras se quedan en la ganaderia hasta que se mueren de viejas. Ahí en las ganaderías son santuarios ecológicos de cientos de especies de animales silvestres que conviven con el toro de lidia. Que como te digo si no existiera la fiesta brava económicamente no tendrían razón de ser y estas superficies serían destinadas a otras actividades donde todas estas especies junto con el toro se extinguirán. donde si hay que poner objecion es en otras actividades de maltrato animal e infantil que requieren nuestra atención, la fiesta brava se defiende sola. Y la emoción del espectador no viene del sufrimiento animal esa es una falacia que los grupos antitaurinos vienen manejando,pero todos los argumentos antitaurinos son por el desconocimiento de la fiesta. La emoción viene de la plástica y el arte y sentimientos que produce el torero con el toro , y la expresión del sentimiento transmitida hacia el público. Eso es increíble cuando sucede se nota en el olé espontaneo que se produce en cada espectador y se conjugan en un solo momento. Al igual que una pintura refleja el sentimiento del pintor hacia el expectador , logrando este sentir lo que el pintor sentía en en momento de plasmar la pintura. Claro que para desarrollar esa sensibilidad se requiere tiempo. Pero una vez desarrollada la sensación y emoción no se compara con ningún espectáculo
    Es de verdad algo increíble. Es por eso que grandes personalidades de la cultura entre pintores, escultores, ,escritores, músicos, poetas desarrollan una admiración y gusto por la fiesta brava porque poseen una sensibilidad más desarrollada y conectan muy fácil y perciben el verdadero sentir y objetivo de la tauromaquia. Es un tema por demás polémico y muy amplio que no se puede descifrar en pocas palabras pero si de verdad me dejaras explicarte más a fondo te aseguro que cambiarías tu percepción. Por que nunca nunca nunca tendremos los aficionados el placer de hacer sufrir un ser vio que no se pueda defender. Si estamos en contra de aborto y del maltrato animal como nos va a dar placer ver morir al toro sería incongruente. Como te digo la tauromaquia es muy compleja que requiere años de estudio para comprenderla admirarla y amarla. Date la oportunidad de profundizar y conocer para que tengas realmente elementos para decidir con objetividad. Atte. Francisco Rodríguez

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  10. Respetable su artículo, que es a nivel personal y no refleja la posición de la iglesia Católica al respecto, solo el Vaticano es el autorizado para emitir ese posicionamiento. El toreo es bello y artístico, pero hay que ver lo bueno y lo malo que hay en el; la forma de matar no es lo más adecuado, somos gente civilizada, no salvaje, entonces porque utilizar formas salvajes de matar? Porque hacer pública una muerte de esa manera y deleitarse? ...La ONU la prohíbe para niños, la psicología dice que propicia la creación de asesinos, y entonces que ¿seguimos sin hacer caso a los expertos en comportamiento humano?
    Sus argumentos Padre, con todo respeto, son los mismos que argumentaba Lutero para defender sus ideas, creaba su propio mundo dejando a un lado la razón y la lógica, solo para decirse a si mismo que tenía razón.

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