Periodismo católico con libertad de expresión Pbro. Eduardo Hayen Cuarón Guadalajara Jalisco La Palabra no puede encadenarse La Palabra de Dios no puede estar encadenada. Las autoridades judías mandaron prender a los Apóstoles y los metieron a la cárcel. Pero en la noche, el Ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: “Vayan al templo y expliquen allí al pueblo íntegramente este modo de vida”· (Hch 5, 17-26). El relato termina diciendo que los encerraron nuevamente. Nos preguntamos ¿qué sentido tiene este milagro tan espectacular? El objetivo del milagro no fue evitarles penurias solamente. Esta liberación de la cárcel fue más una señal que una solución. Señal ante todo de la libertad de la Palabra. Fue como decir a las autoridades que sus cadenas jamás detendrán el avance del Evangelio”. Hechos de los Apóstoles nos narra que los judíos de la sinagoga de los libertos quisieron acudir al soborno con tal de cerrar la boca de Est...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos