domingo, 6 de noviembre de 2016

Estados Unidos: hacia dónde girará el barco

El próximo martes 8 de noviembre se estará jugando algo muy grande en la elección presidencial de los Estados Unidos. Por unos días las encuestas señalaban ventaja de Hillary sobre Trump, pero hoy se dice que avanzan muy parejos. La moneda está en el aire. De resultar Donald Trump ganador, sabemos que quienes resultarían gravemente afectados serían los inmigrantes ilegales –se calcula que son más de 11 millones– con la amenaza de su persecución y expulsión del territorio norteamericano.

También sería afectada la industria maquiladora, a quien muy probablemente le serían gravados nuevos impuestos, lo que quizá provocaría el cierre de plantas en este lado de la frontera. Económicamente con Trump en el poder, una redefinición o un finiquito del TLC podrían traer consecuencias bastante problemáticas para nuestro país, y especialmente para las ciudades de la línea fronteriza.

Una de las consecuencias más importantes que traerá el nuevo inquilino de la Casa Blanca será su influencia en la composición ideológica de la Suprema Corte de los Estados Unidos, que es el órgano supremo de justicia de la nación, la élite de nueve magistrados vitalicios que interpretan la Constitución. Es el presidente de Estados Unidos quien designa a los nuevos miembros y éstos deben ser confirmados por el Senado. Estas designaciones afectarán, para bien o para mal, los intereses cristianos.

Antes de la muerte del católico Antonin Scalia, la Suprema Corte llevaba el timón del gran barco de las barras y las estrellas ligeramente hacia aguas conservadoras. Ello impedía que los magistrados interpretaran la Constitución sistemáticamente a favor de las causas de la izquierda radical (aborto libre, matrimonios igualitarios y agenda LGBT). Pero los nombramientos que hizo el presidente Obama de Sonia Sotomayor y Elena Kagan han hecho que la nación comience a cambiar el rumbo.

Del próximo presidente de Estados Unidos dependerá que la gran nación vaya por el rumbo conservador o se vuelva más liberal y progresista. El presidente querrá dejar su huella nombrando a alguien de su ala ideológica, y es muy probable que nombre a más de un juez, puesto que hay tres magistrados que, por su edad avanzada, van de salida. La llegada de Donald Trump a la presidencia podrían traer el nombramiento de magistrados pro-vida, tal como él prometió. Si Hillary Clinton resulta electa traería un jueces protectores del aborto libre, incluso el aborto hasta un día antes del parto, como lo especificó en su último debate.

Nathaniel Bruno señala que con Hillary Clinton como presidenta, algunos asuntos de gran trascendencia cultural serían afectados. Primero, las empresas podrían verse obligadas a pagar fármacos abortivos en los seguros de sus empleados. La oración en las instituciones legislativas, que ha sido tradicionalmente cristiana debido a la gran mayoría estadounidense de esa religión, sería restringida en su contenido y sus oradores. Además los símbolos cristianos, desde los crucifijos en aulas escolares hasta grandes monumentos públicos que existen desde hace décadas, serían suprimidos de los espacios públicos si una sola persona lo solicitara.

Con Hillary, el aborto por nacimiento parcial, que consiste en sacar del vientre materno, primero el cuerpo del bebé completamente formado para luego aplastar su cráneo dentro del cuerpo de la madre, se podría practicar libremente en todo el país sin restricciones. No sólo eso, que es ya gravísimo. A los grupos estudiantiles cristianos, por razón de sus convicciones, se les podría negar el acceso a los fondos universitarios para actividades estudiantiles que sí están disponibles para grupos no religiosos.

El horizonte que se abrirá para Estados Unidos y para el mundo, después del 8 de noviembre, no es halagador, gane quien gane. Sufrirán los inmigrantes y los socios de Estados Unidos con la victoria de Donald, o peor aún, sufrirá el matrimonio, la familia, los no nacidos y la libertad religiosa con la elección de Hillary.

Hay una gran confusión sobre las encuestas de las elecciones. Cada candidato afirma que los resultados le favorecerán. Sin embargo se habla también de un empate. La moneda está en el aire. Que la Virgen Inmaculada interceda por la nación que tiene bajo su patronazgo.

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