Ir al contenido principal

San José y la agresividad masculina


A los hombres nos acusan hoy, más que nunca, de ser agresivos y violentos. La ideología feminista nos señala como seres abominables, iracundos y sembradores de terror en los hogares y en las calles. Según las feministas los hombres somos los victimarios de las mujeres, como si ellas no ejercieran otras formas de terrible violencia contra los varones. Lo cierto es que el feminismo se ha propuesto despojar al hombre de su masculinidad, por considerarla como la fuente de toda violencia en la sociedad.


Es verdad que el varón es mucho más agresivo que la mujer, y la razón está en su cerebro. La amígdala es un conjunto de neuronas que forman una especie de almendra, que hombres y mujeres tenemos en el cerebro, a la altura de los oídos. Ahí se reciben los estímulos estresantes y se reacciona frente a ellos; se registra el miedo y se dispara la agresión. La amígdala actúa como una alarma que reconoce cuando algo malo está sucediendo. Sin embargo el procesamiento en los cerebros masculino y femenino es diferente.

Mientras que los hombres reaccionamos con violencia ante ciertas situaciones, la mujer es más capaz de controlarse con paciencia y resignación. Ellas sienten pánico a romper las relaciones sociales, que son la base de su equilibrio y supervivencia. Los hombres tenemos menos serotonina –una hormona de influjo calmante en el cerebro– lo que nos hace reaccionar ante las amenazas utilizando respuestas físicas. La mujer, en cambio, trata de resolver las situaciones a través del diálogo.

A pesar de nuestra amígdala masculina y nuestra escasez de serotonina que nos hace ser más explosivos, los varones católicos estamos llamados a convertirnos en verdaderos caballeros. La agresividad varonil se puede y se debe regular, pero esto solamente se logra a través del desarrollo de la virtud del autocontrol, así como de los valores espirituales y morales que aprendemos en casa y en la Iglesia.

San José nos puede ayudar a tener una virtud que, para muchos hombres, es difícil de practicar. Me refiero a la paciencia. Los varones jóvenes, habituados a resolverlo todo a través de teléfonos celulares y redes sociales, y acostumbrados a satisfacer todos sus gustos, necesitan mirar a san José. Los hombres casados, que antes de salir de casa tienen que esperar horas a que su esposa se arregle; o que al regresar al hogar después del trabajo encuentran la casa sucia y a sus niños que le llevan sus problemas, deben contemplar a José; los sacerdotes, que debemos escuchar toda clase de infortunios que vive la feligresía, hemos de ver al esposo de la Virgen y pedirle que nos obtenga la paciencia.

La vida no fue fácil para el padre virginal de Jesús. Muchas veces su paciencia se puso a prueba. Sin embargo no lo vemos enojado cuando María, su esposa, permaneció tres meses en casa de Isabel. Tampoco se puso furioso cuando supo que su esposa estaba encinta de un hijo que no era suyo. Nunca perdió la paciencia cuando, al buscar un lugar para que naciera Jesús, les cerraron las puertas de la posada. Su corazón no se puso del mal genio por el estrés en Egipto, al tener que proveer comida y techo a su familia mientras huían de Herodes. José no montó en cólera cuando su hijo se perdió en aquella caravana y después lo encontraron en el templo, entre los doctores. José fue un hombre de Dios que supo educarse en la virtud de la paciencia para desempeñar su misión de varón, esposo y padre.

Para acabar con la violencia machista, nuestra cultura, influenciada por el feminismo, indica que la solución es igualar a los sexos. Desconociendo las profundas diferencias que existen entre el hombre y la mujer –empezando por las diferencias cerebrales–, en su afán de acabar con la masculinidad y la feminidad, la ideología de género se empeña en crear hombres más afeminados y mujeres más masculinizadas. Así sólo se provocará violencia.

La propuesta católica es diversa y contribuye realmente a la construcción de la paz. Es a través de la educación en la virtud y en la imitación de los grandes santos como varones y mujeres podemos potenciar los rasgos positivos de cada sexo. En el dominio de uno mismo –fruto del Espíritu Santo– es como logramos dominar lo que estorba a nuestra personalidad para construir relaciones de comunión y armonía. San José, ruega por nosotros.

Comentarios

Publicar un comentario

¿Quieres comentar? Antes debo revisar tus palabras y sólo podrá ser comentado públicamente lo que sirva para edificación.

Entradas más populares de este blog

La muerte del padre Rafael, mi vicario

La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

Confesionario sin absolución: a mi san Judas se le rompió la cabeza y estoy asustado

Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude. Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tien...

380 cadáveres

El hallazgo de más de 380 cadáveres apilados en un crematorio de Ciudad Juárez, esperando durante varios años el servicio de cremación de algunas funerarias que subcontrataron dicho servicio, suscita algunas preguntas. El macabro descubrimiento hace que muchas personas pongan en tela de juicio si las urnas con cenizas que entregan las funerarias a sus clientes contienen las cenizas reales de su ser querido difunto, o si son cenizas de alguien o de algo más. Al despedir después de una ceremonia religiosa o de la velación en la capilla ardiente a un ser querido que ha muerto, los deudos confían en que la funeraria cremará el cadáver y les entregará las cenizas verdaderas. Pero todo puede resultar ser una farsa. Es importante reclamar el cuerpo de un ser querido difunto. Cuando Sara, esposa de Abraham, murió, éste reclamó el cadáver a los descendientes de Het y les dijo:"Aunque yo no soy más que un extranjero residente entre ustedes, cédanme en propiedad alguno de sus sepulcros, para...