Ir al contenido principal

Economía del hogar y vicios capitales

En este inicio de año, los descalabros económicos, las deudas de las fiestas de diciembre y el aumento de precio de tantos productos pueden dificultar la economía familiar. Además, es a principios del año cuando debemos meter la mano al bolsillo para pagar el impuesto vehicular, el predial al municipio y dar el diezmo a la Iglesia, así como para cubrir otros gastos. Todos quisiéramos que el dinero rindiera un poco más, pero si queremos que esto suceda debemos trabajar la vida interior –con sus virtudes y vicios– para cambiar, quizá, algunas actitudes que no ayudan para tener una buena economía.

Desterrar la envidia: los gastos innecesarios pueden surgir cuando vivimos muy pendientes de lo que tienen los demás y que nosotros no tenemos. Es una fuente continua de sufrimientos. Cuando nos comparamos con otras personas y deseamos tener el coche que ellos tienen; cuando vivimos en una competencia social y no podemos quedarnos atrás en gastar en restaurantes, ropa, viajes o fiestas, es entonces cuando no sabemos ser felices con lo que Dios, en su Providencia, nos ha dado para vivir. Así fácilmente podemos terminar endeudados y con serios problemas económicos. Para salir de la envidia hay que practicar la caridad, es decir, el desear y hacer el bien al prójimo en todo momento. Dios nos va a bendecir.

Combatir la avaricia: tener la aspiración a prosperar económicamente es algo legítimo, incluso deseable. Sin embargo los bienes materiales se convierten en un peligro cuando el hombre, en vez de vivir confiado en la Providencia de Dios, hace de las riquezas la razón de su vida, perdiendo la fe y cayendo en la idolatría del dinero, en el cual se busca la seguridad que solamente Dios puede dar. De esta manera las personas pueden endeudarse, meterse en negocios riesgosos o, lo que es peor, en negocios ilícitos que fácilmente conducen a la perdición eterna. O bien, muchos viven en un estrés continuo por la carrera del dinero, descuidando lo más precioso que es la paz interior y la familia. Para salir de esta tentación es necesario practicar la pobreza interior, que consiste en tener una actitud humilde de esperar la salvación que viene de Dios y no de las riquezas mundanas. Pero además la práctica de dar con gusto de nuestros bienes a otras personas que lo necesiten; es lo que se llama generosidad.

Hacer la guerra a la lujuria: hoy el sexo se explota a través de la industria de la pornografía, los anticonceptivos y hasta el aborto. El 12 por ciento de los sitios de internet son pornográficos y se gastan un promedio de tres mil dólares por segundo a través de estos sitios. La lujuria lleva a muchas personas a gastar en prostitución y vicios lascivos. O bien hay muchas personas que tienen que mantener, durante muchos años, a sus amantes y a sus hijos nacidos fuera del matrimonio. Todo ello lleva a gastar grandes sumas de dinero y a afectar seriamente a la propia familia. Quien practica la virtud de la castidad vive su vida en la templanza y en la paz interior, y sabe encauzar sus energías sexuales hacia el verdadero amor en el matrimonio.

Cerrar la garganta a la gula: comer y beber todo tipo de comida y bebida, descuidando el aspecto de la nutrición, es origen de casi todas las enfermedades, consultas a los médicos, gastos en medicinas y cirugías. Según datos de la OMS, los mexicanos varones mayores de 15 años consumen un promedio de 18 litros de alcohol al año, y el 63 por ciento de la población que en el estudio se identificó como consumidora de alcohol, son adolescentes y jóvenes entre 12 y 24 años. ¿Y la droga? El kilo de cocaína cuesta alrededor de 100 mil pesos en México, o 100 pesos el gramo. El exceso de comida, el alcoholismo y el uso de drogas son síntomas de una enfermedad existencial profunda, que se manifiesta en la angustia por la ausencia de Dios. Si no controlamos la manera de comer y de beber con la virtud de la templanza, tendremos que pagar una cara factura.

Levantar la pereza: Muchas de las crisis económicas en las familias tienen su origen en la pereza, en no querer hacer el esfuerzo de adquirir una disciplina de trabajo duro. Por la pereza podemos causar daños muy serios a los demás, por ejemplo los padres que por pereza no proveen para sus hijos, trabajadores con un alto grado de ausentismo en sus trabajos, hijos que no quieren tomar una escoba para ayudar en sus casas o que se levantan a altas horas de la mañana; personas que, en vez de ahorrar, se juegan sus ingresos en los casinos y juegos de azar, creyendo que el dinero les caerá por golpe de suerte. La pereza y la mala administración del dinero son causa frecuente de ruina económica. Con razón san Pablo decía que “quien no trabaja, que tampoco coma” (2Tes 3,10).

Nada peor hay en esta vida que adquirir un vicio. Éstos, cuando se arraigan, son muy difíciles de desterrar y suelen traernos costosas consecuencias. Vivir el cristianismo combatiendo los vicios y conquistando virtudes es el camino hacia una vida ordenada, en la paz del corazón y, ¿por qué no?: con una economía más saludable.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Confesionario sin absolución: a mi san Judas se le rompió la cabeza y estoy asustado

Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude. Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tien...

380 cadáveres

El hallazgo de más de 380 cadáveres apilados en un crematorio de Ciudad Juárez, esperando durante varios años el servicio de cremación de algunas funerarias que subcontrataron dicho servicio, suscita algunas preguntas. El macabro descubrimiento hace que muchas personas pongan en tela de juicio si las urnas con cenizas que entregan las funerarias a sus clientes contienen las cenizas reales de su ser querido difunto, o si son cenizas de alguien o de algo más. Al despedir después de una ceremonia religiosa o de la velación en la capilla ardiente a un ser querido que ha muerto, los deudos confían en que la funeraria cremará el cadáver y les entregará las cenizas verdaderas. Pero todo puede resultar ser una farsa. Es importante reclamar el cuerpo de un ser querido difunto. Cuando Sara, esposa de Abraham, murió, éste reclamó el cadáver a los descendientes de Het y les dijo:"Aunque yo no soy más que un extranjero residente entre ustedes, cédanme en propiedad alguno de sus sepulcros, para...

Izaguirre y el príncipe del mundo

Los acontecimientos del rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán Jalisco, ponen la pregunta sobre el enigma del mal. Tales campos de entrenamiento para el sicariato, narcopanteones y hasta hornos crematorios –reminiscencia de aquellos hornos en que los nazis calcinaban a sus prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial– nos habla de los niveles tan extremos de podredumbre que puede alcanzar el corazón del hombre. México se ha convertido en un gran cementerio donde deambulan –como fantasmas a los que nadie hace caso– las madres y padres de las personas desaparecidas."Que mi súplica llegue hasta ti, inclina tu oído a mi clamor", es la aflicción del salmista que bien podemos poner en los labios de tantos familiares angustiados que buscan a su pariente cuyo paradero permanece ignoto. La Sagrada Escritura nos habla de los niveles de maldad que alcanzan niveles sociales: opresión de los pobres, injusticia en los tribunales y adoración de ídolos acompañada de sacrificios hum...