La Iglesia Católica, sin duda, está pasando por momentos muy difíciles. Los obispos alemanes han iniciado un sínodo en el que se debate la moral sexual de la Iglesia; se habla a favor de las relaciones pre matrimoniales y de las prácticas homosexuales, entre otras cosas, por lo que expertos analistas avizoran un posible cisma con el resto de la Iglesia. Por otra parte siguen apareciendo escándalos en ciertas congregaciones religiosas donde afloran acusaciones de abuso y encubrimiento. No hay semana en que no aparezca un nuevo caso de abuso sexual.
De las cúpulas vaticanas se anuncia la publicación próxima del libro "Desde lo más profundo de nuestros corazones" del Prefecto para la Congregación de la Disciplina de los Sacramentos, el Cardenal Robert Sarah junto con el papa emérito Benedicto XVI, que salen en defensa del celibato sacerdotal. El libro es como un grito para proclamar la belleza del carisma del celibato en la Iglesia ante la sugerida ordenación sacerdotal de hombres casados que los organizadores del sínodo le han hecho a Francisco para la región de Amazonía. No faltan las acusaciones al Cardenal Sarah de querer presionar al papa para que mantenga el celibato, ni los señalamientos al papa emérito por romper el silencio y la discreción de su retiro.
Hay que señalar que Sarah y Ratzinger son hombres de enorme peso teológico y espiritual en la Iglesia, y que su próximo libro no es ninguna oposición al papa Francisco, mucho menos una conspiración contra él, como algunos acusan. El mismo papa Bergoglio ni siquiera ha publicado la exhortación post sinodal sobre el Sínodo de la Amazonía. Se trata de una simple exposición que hacen los dos, bella y profunda, del don del celibato sacerdotal que Dios ha hecho para la Iglesia. La próxima publicación del libro es, a mi juicio, oportuna y prudente, no sólo por la sugerencia que los organizadores brasileños del Sínodo de Amazonía han hecho al papa de ordenar a hombres casados, sino también por el rumbo liberal y cismático que pueda tomar la Iglesia germánica.
El mismo Cardenal Sarah el año pasado publicó su libro "Se hace tarde y anochece", en el que aborda la crisis que está sacudiendo a la Iglesia Católica, y en el que reconoce que la barca de Pedro está atravesando por una noche oscura. Tantos escándalos de abusos de menores así como las amenazas de cisma son expresiones –en palabras del cardenal– del misterio de Judas que se cierne sobre nuestro tiempo. "La crisis que viven el clero, la Iglesia y el mundo es fundamentalmente una crisis espiritual, una crisis de fe. Vivimos el misterio de la iniquidad, el misterio de la traición, el misterio de Judas", dice Sarah.
Examinemos nuestra implicación en esta crisis, que no sólo afecta al Vaticano ni que tampoco está ocurriendo lejos de nosotros. También nosotros somos parte de esta lamentable situación. "Hemos abandonado la oración –afirma Sarah–. Por todas partes se ha filtrado el mal del activismo eficaz. Queremos imitar la estructura de las grandes empresas. Olvidamos que únicamente la oración es la sangre que puede irrigar el corazón de la Iglesia. Decimos que no hay tiempo que perder. Queremos dedicar ese tiempo a labores sociales útiles. Quien deja de rezar ya ha cometido traición. Está predispuesto a cualquier compromiso con el mundo. Ha tomado el camino de Judas".
De las cúpulas vaticanas se anuncia la publicación próxima del libro "Desde lo más profundo de nuestros corazones" del Prefecto para la Congregación de la Disciplina de los Sacramentos, el Cardenal Robert Sarah junto con el papa emérito Benedicto XVI, que salen en defensa del celibato sacerdotal. El libro es como un grito para proclamar la belleza del carisma del celibato en la Iglesia ante la sugerida ordenación sacerdotal de hombres casados que los organizadores del sínodo le han hecho a Francisco para la región de Amazonía. No faltan las acusaciones al Cardenal Sarah de querer presionar al papa para que mantenga el celibato, ni los señalamientos al papa emérito por romper el silencio y la discreción de su retiro.
Hay que señalar que Sarah y Ratzinger son hombres de enorme peso teológico y espiritual en la Iglesia, y que su próximo libro no es ninguna oposición al papa Francisco, mucho menos una conspiración contra él, como algunos acusan. El mismo papa Bergoglio ni siquiera ha publicado la exhortación post sinodal sobre el Sínodo de la Amazonía. Se trata de una simple exposición que hacen los dos, bella y profunda, del don del celibato sacerdotal que Dios ha hecho para la Iglesia. La próxima publicación del libro es, a mi juicio, oportuna y prudente, no sólo por la sugerencia que los organizadores brasileños del Sínodo de Amazonía han hecho al papa de ordenar a hombres casados, sino también por el rumbo liberal y cismático que pueda tomar la Iglesia germánica.
El mismo Cardenal Sarah el año pasado publicó su libro "Se hace tarde y anochece", en el que aborda la crisis que está sacudiendo a la Iglesia Católica, y en el que reconoce que la barca de Pedro está atravesando por una noche oscura. Tantos escándalos de abusos de menores así como las amenazas de cisma son expresiones –en palabras del cardenal– del misterio de Judas que se cierne sobre nuestro tiempo. "La crisis que viven el clero, la Iglesia y el mundo es fundamentalmente una crisis espiritual, una crisis de fe. Vivimos el misterio de la iniquidad, el misterio de la traición, el misterio de Judas", dice Sarah.
Examinemos nuestra implicación en esta crisis, que no sólo afecta al Vaticano ni que tampoco está ocurriendo lejos de nosotros. También nosotros somos parte de esta lamentable situación. "Hemos abandonado la oración –afirma Sarah–. Por todas partes se ha filtrado el mal del activismo eficaz. Queremos imitar la estructura de las grandes empresas. Olvidamos que únicamente la oración es la sangre que puede irrigar el corazón de la Iglesia. Decimos que no hay tiempo que perder. Queremos dedicar ese tiempo a labores sociales útiles. Quien deja de rezar ya ha cometido traición. Está predispuesto a cualquier compromiso con el mundo. Ha tomado el camino de Judas".
Woow! Impresionante padre Hayen, muy acertada su Critica, Dios le bendiga su trabajo en nuestra Diosesis!
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