La película "Los dos papas", distribuida en millones de hogares del mundo a través de Netflix es una obra cinematográfica que obedece más a visiones distorsionadas de la realidad de los papas Benedicto XVI y Francisco, que a una imagen realista de los pontífices. La película es profundamente injusta, sobre todo por la deformación que hace de la imagen de Benedicto XVI.
La película presenta diálogos especulativos de una reunión en los jardines de Castel Gandolfo entre el papa Benedicto XVI y el cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien ha llegado de Buenos Aires para solicitar el permiso al pontífice de retirarse. Es en estos diálogos donde la película muestra sus intenciones. El papa Ratzinger es tratado como un viejo cascarrabias, lejos del contacto con el mundo, anclado en antiguas tradiciones, amante de la música de Mozart y en una teología sofocante. El cardenal Bergoglio, en cambio, es dinámico, de mentalidad abierta, carismático, aficionado al fútbol y a la música de Los Beatles, a la pizza callejera, en contacto con una teología progresista, sin miedo a cuestionar si la Iglesia puede estar equivocada.
En la confesión sacramental que el papa Benedicto hace con el cardenal Bergoglio, se deja entrever que Benedicto sabía de los delitos de abuso sexual de Marcial Maciel, el fundador de la Legión de Cristo, y que es culpable de negligencia y encubrimiento. Esta acusación es una distorsión de lo que realmente ocurrió. Fue el cardenal Ratzinger –hoy Benedicto XVI– quien cuando era Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe realizó una amplia investigación al padre Maciel, no para encubrirlo sino para disciplinarlo; y cuando llegó a la Sede de san Pedro lo suspendió del sacerdocio y lo envió a vivir una vida de oración y penitencia. Mostrar al papa Benedicto en el sacramento de la Confesión declarándose culpable de estos hechos es un acto difamatorio de una bajeza absoluta en el ámbito ético y artístico.
Después de la renuncia del papa Benedicto al papado, es elegido como su sucesor el cardenal Bergoglio quien, en adelante, se llamará Francisco. Antes de aparecer por primera vez en el balcón vaticano, el nuevo papa rechaza la esclavina y los zapatos rojos; y saludará al mundo católico diciendo "buenas tardes". La multitud lo aclama con vítores. El mensaje de fondo es que, por fin, ha llegado la reforma del catolicismo. La Iglesia, finalmente, se aleja de la Edad Media y se sacude el polvo del conservadurismo para sintonizarse con los tiempos actuales que vive el mundo.
Quienes filmaron e hicieron que "Los dos papas" llegara a millones de hogares, han actuado con una absoluta falta de ética y de responsabilidad. No tomaron en cuenta que los dos papas están vivos y que son hombres actuales, protagonistas de nuestros días; que sus vidas están abiertas y que siguen escribiendo la historia, ya que sólo se pueden hacer juicios de hechos históricos consumados y no de acontecimientos que todavía están vigentes. Han presentado a ambos pontífices como iconos de dos visiones de Iglesia diversas entre sí, una Iglesia conservadora, de mente cerrada y anquilosada en el pasado; y la Iglesia liberal, moderna, progre y de mente abierta. Más que merecer elogios "Los dos papas" merece desaprobación por mostrarnos una visión distorsionada de la Iglesia, el papado y la teología.
La película presenta diálogos especulativos de una reunión en los jardines de Castel Gandolfo entre el papa Benedicto XVI y el cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien ha llegado de Buenos Aires para solicitar el permiso al pontífice de retirarse. Es en estos diálogos donde la película muestra sus intenciones. El papa Ratzinger es tratado como un viejo cascarrabias, lejos del contacto con el mundo, anclado en antiguas tradiciones, amante de la música de Mozart y en una teología sofocante. El cardenal Bergoglio, en cambio, es dinámico, de mentalidad abierta, carismático, aficionado al fútbol y a la música de Los Beatles, a la pizza callejera, en contacto con una teología progresista, sin miedo a cuestionar si la Iglesia puede estar equivocada.
En la confesión sacramental que el papa Benedicto hace con el cardenal Bergoglio, se deja entrever que Benedicto sabía de los delitos de abuso sexual de Marcial Maciel, el fundador de la Legión de Cristo, y que es culpable de negligencia y encubrimiento. Esta acusación es una distorsión de lo que realmente ocurrió. Fue el cardenal Ratzinger –hoy Benedicto XVI– quien cuando era Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe realizó una amplia investigación al padre Maciel, no para encubrirlo sino para disciplinarlo; y cuando llegó a la Sede de san Pedro lo suspendió del sacerdocio y lo envió a vivir una vida de oración y penitencia. Mostrar al papa Benedicto en el sacramento de la Confesión declarándose culpable de estos hechos es un acto difamatorio de una bajeza absoluta en el ámbito ético y artístico.
Después de la renuncia del papa Benedicto al papado, es elegido como su sucesor el cardenal Bergoglio quien, en adelante, se llamará Francisco. Antes de aparecer por primera vez en el balcón vaticano, el nuevo papa rechaza la esclavina y los zapatos rojos; y saludará al mundo católico diciendo "buenas tardes". La multitud lo aclama con vítores. El mensaje de fondo es que, por fin, ha llegado la reforma del catolicismo. La Iglesia, finalmente, se aleja de la Edad Media y se sacude el polvo del conservadurismo para sintonizarse con los tiempos actuales que vive el mundo.
Quienes filmaron e hicieron que "Los dos papas" llegara a millones de hogares, han actuado con una absoluta falta de ética y de responsabilidad. No tomaron en cuenta que los dos papas están vivos y que son hombres actuales, protagonistas de nuestros días; que sus vidas están abiertas y que siguen escribiendo la historia, ya que sólo se pueden hacer juicios de hechos históricos consumados y no de acontecimientos que todavía están vigentes. Han presentado a ambos pontífices como iconos de dos visiones de Iglesia diversas entre sí, una Iglesia conservadora, de mente cerrada y anquilosada en el pasado; y la Iglesia liberal, moderna, progre y de mente abierta. Más que merecer elogios "Los dos papas" merece desaprobación por mostrarnos una visión distorsionada de la Iglesia, el papado y la teología.
Totalmente de acuerdo
ResponderBorrarLos enemigos de la Iglesia buscan por todos los medios atacarla y con intenciones de destruirla
ResponderBorrarNo estoy de acuerdo. Me parece bien que se hagan este tipo de películas que acerquen a los creyentes a cuestionar per también a valorar su fe. Es de un católico responsable el informarse de lo que es real y de lo que es mentira. En mi caso me hizo crear una empatía por el papa Benedicto que antes no sentía y a tratar de entender que al fin de cuentas los papas son HUMANOS y por ende es tan importante ponerse en manos de Dios para guiar a la Iglesia. Creo que es poco acertado su comentario y en lugar de acercar a las personas a la iglesia y a la fe los aleja más padre.
ResponderBorrarAndrea. Si esa imagen de Benedicto te hizo crear empatia,estás obligada a informarte más, el verdadero Benedicto XVI te va a cautivar. No me parece que la iglesia busque ser popular y acercar a la gente a ella, sino que busca acercar a las personas a la Verdad. Te invito a ser, como dices, un catolico responsable e informarte.
Borrar100% de acuerdo contigo. Desgraciadamente hay muchos sacerdotes flojos que en vez de expandir la doctrina y responder dudas y hablar con la verdad (anunciar y denunciar como profetas que son) solo se dedican a decir: no lean esto, no vean lo otro... que lastima... y luego porque nos cuestionamos de que los jóvenes y las personas dejan de creer en Cristo y la iglesia 🤷🏻♂️. Salu2!
BorrarNo estoy hablando de ser popular estoy hablando de invitar, acercar, educar y generar amor a la fe y a nuestra religión. Me refiero a TODOS... niños, jovenes, adultos. Cada uno tiene contextos diferentes y van a acercarse de acuerdo a lo que está cerca. Seamos mas abiertos y en lugar de apartar busquemos integrar desde donde nos encontremos en la fe. Entre mas me busco de mi fe mas me enamoro... la mayoría nos acercanos poco a poco a la Iglesia por.diferentes razones. Por eso mismo LuisFelipe me puse a investigar, si no me hubiera generado empatía hubiera seguido pensado cosas erróneas. Imagínese si esto que generó en mí también se provocó en 10 personas más! Seríamos 10 personas más que se acercan a la Verdad por medio de la empatía y curiosidad hacia los integrantes de nuestra Iglesia. A partir de películas así la empatía, la curiosidad, las ganas de saber MUEVEN!!! Necesitamos movimiento, interés, informarnos. A eso es a lo que me refiero.
ResponderBorrarHay que entender que esta es una PELÍCULA, no un documental basado en testimonios con evidencias. El libro aclara muchos puntos como por ejemplo que Ratzinger en realidad nunca quiso ser papá y que incluso el llegó a pedir la renuncia como cardenal y retirarse en su pueblo de Bavaria (la cual JPII la rechazó). Sobre el encubrimiento, si es en parte cierto esto, ya que tanto Ratzinger como JPII tenían evidencia contundente desde los años 60-70s. El hecho que Benedicto haya retirado a Maciel y enviarlo a vivir en penitencia (por cierto en Miami con todos los lujos que siempre han tenido los Legionarios de Cristo, el cual no lo veo como ningún castigo) no es suficiente para decir que está libre de culpa, Maciel tuvo que haber terminado en la cárcel y la iglesia (algunas personas) lo protegió bastante bien, hasta incluso cuando murió. Incluso la película “exonera” en parte a Ratzinger cuando da a entender que Francisco podría ayudar más a la iglesia que El mismo ya que el está cansado y no puede con toda la carga ya que está débil físicamente (como el mismo lo dijo en su discurso en latín frente a la furia). Este tipo de películas debería despertarnos más la curiosidad de saber más sobre nuestra historia como iglesia y sobre sus papas y no dedicarnos a decir que no la veamos y solo ver el lado negativo. Como católico creyente , a mi me gusto bastante ya que esta muy bien hecha cinematográficamente y el guion es bastante bueno, más de que yo crea a ciegas cada cosa que digan, eso se llamaría ignorancia. La recomiendo y recomiendo también que investiguen más sobre estos dos buenos papas, aunque los dos hayan tenido sus cosas negativas a lo largo de sus vidas (como todos nosotros). No hay que satanizar cualquier crítica hacia la iglesia, veámosla como una oportunidad de indagar y crecer la curiosidad de saber más.
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