C rece el número de personas que practican el yoga como búsqueda de descanso a través de posturas, ejercicios de relajación y técnicas de respiración. Allá van las señoras y los señores a ponerse en flor de loto. A veces buscan algún paraje natural para hacer sus prácticas. Empiezan respirando, poniendo su columna vertebral derecha, respiran hondo una y otra vez. Les dicen que pongan su mente en blanco, que no piensen en nada, que dejen sus preocupaciones lejos. Algunos imaginan escenarios naturales como estar junto a una cascada o contemplando un sereno lago azul. Escuchan un poco de música monótona y amorfa, a discreto volumen. Abandonan su sesión de yoga sintiéndose personas espirituales, con la ilusión de que meditaron y oraron. Hay mucho cachet en prácticas como estas. Está de moda, es lo que está "in" y se ve "cool". En ciertos ambientes universitarios o de las empresas decir que uno se reza el Rosario o visita el Santísimo es quedar como un anticuado o...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos