La pregunta: Padre soy un adulto de mas de 50 años. Desde pequeño inicié mi morbo viendo revistas porno con mi amigos. Durante cierto tiempo de casado, yo y mi esposa vimos pornografía, pero me evangelicé y le bajé mucho a esa mala costumbre. Hoy soy servidor en una parroquia, con más de 30 años de servicio. Desde hace siete años no tengo relaciones íntimas con mi esposa porque padece diabetes y dice que con esa enfermedad pierde el apetito sexual. Mi forma de desahogarme entonces es la pornografía y la masturbación. Como católico activo he procurado hacer de mi unión con mi esposa una unión célibe porque la amo mucho y por amor a Dios. Sin embargo el morbo entra por todas partes.
Asisto a misa entre semana y los domingos, rezo el Rosario casi todos los días y procuro hacer oración en la mañana y en la noche. Vuelvo a caer una y otra vez y no quiero hacerlo. Caigo en depresión y mi válvula de escape vuelve a ser el sexo. Padre, aconséjeme qué medios debo seguir, cómo puedo calmar esos instintos. Deme una fórmula mágica porque ya no quiero seguir con eso. Quiero ser merecedor del servicio al cual mi Señor me llamó a prestarle y no avergonzarme de mis actos. Que mi Padre Dios lo siga bendiciendo.
Padre Hayen: te enganchaste con la pornografía desde niño, querido hijo, y la has arrastrado durante toda tu vida. Más bien, la pornografía te ha arrastrado a ti durante muchos años. La combinación pornografía-masturbación es fatal para el desarrollo de tu personalidad porque distorsiona el sentido de tu sexualidad. Se trata de dos pecados graves, sin duda.
¡Qué bueno que sacaste la pornografía de tu lecho conyugal! Ella afecta gravemente la sexualidad en el matrimonio y, en general, la vida matrimonial. Esto por la sencilla razón de que en el encuentro íntimo entre esposos se involucran fantasías con terceras personas; de esa manera el acto conyugal se vuelve, más que un enriquecimiento del amor conyugal, una búsqueda de placer por el placer, y se termina utilizando al cónyuge para una satisfacción egoísta. Además suelen buscar experiencias más fuertes y así se suele perder el respeto a la propia pareja. Muchas veces el cónyuge, al que se le debe todo el respeto, el cariño a delicadeza, se convierte en un objeto de posesión egoísta.
Con respecto a la masturbación, la Iglesia enseña que se trata de un acto desordenado. Es una contradicción de la finalidad de la sexualidad y, por lo tanto, un acto que no edifica la personalidad, sino que retrasa la madurez de la persona. Cuando se practica frecuentemente va generando una sexualidad egocéntrica, y la persona va perdiendo habilidad para relacionarse con los demás. Así se va creciendo en el narcisismo y el sexo se usa como evasión. Pero además se suele convertir en algo esclavizante.
La masturbación afecta el carácter de la persona, la hace inconstante, apática, con complejos de culpa, sentimientos de derrota y de vacío interior. La persona tiene sentimientos de fracaso y de incapacidad de dominar sus instintos. Leyendo a Matt Fradd me di cuenta de que los últimos estudios sobre el tema afirman que con la masturbación hay más anormalidades en la próstata, menos habilidad para recuperarse de la disfunción eréctil, menos satisfacción con la salud mental personal, depresión e infelicidad. El pecado es pecado no porque lo diga una ley arbitraria de la Iglesia, sino porque va destruyendo a la persona.
¿Cómo salir de este círculo vicioso? Si tu esposa es diabética y ha perdido el apetito sexual, lo más conveniente es recurrir a un médico para que le proporcione un tratamiento, y de esa manera pueda tener mejor respuesta en la intimidad. Es necesario que tu mujer esté consciente de que si se niega a tener vida sexual contigo, a ti te está exponiendo a continuar esclavizado por los pecados de pornografía y masturbación, lo que te lleva fuera de la comunión con Dios. Y lo que es peor, es que te expone a cometer adulterio.
Ustedes tienen alrededor de 50 años. No son ancianos que están en el atardecer de sus vidas, sino que están en una edad adulta en la que todavía es conveniente que sigan teniendo relaciones íntimas. A mi juicio, eso de vivir sin relaciones, por amor a Dios y a tu esposa, es una idea equivocada. El ejercicio de la sexualidad dentro del matrimonio no es algo sucio ni pecaminoso, sino un don de Dios y un derecho-deber de los esposos. Si amas mucho a tu esposa, querrás compartirlo todo con ella, incluyendo el cuerpo.
Mientras que estás casado, no te aconsejo que continúes con la idea de vivir como un fakir, poniendo en práctica técnicas para dominar tus pasiones; tampoco te sugiero vivir como un anacoreta, dándote baños de agua fría para apagar los ardores de tu cuerpo. La solución, a mi juicio, son dos tratamientos, uno para tu esposa y otro para ti. Para ella el consultar con un médico para que pueda desarrollar apetito sexual en medio de su diabetes. Y para ti, hijo, el superar tu adicción a la porno y a la masturbación, a través de un tratamiento humano y espiritual, y abrirte a la normalidad de la vida sexual con tu esposa. A mi parecer, es el único camino de liberación para ambos. En este blog encontrarás algunas meditaciones en la sección "Limpios de corazón" que te podrán ayudar a superar tu porno adicción, con la gracia de Dios. Que la Virgen María interceda por ustedes.
Asisto a misa entre semana y los domingos, rezo el Rosario casi todos los días y procuro hacer oración en la mañana y en la noche. Vuelvo a caer una y otra vez y no quiero hacerlo. Caigo en depresión y mi válvula de escape vuelve a ser el sexo. Padre, aconséjeme qué medios debo seguir, cómo puedo calmar esos instintos. Deme una fórmula mágica porque ya no quiero seguir con eso. Quiero ser merecedor del servicio al cual mi Señor me llamó a prestarle y no avergonzarme de mis actos. Que mi Padre Dios lo siga bendiciendo.
Padre Hayen: te enganchaste con la pornografía desde niño, querido hijo, y la has arrastrado durante toda tu vida. Más bien, la pornografía te ha arrastrado a ti durante muchos años. La combinación pornografía-masturbación es fatal para el desarrollo de tu personalidad porque distorsiona el sentido de tu sexualidad. Se trata de dos pecados graves, sin duda.
¡Qué bueno que sacaste la pornografía de tu lecho conyugal! Ella afecta gravemente la sexualidad en el matrimonio y, en general, la vida matrimonial. Esto por la sencilla razón de que en el encuentro íntimo entre esposos se involucran fantasías con terceras personas; de esa manera el acto conyugal se vuelve, más que un enriquecimiento del amor conyugal, una búsqueda de placer por el placer, y se termina utilizando al cónyuge para una satisfacción egoísta. Además suelen buscar experiencias más fuertes y así se suele perder el respeto a la propia pareja. Muchas veces el cónyuge, al que se le debe todo el respeto, el cariño a delicadeza, se convierte en un objeto de posesión egoísta.
Con respecto a la masturbación, la Iglesia enseña que se trata de un acto desordenado. Es una contradicción de la finalidad de la sexualidad y, por lo tanto, un acto que no edifica la personalidad, sino que retrasa la madurez de la persona. Cuando se practica frecuentemente va generando una sexualidad egocéntrica, y la persona va perdiendo habilidad para relacionarse con los demás. Así se va creciendo en el narcisismo y el sexo se usa como evasión. Pero además se suele convertir en algo esclavizante.
La masturbación afecta el carácter de la persona, la hace inconstante, apática, con complejos de culpa, sentimientos de derrota y de vacío interior. La persona tiene sentimientos de fracaso y de incapacidad de dominar sus instintos. Leyendo a Matt Fradd me di cuenta de que los últimos estudios sobre el tema afirman que con la masturbación hay más anormalidades en la próstata, menos habilidad para recuperarse de la disfunción eréctil, menos satisfacción con la salud mental personal, depresión e infelicidad. El pecado es pecado no porque lo diga una ley arbitraria de la Iglesia, sino porque va destruyendo a la persona.
¿Cómo salir de este círculo vicioso? Si tu esposa es diabética y ha perdido el apetito sexual, lo más conveniente es recurrir a un médico para que le proporcione un tratamiento, y de esa manera pueda tener mejor respuesta en la intimidad. Es necesario que tu mujer esté consciente de que si se niega a tener vida sexual contigo, a ti te está exponiendo a continuar esclavizado por los pecados de pornografía y masturbación, lo que te lleva fuera de la comunión con Dios. Y lo que es peor, es que te expone a cometer adulterio.
Ustedes tienen alrededor de 50 años. No son ancianos que están en el atardecer de sus vidas, sino que están en una edad adulta en la que todavía es conveniente que sigan teniendo relaciones íntimas. A mi juicio, eso de vivir sin relaciones, por amor a Dios y a tu esposa, es una idea equivocada. El ejercicio de la sexualidad dentro del matrimonio no es algo sucio ni pecaminoso, sino un don de Dios y un derecho-deber de los esposos. Si amas mucho a tu esposa, querrás compartirlo todo con ella, incluyendo el cuerpo.
Mientras que estás casado, no te aconsejo que continúes con la idea de vivir como un fakir, poniendo en práctica técnicas para dominar tus pasiones; tampoco te sugiero vivir como un anacoreta, dándote baños de agua fría para apagar los ardores de tu cuerpo. La solución, a mi juicio, son dos tratamientos, uno para tu esposa y otro para ti. Para ella el consultar con un médico para que pueda desarrollar apetito sexual en medio de su diabetes. Y para ti, hijo, el superar tu adicción a la porno y a la masturbación, a través de un tratamiento humano y espiritual, y abrirte a la normalidad de la vida sexual con tu esposa. A mi parecer, es el único camino de liberación para ambos. En este blog encontrarás algunas meditaciones en la sección "Limpios de corazón" que te podrán ayudar a superar tu porno adicción, con la gracia de Dios. Que la Virgen María interceda por ustedes.
Padre, hablando del tema de la masturbacion a mi se me ha presentado un problema muy grave, yo soy hombre y tengo 37 años aún soy virgen ya que he decidido esperar hasta casarme yo actualmente no tengo novia y soy una persona sana no tengo vicios y llevo una vida sana por así decirlo pero hay algo que derepente cambio en mi vida, una noche desperté sobresaltado y no recuerdo estar teniendo algún sueño feo o erotico pero me paso lo siguiente, desperté con mucho calor y un deseo muy fuerte de tener relaciones aclaró que esto nunca me había pasado ya que yo no recurro a la masturbacion pero esa noche fue horrible ya que como le explico desperté muy ansioso y sintiéndome erotizado me desnudé y salí al patio de mi casa y me fumé como tres cigarros y lo peor me masturbe frenéticamente por varias horas hasta que vi el amanecer y eyacule (mi patio es cerrado por lo que no me vio nadie) me daria mucha pena que alguien supiera y es que así llevo ya como tres Meses que de la nada me despierto y tengo esas reacciones simplemente siento mucho calor y ganas de sexo y me desnudó salgo al patio me masturbo y al terminar regreso a mi recámara como si nada no se que es pero siento miedo no se a que atribuirlo nada en mi vida esta mal me va bien pero me esta pasando esto y no veo pornografia solo me despierto muy excitado en la madrugada y hago todo lo que le dije he rezado y lo seguiré haciendo pero no se que mas hacer
ResponderBorrarY continuando con mi problema la última vez padre que desperté que fue hace como una semana fue peor al momento de sentir ese deseo sexual me paré en automático me desnudé sintiendo ese deseo de relaciones y posterior al salir al patio empecé hacer movimientos con mi pelvis como si imtitara el Coito es decir balanceaba mis genitales de manera fuerte es como una especie de danza y de ahí proceder a lo que relató anteriormente fumar y masturbarme frenéticamente hasta eyacular y saliendo de mi boca cantidad de palabras obscenas cómo sollozos y entre palabrerío sintiendo una desesperación muy fuerte por tocarme se que no está bien y esto es serio por eso recurro a esta confesión necesito entender a que se debe este comportamiento tan raro en mi ya que no soy una persona desviada o aislado si bien vivo solo es por que lo puedo hacer convivo con mi familia y amigos y salgo hago deporte pero esto me afecta siento temor y no me gusta sentir esto por que parte de que me desvelo al día siguiente me siento cansado y después de estos episodios todo vuelve a ser normal trabajo a casa salidas con familia y amigos etc necesito un consejo una guía para alejar esta ansiedad no se si sea por que nunca he experimentado el sexo o no se a que se deba me da miedo si alguien se enterara o me viera que pensaran de mi que soy un enfermó, lo que me avisa que esto está por pasarme es eso un calor que se apodera y me excita de inmediato y ya de ahí todo lo que he le confieso por favor ayuda
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