Poderes mundiales han intentado presionar a la Iglesia, en diversos momentos de la historia, para que deje de predicar la doctrina de Jesucristo. Durante el Sínodo de los obispos en los últimos dos años las presiones fueron enormes para que se diera un cambio doctrinal en materia de Matrimonio y Familia. Temas muy candentes fueron la Comunión a las personas divorciadas y la ampliación del término ‘Familia’ para hacerlo más inclusivo hacia las parejas del mismo sexo.
El viernes 8 de abril el papa Francisco publicó, finalmente, la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’ –La alegría del amor–, el documento tan esperado después del sínodo. La prensa internacional quedó desilusionada con el texto. La presión al papa y a los obispos no tuvo el efecto que ellos esperaban. Imaginaron que Francisco reformaría la doctrina sobre el matrimonio, pero, leyendo ‘Amoris laetitia’ quedaron, seguramente, desencantados. El documento papal está teniendo más críticas aún que ‘Humanae vitae’.
La nueva exhortación está en perfecta sintonía con la doctrina y la moral perenne de la Iglesia, la que por más de dos mil años ha tenido una misma línea de continuidad. Indudablemente es Jesucristo quien asiste a su Iglesia dándole el Espíritu Santo para que la guíe por medio del Magisterio y ayudado éste por la teología.
Los poderes de este mundo se encuentran frustrados con el papa por no ser un papa liberal como ellos esperaban. En intentos por confundir a los católicos, los titulares de prensa, luego de la publicación de ‘Amoris laetitia’, han presentado al papa como un papa de ruptura con la Tradición de la Iglesia. El diario español El País dijo: “El papa abre la Iglesia a los divorciados que vuelvan a casarse”. El Sol de México: “El Papa presenta “Amoris laetitia”; el concepto de familia y matrimonio han evolucionado”. La Prensa: “Iglesia abre sus puertas a los divorciados”. El Universal: “Papa apoya posibilidad de comunión para divorciados”. La Jornada: “El papa relaja discurso ante divorciados”.
Cualquier católico ingenuo se confunde con estos titulares que no pretenden otra cosa sino desorientar a la grey haciéndola creer que tenemos un papa de ruptura con la enseñanza de la Iglesia. Pero eso es absolutamente falso. De hecho el documento está en sintonía con la doctrina de ‘Humanae vitae’ de Pablo VI que tanta urticaria provocó en el año 1968, y con ‘Familiaris consortio’ de Juan Pablo II; de hecho éste documento es uno de los más citados en ‘Amoris laetitia’.
Afirmar que la Iglesia abre las puertas a los divorciados no es ninguna novedad, como ha subrayado la prensa secular. Quienes estuvieron casados en el Señor y después se divorciaron civilmente, nunca han estado fuera de la Iglesia y menos han sido excomulgados. Al contrario, la Iglesia ha abierto caminos de acompañamiento a estas personas, incluso a quienes han pasado a formar nuevas uniones. Ellos, evidentemente, no pueden participar de manera plena de la comunión eclesial al no poder recibir la Comunión sacramental. Esta es una praxis que continúa en la Iglesia y que el papa Francisco no abolió en ‘Amoris Laetitia’.
Sobre las uniones de personas con atracción al mismo sexo ‘Amoris Laetitia’ ha sido sobria y moderada. Cito al papa: “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo”.
El viernes 8 de abril el papa Francisco publicó, finalmente, la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’ –La alegría del amor–, el documento tan esperado después del sínodo. La prensa internacional quedó desilusionada con el texto. La presión al papa y a los obispos no tuvo el efecto que ellos esperaban. Imaginaron que Francisco reformaría la doctrina sobre el matrimonio, pero, leyendo ‘Amoris laetitia’ quedaron, seguramente, desencantados. El documento papal está teniendo más críticas aún que ‘Humanae vitae’.
La nueva exhortación está en perfecta sintonía con la doctrina y la moral perenne de la Iglesia, la que por más de dos mil años ha tenido una misma línea de continuidad. Indudablemente es Jesucristo quien asiste a su Iglesia dándole el Espíritu Santo para que la guíe por medio del Magisterio y ayudado éste por la teología.
Los poderes de este mundo se encuentran frustrados con el papa por no ser un papa liberal como ellos esperaban. En intentos por confundir a los católicos, los titulares de prensa, luego de la publicación de ‘Amoris laetitia’, han presentado al papa como un papa de ruptura con la Tradición de la Iglesia. El diario español El País dijo: “El papa abre la Iglesia a los divorciados que vuelvan a casarse”. El Sol de México: “El Papa presenta “Amoris laetitia”; el concepto de familia y matrimonio han evolucionado”. La Prensa: “Iglesia abre sus puertas a los divorciados”. El Universal: “Papa apoya posibilidad de comunión para divorciados”. La Jornada: “El papa relaja discurso ante divorciados”.
Cualquier católico ingenuo se confunde con estos titulares que no pretenden otra cosa sino desorientar a la grey haciéndola creer que tenemos un papa de ruptura con la enseñanza de la Iglesia. Pero eso es absolutamente falso. De hecho el documento está en sintonía con la doctrina de ‘Humanae vitae’ de Pablo VI que tanta urticaria provocó en el año 1968, y con ‘Familiaris consortio’ de Juan Pablo II; de hecho éste documento es uno de los más citados en ‘Amoris laetitia’.
Afirmar que la Iglesia abre las puertas a los divorciados no es ninguna novedad, como ha subrayado la prensa secular. Quienes estuvieron casados en el Señor y después se divorciaron civilmente, nunca han estado fuera de la Iglesia y menos han sido excomulgados. Al contrario, la Iglesia ha abierto caminos de acompañamiento a estas personas, incluso a quienes han pasado a formar nuevas uniones. Ellos, evidentemente, no pueden participar de manera plena de la comunión eclesial al no poder recibir la Comunión sacramental. Esta es una praxis que continúa en la Iglesia y que el papa Francisco no abolió en ‘Amoris Laetitia’.
Sobre las uniones de personas con atracción al mismo sexo ‘Amoris Laetitia’ ha sido sobria y moderada. Cito al papa: “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo”.
Los católicos que únicamente leen o escuchan noticias de la Iglesia en la prensa secular, se pueden extraviar fácilmente en el mar de confusiones que fabrican muchos medios seculares. Como ejemplo, la Jornada publicó lo siguiente: “Francisco acepta las uniones prematrimoniales como un paso adelante hacia el camino de la plenitud del matrimonio y de la familia y reconoce las numerosas razones por las que las parejas, según el contexto social y cultural, deciden convivir”. Está afirmando que el papa acepta la unión libre y el sexo prematrimonial. Aquí se encarna la parábola de Jesús: “mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue”.
Lejos de reducirse a controversias –que era preciso aclarar– ‘Amoris laetitia’ es un documento riquísimo en doctrina y sensibilidad pastoral que marcará el rumbo de la pastoral familiar para los próximos 20 o 30 años.
Lejos de reducirse a controversias –que era preciso aclarar– ‘Amoris laetitia’ es un documento riquísimo en doctrina y sensibilidad pastoral que marcará el rumbo de la pastoral familiar para los próximos 20 o 30 años.
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