La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos
Pater: ¿El profesional propuesto según los riesgos, considera Vd. que debe ser un psiquiatra, un psicólogo, un director espiritual?
ResponderBorrarabrazos fraternos.
Si la adicción es muy severa yo sugiero que un psicólogo con conocimientos para superar adicciones atienda a la persona, pero también sugiero la dirección espiritual, ya que la gracia de Dios es clave para vivir en la verdadera libertad.
BorrarGracias.
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