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Trigo y cizaña



Nuevos párrocos en Ciudad Juárez
El martes pasado el señor obispo Guadalupe dio a conocer algunos cambios de sacerdotes para las parroquias de la Diócesis de Ciudad Juárez. Algunos de estos movimientos han sido de impacto por tratarse de sacerdotes que han prestado muchos años de servicio en sus comunidades. El padre Hugo Muñoz, por ejemplo, dejará la parroquia de san Lucas después de casi 24 años de párroco; el padre Efrén Hernández se despedirá de La Sagrada Familia luego de acompañarla durante 19 años; el párroco Mario Humberto Manríquez emprenderá el vuelo desde Santa Teresa, dejando atrás a su comunidad a la que acompañó durante 17 años; el padre Sergio Hernández estará de regreso en la ciudad, tras una permanencia de 9 años en el Porvenir. Los otros sacerdotes que harán sus maletas para llegar a nuevas parroquias son Jesús Tovar, Oscar González y Gary Eduardo Reyes.

Queriendo ser su discípulo le dijo con entusiasmo un hombre a Jesús: "Te seguiré, Señor, a donde quiera que vayas". El Señor le contestó: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar su cabeza". Así es la vida del sacerdote, quien sigue a su Maestro donde quiera que lo necesite. ¡Qué bello es cuando los sacerdotes parten de sus parroquias enjugándose las lágrimas para dejar atrás comunidades vivas, pastoralmente organizadas y con un gran amor a Dios en el corazón de las personas! Su vida es sembrar la Palabra divina y ser testimonio de que no buscamos una patria terrena sino que caminamos en la búsqueda de la ciudad futura.

Panel sobre el sacerdocio 
A cuatro años de la visita del papa Francisco a nuestra Diócesis de Ciudad Juárez se realizó, en el Seminario, el panel sobre el sacerdocio a la luz del pensamiento del papa argentino. La misericordia, la pobreza, la comunicación, la oración, la comunión y la misión fueron algunas fases de la vida sacerdotal que fueron analizadas por los padres Juan Orona y Eduardo Hayen, por el seminarista Eliezel Martínez, el laico Oscar Ibáñez y Juan Limón, hermano marista.

Una de las conclusiones más importantes a las que se llegó es que vencer el clericalismo es un enorme desafío para la vida de los presbíteros. El clericalismo es una manera desviada de concebir al clero, una deferencia en exceso y una tendencia a conferirle una superioridad moral. Los laicos pueden caer también en este vicio al creer que sus aportaciones a la vida de la Iglesia son de segundo grado y que el sacerdote necesariamente sabe más que todos. Si laicos y sacerdotes continuamos fomentando el clericalismo, los fieles laicos serán como enanos que nunca desarrollarán todas sus potencialidades; así el Reino de Dios no desarrollará todo su crecimiento.

Se mantiene el celibato
Contrario a la sugerencia de ordenar sacerdotes a hombres casados que hicieron al papa los padres del Sínodo de la Amazonía, el Santo Padre decidió ser fiel a la disciplina de la Iglesia y mantener el celibato obligatorio para los sacerdotes de rito latino. Ni siquiera hay en la reciente exhortación apostólica "Querida Amazonía" una insinuación sobre algún cambio al respecto; mucho menos sobre la posibilidad de ordenar mujeres para el diaconado ni tampoco la creación de un rito litúrgico particular para esta región del mundo.

De esa manera el progresismo eclesial del norte de Europa y de algunos obispos latinoamericanos –que presiona para que ocurran estos cambios–, ha recibido un balde de agua fría. Quienes sentían que Francisco era un papa progre y liberal, han quedado decepcionados, mientras que la mayoría católica, fiel a la Tradición de la Iglesia, ha recibido con alegría el nuevo documento papal. "Querida Amazonía" es una bellísima exhortación que promueve el respeto a las culturas de la región y al medio ambiente sin caer en el indigenismo, abre espacios para las mujeres sin clericalizarlas y promueve una Iglesia con rostro amazónico. Gracias, Santo Padre, por esta exhortación.

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