El 13 de marzo de 2013 salió humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina. Más tarde se abría el balcón -la loggia- de la Basílica de San Pedro con el anuncio ‘Habemus papam’. El nuevo pontífice, venido desde el fin del mundo -como él se presentó-, era el argentino Jorge Mario Bergoglio, quien se impuso el nombre ‘Francisco’, en honor al santo de Asís. ¿Quién es este papa, tan amado por millones de católicos por su sencillez, su espontaneidad y su fuerte compromiso con los pobres? ¿Quién es Francisco, al mismo tiempo tan incomprendido y aborrecido por ciertos sectores conservadores de la Iglesia?
“El gran reformador” es el libro de Austen Ivereigh que lleva al lector a descubrir la fascinante biografía de Jorge Mario Bergoglio, el hijo de inmigrantes italianos de clase media baja, nacido en Buenos Aires, y que se convirtió en el sucesor número 266 del Apóstol san Pedro. El libro de Ediciones B, de 567 páginas, nos transporta hasta el cono sur de América para conocer, dentro de la historia política y social de Argentina, el ambiente que influyó en la mentalidad de quien es hoy el líder espiritual de más de 1,100 millones de católicos.
Al mismo tiempo el libro nos sumerge en la historia de la Compañía de Jesús fundada por san Ignacio de Loyola en 1534, orden religiosa a la que pertenece Francisco, cuya espiritualidad lo ha inspirado en su vida. Su amor preferencial por los pobres, ciertamente tiene su origen en el Evangelio, pero también en la espiritualidad jesuita. Lejos de servir a una ideología social, Austen Ivereigh comprueba, a través de una profunda investigación rica en detalles, que Jorge Mario Bergoglio sabe contemplar y curar en los más necesitados, las llagas de Jesucristo. Su acercamiento a las pobrezas del mundo tiene origen en el Evangelio, y no en la bandera de la lucha de clases que enarbolaron muchos de sus hermanos jesuitas de América latina.
El autor de la obra es Austen Ivereigh, un periodista católico nacido en Londres en 1966, quien hizo su doctorado por la Universidad de Oxford sobre la Iglesia y política de Argentina. Es comentarista en asuntos de Iglesia y aparece con frecuencia en programas de radio y televisión, además de ser el fundador de ‘Catholic Voices’ una organización que capacita a las personas para poner los asuntos de la Iglesia en los medios de comunicación.
El título del libro -‘El gran reformador’- es una alusión a las reformas que el papa Francisco está impulsando dentro de la Iglesia, y que Ivereigh ha entendido muy bien; reformas que no vienen desde las cúpulas vaticanas sino desde las mismas periferias eclesiales. Así sucedió en siglos pasados con san Benito abad y san Francisco de Asís. Ellos fueron grandes reformadores de la vida cristiana. A quienes se sienten inquietos con el estilo de Francisco, al creer que ha venido a hacer cambios en la doctrina milenaria de la Iglesia, ‘El gran reformador’ los dejará tranquilos. El papa no ha venido a revolucionar la doctrina. No es un liberal ni un progresista. No ha venido a cambiar la enseñanza de la Iglesia para adaptarla a los tiempos actuales. No, el papa no es un modernista. Lo que busca es reformar la Iglesia para facilitar la vida cristiana y acceso de los fieles a la misericordia de Dios.
Desde sus tiempos como formador de jesuitas, Jorge Mario Bergoglio educaba a sus seminaristas para hacer transparente la misericordia de Dios a través de su compromiso con los que sufren. El libro tiene bellísimas anécdotas de gestos misericordiosos que nos ayudan a entender por qué Francisco es el papa que anuncia el amor de Dios a través de la misericordia, más que con la doctrina y el dogma. Son las obras de amor misericordioso las que más claramente manifiestan la presencia de Dios.
A través de las páginas de “El gran reformador” el lector queda convencido de que Francisco no es un marxista; revela, más bien, a un pensador de un grupo llamado ‘Escuela de la Plata’. Este grupo, al que pertenecía Jorge Mario Bergoglio, reunía a pensadores, teólogos y laicos, que fueron preparando el camino de aquella Conferencia del CELAM de 1979, en Puebla. Ellos reflexionaban sobre la ‘teología del pueblo’, libre de influencias marxistas y liberales extranjeras, para descubrir cómo Dios se manifiesta en la vida y en la historia del pueblo latinoamericano.
Cada papa que preside la sede de san Pedro trae consigo una historia personal, una espiritualidad, una formación religiosa y teológica, una cultura y una experiencia de Iglesia que imprimen un sello particular a su pontificado. Francisco no se entiende del todo sin conocer su bagaje, y menos se comprende cuando el papa es blanco de tantos ataques y distorsiones que medios de comunicación y grupos ultra conservadores dan a sus mensajes. El lector queda atrapado desde las primeras páginas de “El gran reformador”, gran trabajo periodístico que, sin duda, es hoy una de las mejores biografías del máximo líder espiritual del mundo católico.
“El gran reformador” es el libro de Austen Ivereigh que lleva al lector a descubrir la fascinante biografía de Jorge Mario Bergoglio, el hijo de inmigrantes italianos de clase media baja, nacido en Buenos Aires, y que se convirtió en el sucesor número 266 del Apóstol san Pedro. El libro de Ediciones B, de 567 páginas, nos transporta hasta el cono sur de América para conocer, dentro de la historia política y social de Argentina, el ambiente que influyó en la mentalidad de quien es hoy el líder espiritual de más de 1,100 millones de católicos.
Al mismo tiempo el libro nos sumerge en la historia de la Compañía de Jesús fundada por san Ignacio de Loyola en 1534, orden religiosa a la que pertenece Francisco, cuya espiritualidad lo ha inspirado en su vida. Su amor preferencial por los pobres, ciertamente tiene su origen en el Evangelio, pero también en la espiritualidad jesuita. Lejos de servir a una ideología social, Austen Ivereigh comprueba, a través de una profunda investigación rica en detalles, que Jorge Mario Bergoglio sabe contemplar y curar en los más necesitados, las llagas de Jesucristo. Su acercamiento a las pobrezas del mundo tiene origen en el Evangelio, y no en la bandera de la lucha de clases que enarbolaron muchos de sus hermanos jesuitas de América latina.
El autor de la obra es Austen Ivereigh, un periodista católico nacido en Londres en 1966, quien hizo su doctorado por la Universidad de Oxford sobre la Iglesia y política de Argentina. Es comentarista en asuntos de Iglesia y aparece con frecuencia en programas de radio y televisión, además de ser el fundador de ‘Catholic Voices’ una organización que capacita a las personas para poner los asuntos de la Iglesia en los medios de comunicación.
El título del libro -‘El gran reformador’- es una alusión a las reformas que el papa Francisco está impulsando dentro de la Iglesia, y que Ivereigh ha entendido muy bien; reformas que no vienen desde las cúpulas vaticanas sino desde las mismas periferias eclesiales. Así sucedió en siglos pasados con san Benito abad y san Francisco de Asís. Ellos fueron grandes reformadores de la vida cristiana. A quienes se sienten inquietos con el estilo de Francisco, al creer que ha venido a hacer cambios en la doctrina milenaria de la Iglesia, ‘El gran reformador’ los dejará tranquilos. El papa no ha venido a revolucionar la doctrina. No es un liberal ni un progresista. No ha venido a cambiar la enseñanza de la Iglesia para adaptarla a los tiempos actuales. No, el papa no es un modernista. Lo que busca es reformar la Iglesia para facilitar la vida cristiana y acceso de los fieles a la misericordia de Dios.
Austen Ivereigh, autor de “El gran reformador” (der.) durante la visita papal a Ciudad Juárez 17 de febrero de 2016 |
A través de las páginas de “El gran reformador” el lector queda convencido de que Francisco no es un marxista; revela, más bien, a un pensador de un grupo llamado ‘Escuela de la Plata’. Este grupo, al que pertenecía Jorge Mario Bergoglio, reunía a pensadores, teólogos y laicos, que fueron preparando el camino de aquella Conferencia del CELAM de 1979, en Puebla. Ellos reflexionaban sobre la ‘teología del pueblo’, libre de influencias marxistas y liberales extranjeras, para descubrir cómo Dios se manifiesta en la vida y en la historia del pueblo latinoamericano.
Cada papa que preside la sede de san Pedro trae consigo una historia personal, una espiritualidad, una formación religiosa y teológica, una cultura y una experiencia de Iglesia que imprimen un sello particular a su pontificado. Francisco no se entiende del todo sin conocer su bagaje, y menos se comprende cuando el papa es blanco de tantos ataques y distorsiones que medios de comunicación y grupos ultra conservadores dan a sus mensajes. El lector queda atrapado desde las primeras páginas de “El gran reformador”, gran trabajo periodístico que, sin duda, es hoy una de las mejores biografías del máximo líder espiritual del mundo católico.
Gracias por la recomendación Padre. Habría que leerlo para empaparnos más del mensaje qie el Santo Padre nos trae en su papado. Dios los bendiga
ResponderBorrarPor mi falta de tiempo, la lectura de este libro me llevó algunos meses, pero lo disfruté muchísimo. Lo compré en Gandhi, en CdMx, pero hoy se encuentra en muchas librerías católicas.
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